Las controversias de la inteligencia artificial aplicada al arte | El Nuevo Siglo
Herramientas como Dall-E, Midjourney y Stable Diffusion han creado conmoción en el mundo del arte con su capacidad casi instantánea de transformar unas palabras en imágenes.
AFP
Domingo, 5 de Febrero de 2023
Redacción Cultura

La inteligencia artificial (IA) utilizada en el arte ha sido un tema muy controvertido en los últimos años. Para algunos, es un avancem y para otros, es la “muerte del arte”.

Por un lado, esta tecnología ha servido para nuevos descubrimientos. El más reciente fue realizado por los investigadores de las universidades de Valladolid y Viena que, a través de la IA, han descubierto en el fondo de manuscritos teatrales de la Biblioteca Nacional (BNE) una nueva comedia de Lope de Vega titulada “La francesa Laura”, escrita cinco o seis años antes de su muerte.

El empleo de la IA ha sido crucial en el descubrimiento de la relación con Lope de Vega de esta obra conservada anónima en un manuscrito de fines del siglo XVII.

En primer lugar, la obra fue transcrita automáticamente empleando técnicas de inteligencia artificial a través de la herramienta Transkribus. Gracias a ella, se pueden transcribir de forma certera manuscritos antiguos con un alto grado de precisión, cosa imposible hasta hace unos pocos años.

Los procesos de “machine learning” (una de las principales ramas de la IA) son capaces de clasificar obras como escritas o no por Lope de Vega con aciertos superiores al 99 %, como demuestran recientes estudios. Pues bien, entre las 1.300 comedias transcritas automáticamente, “La francesa Laura” se clasificó como escrita por Lope de Vega, tanto completa como cada una de sus jornadas.

Es decir, los usos léxicos de la obra se alineaban estrechamente con los del escritor y no lo hacían con los otros 350 dramaturgos de la época con los que se contaba en el experimento. Posteriormente, este resultado fue contrastado con recursos tradicionales de la investigación filológica.

No obstante, la historiadora del arte y experta en inteligencia artificial Emily L. Spratt considera que las nuevas herramientas de creación de imágenes con inteligencia artificial son más "entretenimiento" que arte, a pesar de sus increíbles posibilidades.

Herramientas como Dall-E, Midjourney y Stable Diffusion ha creado conmoción en el mundo del arte con su capacidad casi instantánea de transformar unas palabras en imágenes.

Basta con escribir o decir algo como "Brad Pitt en una canoa en el espacio al estilo de Mondrian" para obtener en unos segundos una colorida imagen del actor remando entre las estrellas.

Integración inevitable

Pese a que las empresas tecnológicas presentan sus herramientas como un medio de liberación del arte, esta idea de "democratización" es "demasiado simplista" e "ingenua", según Spratt.

Estas herramientas son sobre todo "una manera de fomentar el uso de grandes plataformas de Internet, lo que por supuesto beneficia a estas empresas", explica.

Spratt considera que la frontera entre inteligencia artificial y otras tecnologías va difuminándose, en referencia a los programas de manipulación de imágenes ya muy utilizados. "Pienso que en el futuro la inteligencia artificial integrará la arquitectura ya existente de creación de imágenes digitales".

"Será difícil de evitarlo, porque se infiltra en todas nuestras interacciones digitales, a menudo sin que lo sepamos, especialmente cuando creamos, editamos o buscamos imágenes", añade Spratt.

¿Se pueden crear obras maestras?

Aparte de las simples herramientas de Internet, muchos artistas trabajan con sus propios algoritmos y sus propias bases de datos. Sus obras se venden por decenas, incluso cientos de miles de dólares.

Emily L. Spratt destaca al artista alemán Mario Klingemann, cuya obra "Series de atracciones hiperdimensionales, bestiario" es una de las más mencionadas.

"Es un video de unas formas aparentemente orgánicas que se transforman permanentemente y que parecen momentáneamente animales reconocibles", explica Spratt.

"Honestamente es un poco desconcertante, pero funciona bien como comentario sobre las líneas que dividen lo material e inmaterial, y los límites de estas inteligencias artificiales para recrear el mundo".

Para Spratt, el arte de Klingemann plantea cuestiones sobre la inteligencia artificial como medio de expresión, y más ampliamente sobre la naturaleza de la creatividad.

Frontera con el arte

El desarrollo de las inteligencias artificiales que generan imágenes se aceleró con la creación de ImageNet, una base de datos de imágenes etiquetadas, es decir, catalogadas mediante palabras claves.

En 2018, un colectivo francés llamado "Obvious" ("evidente" en español) vendió una obra por más de 400.000 dólares, explicando que había sido "creada" por una inteligencia artificial.

La venta generó controversia cuando Obvious reconoció haber utilizado el algoritmo de un artista y programador estadounidense, Robbie Barrat.

"La razón por la que la obra de Obvious se vendió, sobre todo a ese precio, es en gran parte porque se anunció como la primera creada por una inteligencia artificial vendida en una gran casa de subastas", dice Spratt.

"En realidad, era el mercado del arte experimentando con la oferta de una obra de arte producida por una inteligencia artificial en consonancia con los cánones del sector", explica Spratt.



En ese momento había mucho interés en acercar el arte y la tecnología, pero la crisis del sector tecnológico enfrió ese entusiasmo.

Grandes casas de subasta como Christie's o Sotheby's crearon plataformas distintas para vender estas obras digitales. "Es como si no quisieran mancillar el arte con estas nuevas exploraciones digitales", opina Spratt.

Y los críticos de arte todavía deben ponerse al día para aprender a distinguir lo bueno, lo malo o lo mediocre, añade.

"Desgraciadamente, el discurso sobre el arte creado por inteligencias artificiales aún no está listo, pero creo que está en camino y debería surgir del ámbito de la historia del arte", insiste Emily L. Spratt.

En conclusión, mientras innumerables artistas se han inspirado en “La noche estrellada” desde que Vincent Van Gogh pintó el paisaje arremolinado en 1889, los sistemas de inteligencia artificial hacen lo mismo y se entrenan con una vasta colección de obras de arte digitalizadas para producir imágenes nuevas que se pueden generar en segundos desde una app para celular.

Las imágenes generadas por herramientas como Dall-E, Midjourney y Stable Diffusion pueden lucir extrañas y de otro mundo, pero también cada vez más realistas y personalizables: pida un “búho pavo real al estilo de Van Gogh” y se generará algo que podría ser similar a lo que se imaginó.