Por: Sandra Milena Ríos, creadora de CineVistaBlog.com
¿Qué pasaría si de repente su mejor amigo corta con la amistad de forma tajante y sin explicación alguna? ¿Estaría dispuesto a luchar por ella valorando su importancia, o lo aceptaría sin ningún tipo de resentimiento respetando la decisión del otro? En la nueva comedia de Martin McDognah (el de la también premiada "Tres anuncios por un crimen") a Pádraic, en una de las mejores actuaciones de Colin Farrell hasta la fecha, le toca perder al amigo de toda su vida, Colm (Brendan Gleeson), pues de un momento a otro ha dejado de hablarle y le ha pedido que jamás vuelva a buscarle. Colm ya no encuentra en esa amistad un valor y ha tomado la decisión de pasar los últimos años de su vida haciendo cosas con las cuales pueda ser recordado como, por ejemplo, componer música y, en esos planes, no está más pasar el tiempo tomando cerveza y hablando de todo y nada con Pádraic.
Una amistad entre un millón hace pensar que carece de relevancia el conflicto de esta relación, pero la historia nos ubica en una remota isla irlandesa, al final de la Guerra Civil, en el año 1923. Los escasos habitantes del lugar sufrirán el impacto y las consecuencias de esta ruptura, porque Pádraic no está dispuesto a aceptarlo y Colm está decidido a tomar medidas extremas y violentas para alejarlo.
McDognah había escrito una historia con el título de esta película varios años atrás y de la cual solo se conserva el nombre, que había quedado siempre en el gusto del director por, según él, la carga de misterio que le significa y que va relacionada con la palabra “banshee”, con la que se designa en la mitología irlandesa a una figura fantasmal que presagia la muerte. La resonancia del título lo llevó después a otro tema que tenía en mente sobre la pérdida de la amistad entre dos amigos.
Entre película y película, este galardonado cineasta suele dejar pasar mucho tiempo. Entre su ópera prima, "En brujas", y el segundo largometraje, "Siete psicópatas y un perro", pasaron cuatro años. Entre este y el tercero, "Three Billboards Outside Ebbing, Missouri", cinco, mismo tiempo para la realización de esta última producción, aunque el guion, dice, fue el más rápido en ver la luz. "Lo escribí hará unos tres años y es quizás el guion que más rápidamente llevé a la pantalla. Por lo general, suelo dejarlos dando vueltas un poco más de tiempo. Sin embargo, llevaba un rato queriendo escribir algo sobre la ruptura entre dos amigos y todo encajó rápidamente una vez que empecé a escribirla", comenta.
Lo que sucede entre ambos personajes en esta película conduce la historia a interiorizar sobre un personaje que en su edad madura comienza a cuestionarse su existencia, y sobre otro que se debate qué es lo que ha hecho mal, que comienza a dudar de su bondad y que se deja llevar por la ira y el orgullo. Esos asuntos de lo divino y lo humano entre estos amigos, resulta en realidad atemporal, pero McDonagh quería hacer un largometraje de época. “Siempre supe que no quería ambientar la historia en la época actual. Había algunos aspectos alegóricos interesantes en la separación entre estos dos hombres y la división entre ambos bandos de la guerra civil, así que quería imbuir la historia de esa sensación. Además, nunca había hecho una película de época y era algo que me interesaba”.
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Duplas en el cine
Cuando se habla de grandes duplas en el cine, siempre se va a referenciar a Farrell y Gleeson como esos dos asesinos a sueldo (Ray y Ken) en "Escondidos en Brujas" que se refugian en Bélgica para dejar apaciguar la situación tras el fracaso de una operación. McDonagh era consciente de eso, pero no quería traerlos de nuevo a la pantalla para continuar la historia. Los quería juntos de una forma distinta, pero igual de carismática.
“La razón por la cual la escribí para ellos es porque son dos grandes actores que siempre quieren explorar la verdad, sin esconder nada de la fealdad de esa verdad. No nos van a proteger de lo oscuros que pueden ser estos personajes, o de lo oscuros que se pueden volver, sino que quieren ser honestos y sinceros en cada línea”.
En esta película, ambos vuelven a estar estupendos. Es evidente la química que consiguen, se hablan con los ojos y transmiten con ellos el desconcierto que sienten ante las situaciones que van escalando y dejan al espectador perplejo, mientras en el fondo está algo difícil de lograr: mezclar el humor fino y audaz que supone imaginar lo que ocurre con esta pareja, tal cual pasa con una relación amorosa que llega a su fin y todo se desdibuja.
Colin Farrell ha ganado su segundo Globo de Oro este año por este personaje, el segundo de una película dirigida y escrita por McDonagh, y la razón por la que acepta colaborar con él radica precisamente en la forma como el cineasta combina el drama con la comedia, de tal manera que como espectador uno apenas se percata de estar riendo ante una tragedia o llorando con una situación hilarante.
“No es la primera persona que mezcla la comedia con la tragedia, pero es muy hábil para mezclarlas constantemente, a cada momento, y entretejerlas en una misma escena. No es que una escena sea triste y la otra alegre. A veces puede cambiar en una misma línea de diálogo y puede pasar de ser desopilante a dolorosamente triste o conmovedor en un pestañeo. Su sentido del tono para mí es sorprendente, porque es subjetivo. Lo que a una persona le puede parecer conmovedor, a otra le puede parecer cómico, y viceversa”, explica este actor que también ganó el premio en el Festival de Venecia y está nominado en los Óscar, donde compite, entre otros, con la también aclamada actuación de Brendan Fraser en “La ballena”.
Un pulso muy difícil de adivinar, tras lo hecho por estos dos actores. Con vientos lejanos a la primera película que los reunió, Farrell sí la ve como una continuación: “Esta película es de hecho ‘Escondidos en Brujas’ 10 años más tarde, pero ambientada 90 años antes. Se trata de un amor y un afecto parecidos, pero sobre lo que sucede después de eso, el lado oscuro, la pérdida de eso”.
Para Martin McDonagh “Los espíritus de la isla” tienen también una conexión con estos tiempos tras pandemia, donde las prioridades han cambiado en medio de lo que implicó el aislamiento y la soledad, mismas que terminan turbando la mente de los dos protagonistas de su tan bien lograda historia. Sin duda una de las mejores del año. Desde este fin de semana en salas de cine.