Luis Carlos Peña Mosquera | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Julio de 2016

INQUIETUDES

Bomba atómica en Fiscalía

 

UNA terrible catástrofe nos espera si Néstor Humberto Martínez es elegido Fiscal General de la Nación por la Corte Suprema. 

 

Según El Espectador, en su intervención ante los honorables magistrados, no escatimó temor alguno al anunciar que “la criminalización de una conducta violenta debe ser objeto de una revisión” y que como estudioso de la materia ha percibido que al “criminalizarse se está generando una ruptura del núcleo familiar a partir de expresiones de violencia de ocasión, además atosigando a todo el sistema penal colombiano”.

 

Si una bomba atómica  con gran energía explosiva  provoca una reacción nuclear en cadena descontrolada generando una destrucción masiva de seres humanos, también la violencia familiar será una bomba que reducirá en partículas a una sociedad.   

 

Eso sucederá si se llegaré a desconocer los derechos adquiridos de la mujer, de los niños y de los adolescentes, como lo plantea Néstor Humberto Martínez.  

 

Bien lo afirmaba Confucio en su obra  El Ta Hio advirtiendo “que los antiguos príncipes que pretendieran educar  y renovar a todos los pueblos debían esforzarse primero en gobernar con rectitud sus propios reinos. Para gobernar rectamente sus reinos tendrán que ordenar bien sus familias. Para ordenar bien sus familias, debían procurarse previamente corregirse a sí mismos”

 

¿Será posible entonces que con las intenciones diabólicas de este abogado, consistentes en eliminar la criminalización de la violencia intrafamiliar, como lo establece la ley 1257 que está dirigida a beneficiar a las familias y la sociedad colombiana a través del favorecimiento de relaciones específicas, solidarias, respetuosas e igualitarias entre las personas, medidas que benefician principalmente a las mujeres, tendremos una sociedad perfecta llena de paz?  

 

La respuesta lógica será: con una familia desorganizada tendremos cada día una sociedad más violenta, pues ya no existirá ninguna sanción para aquellos hombres que golpean diariamente a sus mujeres, o para aquellos hombres igualmente maltratados por sus mujeres, lo que repercute negativamente en sus hijos. 

 

Por el contrario, una familia bien ordenada facilitará a sus hijos un buen desarrollo de su personalidad, adquiriendo habilidades para poder triunfar en la vida. Una familia organizada, con un buen padre y una madre, apoyará siempre el esfuerzo y progreso de sus hijos tanto en la educación como en sus relaciones inter personales. 

 

Si en La Habana se está forjando un acuerdo para obtener la paz aún en contra de muchos adversarios, no es posible que en una institución se le abran las puertas nuevamente a la violencia. Todos sabemos que a través de nuestra historia, siempre hemos tenido tiempos borrascosos en la familia. Pero no hagamos lo del cangrejo, no volvamos al pasado.   

 

Como decía Luis Carlos Galán, “ni un paso atrás, siempre adelante” Ahora o nunca es su deber, honorables magistrados, elegir a un fiscal que luche por la convivencia familiar para  forjar una patria digna de hombres y mujeres que puedan vivir en paz y armonía.