MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Diciembre de 2013

Coca en los Parques Naturales

Una  de las estrategias más utilizadas en los últimos años por los grupos armados para mantener los cultivos de coca es establecer estos últimos en los Parques Nacionales Naturales, y la razón es muy sencilla: en estos lugares existen mayores dificultades en términos administrativos y operativos para llevar a cabo las labores de erradicación.

Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), de los 57 Parques Nacionales Naturales en Colombia, 19 de ellos tenían presencia de cultivos ilícitos en 2012, uno más que en 2011. Es decir, que en la tercera parte de los Parques Naturales se encontraba el 7% del área total de cultivos de coca de ese año, 3.379 hectáreas que no podían ser erradicadas fácilmente y que por lo tanto seguían alimentando la cadena de producción. Preocupa además que esta modalidad de cultivos de coca en los Parques Naturales se encuentre en aumento, ya que en 2012 el área cultivada en estos lugares se incrementó un 11%, especialmente en los parques Sierra de La Macarena, Munchique y Alto la Fragua. Esto debe llamar la atención del Gobierno, pues implica que es cada vez mayor el área cultivada en la que se dificulta llevar a cabo las prácticas de erradicación.

Es importante mantener una especial atención sobre los parques en donde se concentra la mayor cantidad de cultivos (el 84%) según la Unodc, y cuya ubicación coincide con las regiones donde hay una mayor presencia de los grupos armados ilegales: Sierra de La Macarena en el Meta, Nukak en el Guaviare, Paramillo que se ubica entre Antioquia y Córdoba, y La Paya en Putumayo.

Debemos tener en cuenta que además del fortalecimiento financiero que los grupos ilegales consiguen por este medio, el desarrollo de este tipo de actividades ilícitas en los Parques tiene consecuencias ambientales, ya que causa destrucción de reservas ecológicas. Por esta razón, realmente se requiere una lucha frontal del Gobierno contra el narcotráfico, para que este deje de ser la mayor fuente de financiamiento de los grupos armados al margen de la ley. Y esto incluye un mayor control sobre estas reservas, que garantice de forma simultánea la eliminación de las prácticas de siembra de cultivos ilícitos en estos lugares, y el cuidado y preservación de los Parques.

Es fundamental llegar a acuerdos rigurosos en el punto del narcotráfico discutido en los Diálogos que se adelantan en La Habana, pues no se puede seguir cediendo terreno en este sentido a los grupos guerrilleros que tanto daño han causado a la población colombiana, ni mucho menos al negocio del narcotráfico que ha ocasionado un sinnúmero de muertes. Los Parques Nacionales Naturales deben seguir cumpliendo con su función de reservas ecológicas del mundo, en ningún momento se puede permitir su consolidación como reservas de los cultivos de coca y de paso de los grupos armados que los implementan.