A propósito de la Carta del 91 (VII)
“Se iba avanzando así a nuevas y definitivas situaciones”
DE nuevo en Colombia es de gran trascendencia lo acontecido que precedió al año 1810, cuando se van dando gritos de independencia en sus distintas regiones, con reclamo de nuevos estilos de gobierno, con normas constitucionales en ellas, poco a poco con plena separación de los Reyes de España. Es cuando surge la recia, valiente y tesonera personalidad del santafereño Antonio Nariño (1765-1823), quien desde su imprenta y librería, codeándose con Mutis, y patriotas como Caldas y Camilo Torres, fue, en medio de persecuciones y cárceles, difundiendo la chispa revolucionaria que vendrían a encauzar luego Acevedo y Gómez, Bolívar y Santander, como más destacados lideres de los momentos definitivos para la Independencia.
Hecho de enorme trascendencia fue la publicación en Santafé de Los Derechos del Hombre, por Nariño, que fue inicio de sus torturas y de su gloria. Era la época de la intromisión de Napoleón en España, y se organizaban allá, en la Península, “Juntas de Gobierno” a favor del restablecimiento del rey Fernando VII, lo cual se quiso imitar en la Nueva Granada, pero con miras a total independencia lideradas por el propio Nariño, con Caldas, José María Carbonell y el canónigo Andrés Rosillo, atacados por el virrey Amar y Borbón con sentencia de prisión para sus promotores.
A partir de la conformación de esas Juntas de Gobierno en España trataron de replicarse en América, con lo que fueron surgiendo gobiernos independientes en los distintos países y en las diversas regiones de Colombia. Vino, a la sombra de ellas, el avance de declaraciones de independencia absoluta en lo cual adquirió especial celebridad Cartagena (11-11-1811), aunque fue precedida por otras ciudades como Pamplona, Mompox, Tunja y Garzón, entre otras. Se iba así avanzando hacia nuevas y definitivas situaciones, con nuevas leyes y Constituciones.
En este tejido de recuerdos de hechos y decisiones que van originando leyes y Constituciones a las diversas, hay que tener en cuenta los sucesos de los otros países del continente suramericano. En fechas en torno de la del 20 de julio en Santafé hay trascendentales hechos en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile en donde se daban primeros pasos en firme hacia su vida independiente, con líderes como Manuel Belgrano (argentino), José Gervasio Artigas (uruguayo), Bernardo O Higgins (Chile), José Gaspar Rodríguez (Paraguay), y luego, bajo el liderazgo del general argentino José de San Martín (1778-1850), se consolidó la independencia de esos países del Sur. Con las tropas de Bolívar se dio la independencia definitiva al Perú, cuyo Virreinato poderoso trató de mantener sus dominios hasta el sur del Ecuador, en Guayaquil.
En Venezuela el veterano militar Francisco Miranda (1750-1816) fue quien hizo contactos en busca de su liberación de España, sin éxito inmediato, pero fue su gran precursor, con proclamación de total independencia, en Caracas, el 5 de julio de 1811. En México, a su turno, fueron los sacerdotes Miguel Hidalgo y Castilla (1753; 1811) y José María Morales y Pavón (1785-1815) los principales animadores de la emancipación, con pasos definitivos hacia la independencia con Agustín de Iturbide (1783-1823), pero con débiles gobiernos sucesivos que permitieron la anexión de la mitad de su territorio a los Estados Unidos. Esos grandes altibajos desembocaron más tarde en el poderío de Benito Juárez (1806-1872), con reformas fundaméntales en la Constitución como abolición de los fueros eclesiástico y militar y otras reformas anheladas por muchos. (Continuará).
tribunalnacional@yahoo.com
*Presidente del Tribunal Ecco Nal.