“De la tierra”, una velada colombiana | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Febrero de 2016

Un concierto conmemorativo del repertorio sinfónico colombiano ofrecerá mañana la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia  en el Teatro Colón, bajo la batuta del maestro Eduardo Carrizosa.

De la tierra” será un concierto único que consta de importantes composiciones orquestales. Las obras que se escucharán mañana se nutren de aires, ritmos o géneros ligados a las músicas tradicionales de Colombia, inspiradas en escenas costumbristas.

Bajo la dirección de Carrizosa, el solista de flauta Rafael Aponte y el clarinetista Christopher Jepperson serán los encargados de recrear la vida campestre y rural colombiana en las cuales están inspiradas las piezas de grandes compositores protagonistas de la historia musical de Colombia.

Las dos primeras obras de la noche son de compositores que representan vertientes enfrentadas sobre lo que se consideró nacional en la música a comienzos del  siglo XX.  La primera es de Guillermo Uribe Holguín, quien abogaba por una composición compleja, promoviendo la interpretación en la mayoría de los casos, de grandes compositores europeos; y la segunda es de Emilio Murillo, que por el contrario se interesó más por las músicas populares y los géneros de su momento:  el pasillo y el bambuco.

Así que “De la Tierra” alza el telón con la “Sinfonieta campesina” de Uribe Holguín, una composición de 1949, a la manera de un poema sinfónico, la cual dará paso a “Aires nacionales” de Murillo, una pieza breve que representa las músicas populares y géneros que tanto le gustaban a este compositor.

“Aires nacionales” da paso a una obra que hace homenaje al clarinete, “Atardecer en Patiasao, escena campestre para clarinete y orquesta” del gran Alex Tobar, músico multifacético y multi instrumentista, recordado por ser autor de canciones como “Pachito E’che” y “La Pollera Colorá”.  La obra de Tobar que estará  dentro del repertorio de esta velada es considerada métrica ternaria, con episodios virtuosos y una estética a la vez melancólica y festiva.

La velada colombiana continúa con “Las cuatro chalupas” (2003)  una composición donde Víctor Agudelo hace un recuento de las impresiones de un viaje por chalupa por cuatro importantes ríos del país: el Atrato, Caquetá, Cauca y Magdalena.  Organiza la orquesta en cuatro secciones, cada una encabezada por un timbal, instrumento que asume el rol de representar la chalupa y el chalupero. Agudelo representa en este concierto a las nuevas generaciones del país.

Luego vendrá el “Concertino para flautas, orquesta de cuerda y timbales” una composición del vallecaucano Luis Carlos Figueroa. El gran cierre de la noche llega con uno de los dos poemas sinfónicos de Adolfo Mejía, primer compositor en utilizar los ritmos de la Costa Atlántica como material musical en una obra sinfónica.  Se trata de “América”.