RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Julio de 2012

El TLC con Corea

 

Durante la reciente visita del presidente de Corea, Lee Myung-bak,a Colombia, se anunció que las negociaciones de un TLC entre los dos países estaban en su punto culminante.

La página web de la Embajada de Corea en Colombia abre con una nota altamente elogiosa sobre nosotros, que habla de la “lucha, sacrificio y amistad histórica” de los dos países, hermanados desde que enviamos a Corea 4.300 soldados a luchar contra la invasión de Corea del Norte.

Después del armisticio de 1953 Corea quedó destruida y siguió una época políticamente convulsiva, en la que el general Park puso las bases del desarrollo económico futuro. La democracia vino a consolidarse a finales de los años 80 y hoy Corea es un Estado democrático con todas las de la ley.

Corea es hoy la decimotercera economía más grande del mundo, con 50 millones de habitantes y un PIB per cápita de USD 20.757 para 2010-2011. Comparemos con Colombia que tiene casi la misma población y un PIB que alcanzó en el gobierno anterior USD 6.240. En 1953 Corea tenía un PIB de USD 67 per cápita, exportaba USD 18 millones e importaba USD 108 millones. Colombia tenía entonces un PIB de USD 2.267, exportaba  USD 616 millones e importaba USD 547 millones. Desde entonces ellos se dedicaron a construir país y nosotros a destruir el nuestro y a reformar la Constitución.

Un socio como este tiene mucho para ayudarnos. Deberíamos asociarnos con ellos para mejorar -mejor aún: para construir, porque es prácticamente inexistente- la infraestructura necesaria para poder competir en los TLC que ya tenemos operando con Canadá y Estados Unidos, entre otros. Con esos TLC y el de Corea, ya no necesitaremos el de la Unión Europea que estaba tan “exquisita”, aunque ahora ellos son los más interesados.

Naturalmente, el TLC con Corea tiene que ser bien negociado y conceder acceso a nuestros productos agrícolas, a lo cual los coreanos han estado reticentes.

Los ensambladores de carros se han opuesto con particular énfasis a este tratado. Acabaría, dicen, con la industria nacional automotriz. Esa industria tiene más de cincuenta años de operación en Colombia y solamente ahora, cuando uno de ellos pretende estampar partes de sus vehículos, cumplirán el porcentaje de partes nacionales que se fijó desde que se dieron las primeras licencias. Hoy por hoy, aprovechando los inexistentes aranceles de los tratados con México y otros países, incorporan menos partes nacionales que hace más de una década. En esos cincuenta años, Corea creó la Hyundai-Kia, la cuarta compañía automotriz en el mundo.

No tienen nuestros ensambladores de qué quejarse, ni tiene el país por qué asumir el costo de su incompetencia.

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Coda. Cercanas las elecciones en Venezuela, Chávez, utilizando los títeres del Tribunal Supremo, ha pretendido acallar uno de los pocos medios independientes que aún subsisten, Globovisión. Ante esta nueva violación de la libertad de prensa ¿será que Unasur retira o llama a consultas a sus embajadores como hizo recientemente con Paraguay?