Que paciente con cáncer se agota más de lo normal, que quienes padecen  la enfermedad no responden a la actividad física  o que simplemente exigir al cuerpo cuando se sobrellevan las molestias de dicha dolencia es contraproducente, son algunos de los mitos que se han tejido alrededor del tema cáncer y ejercicio.

Sin embargo ya son varios las investigaciones  que revelan lo contrario a esas afirmaciones e inclusive demuestran que el realizar ejercicio ayuda al paciente  a evitar la atrofia muscular y acondiciona al organismo para tener más resistencia.

El más reciente de esos estudios es el realizado por Dr Jhon Duperly (Phd en medicina del deporte) para la Asociación Colombiana de Medicina interna, quien recopiló varias investigaciones que se han realizado en torno al tema en los últimos 20 años y comprobó el efecto preventivo y medicinal de la actividad física en el cáncer.

Y, con ocasión de la conmemoración mañana,  4 de febrero, del Día Mundial contra el Cáncer, la Liga Colombiana que lucha cont6ra esta enfermedad invita  a todos los pacientes y a la comunidad en general a considerar la importancia del ejercicio tanto para los tratamientos como para la prevención del cáncer.

El mencionado estudio de Duperly,  tras examinar a 12.108 mujeres en el mundo, comprobó que el ejercicio reduce los índices de mortalidad en cáncer de mama en un 34% y las recaídas en un 24%. Dicho estudio también determinó que reduce la mortalidad del cáncer de colon en un 50%, tras estudiar  484 casos. Para el cáncer de próstata se evaluaron 2.705 hombres en estado no metastásico, evidenciando una disminución de recaídas del 57%.

Duperly recomienda sacar al menos 30 minutos al día para realizar actividad física, además sugiere practicar deportes que combinen componentes emocionales como música, arte, baile.

“Está demostrado que la actividad física no tendrá otro efecto diferente al de beneficiar nuestra salud, estos beneficios no discriminan edad, sexo ni etapa del cáncer, son igual de efectivos para todos aquellos que elijan el deporte como un estilo de vida”, concluye.

Dentro de los beneficios de realizar actividad física diaria están: reducir la aparición de infecciones, mejorar la circulación, evitar la aparición de escaras en la piel que se producen en la piel del paciente al permanecer acostado por largas jornadas, aumentar  la masa muscular  (una persona con cáncer sin actividad puede perder alrededor del 20% en una semana). Además retrasa el proceso de envejecimiento que en un paciente con esta enfermedad es más acelerado.

¿Es cierto que la actividad física previene el cáncer?

“Hacer ejercicio es clave para prevenir la aparición del cáncer, debido a que disminuye el crecimiento de células tumorales, fortalece el sistema inmunológico y disminuye la diseminación de células cancerígenas en el organismo, además de mejorar considerablemente la calidad de vida del paciente en todas sus áreas”, afirma Duperly, quien destaca que  el ejercicio es capaz no solo de tratar algunos problemas  psicológicos, como ansiedad y depresión. Hacer ejercicio mantiene activo al paciente en todos sus roles en la sociedad, le permite entablar relaciones interpersonales y le ayuda a lograr un grado de independencia que lo hace sentir productivo, mejorando su autoestima y su actitud frente a la vida.

¿Y en los tratamientos oncológicos?

El ejercicio también representa una parte vital del tratamiento de los pacientes que se encuentran en quimioterapia o radioterapia, ayudando a disminuir síntomas como nauseas, estreñimiento, presión arterial, entre otros.

 “El ejercicio ayuda especialmente a reducir la fatiga, es cierto que el deporte genera cansancio, pero  salir a caminar, sacar a pasear a su mascota o  hacer yoga, puede evitar la atrofia que el sedentarismo ocasiona, aunque la quimio reduce considerablemente la fuerza en los arcos de movilidad, la actividad física puede devolver la elasticidad y resistencia al cuerpo del paciente”, asegura el experto.

¿Cuál es la importancia durante los cuidados paliativos?

Los pacientes con cáncer además de  controlar el dolor con morfina tienen una buena alternativa en la actividad física ya que el movimiento del cuerpo puede mitigar el dolor.  “Claramente el estiramiento de articulaciones debe ser cuidadoso y dirigido por personal experto, no se trata de poner a trotar a un paciente que en muchas ocasiones no logra levantarse de la cama, se debe hacer a través de tratamientos fisioterapéuticos para personas en etapa  terminal”, explica.