Catalina Peláez, una campeona víctima del conflicto | El Nuevo Siglo
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Domingo, 17 de Marzo de 2019
Alejandro Munévar

Nació el 4 de septiembre de 1991 en Bogotá, Colombia, a los nueve años ya estaba jugando squash, sobreviviente de uno de los peores ataques terroristas que ha sufrido el país, la bomba al Club El Nogal. En sus años colegiales jugaba fútbol, pero la raqueta ganó el pulso. Antes de tener pase o poder manejar, ya podía jugar en el circuito PSA (Asociación Profesional de Squash).

EL NUEVO SIGLO dialogó con Catalina Peláez, la raqueta numero uno del Squash Femenino en Colombia, sobre su preparación para los Juegos Panamericanos, del circuito mundial de Squash, del orgullo de representar a su nación pero también de cómo el tiempo ha logrado cerrar una herida muy profunda que le causo el atentado al Club El Nogal.

ENS: ¿En qué momento decide empezar a jugar squash?

CP: Comencé a los nueve años a jugar, inicié en el club Los Arrayanes pero nos cambiamos al Nogal y ahí habían más canchas, más entrenadores y fue ahí donde empecé a tomar clases más seguido, me empecé a interesar muchísimo más, eran tres clases a la semana y además iba a jugar con los niños que también jugaban así que todos los días terminaba jugando y bueno… practicando.

ENS: ¿Qué fue lo que le llamó la atención del squash?

CP: Creo que es un deporte en donde se necesita de todo, es mental, ágil, rápido, y desde chiquita fui una niña muy activa, entonces yo creo que lo que me llamaba la atención es que era y es un deporte que me hace correr y moverme bastante.

ENS: ¿Con el cambio de club, usted sufrió la época del atentado?

CP: Sí, yo tenía 11 años y era viernes y yo fui al club a jugar, toda la tarde estuve allí y en el momento en que explotó la bomba acababa de comer y estaba pidiendo la cuenta en la cafetería de deportes en el quinto piso.

ENS: ¿Más allá de las heridas físicas quedaron heridas psicológicas?

CP: Yo creo que es algo que nunca olvidaré, las heridas se van sanando con el tiempo. Claro que me afectó físicamente, me causó varias heridas, me rompí una pierna y también mentalmente, aunque en el momento, como era yo tan pequeña, no entendía muy bien lo que había pasado, la situación del país, yo creo que eso me ayudó a “superarlo” mucho más fácil, por decirlo de alguna manera, pero con el pasar de los años van saliendo más verdades de lo que sucedió y es ahí donde empieza a jugar más la parte psicológica, es difícil, es interesante, pero pues ya pasó hace 16 años, he aprendido mucho de esa experiencia y digamos que lo superé %100 pero me ha enseñado muchas coas y pues gracias a ello he logrado tener otra perspectiva sobre la vida.

ENS: Después del atentado viene la recuperación, la tarea de seguir con su vida normal, y es ahí donde aún estando en el colegio usted decide inscribirse a la PSA?

CP: Sí, la verdad me inscribí muy chiquita, porque a mí y a otras amigas nos invitaron a un torneo que hicieron en Quito y nos dieron un espacio, entonces yo dije me inscribo de una vez y así empiezo a coger puntos, pero pues claramente mientras estuve en el colegio no jugué muchos torneos porque me quedaba difícil viajar, y con el ranking bajito no era fácil entrar a torneos. Pero yo creo que desde chiquita como he estado viajando mucho, viajando sola y jugando con gente de todo el mundo eso me ayudó a crecer mucho en el juego y  ganar experiencia que hoy en día me ha ayudado en mi carrera como deportista.

ENS: ¿En qué momento decide apostarle al squash como su carrera?

CP: Yo me gradué del colegio y tenía muy claro que quería seguir jugando squash, es más dudé si tomarme un año para solo jugar y después sí estudiar, pero como había participado en los abiertos juveniles en Canadá y Estados Unidos ahí conocí algunas universidades y entrenadores que me abrieron las puertas para ir a estudiar a fuera del país, mis papás me dijeron que aprovechara esa oportunidad y pues la tomé, decidí estudiar y al mismo tiempo seguir jugando y luego poder dedicarme al squash de manera profesional.

ENS: ¿Dónde y qué estudio?

CP: Estudie en Hartford, Connecticut, en una universidad que se llama Trinity College y la verdad fue una experiencia increíble a nivel académico y deportivo, estudié allá porque tenía el programa de artes que a mi me interesaba y había fotografía que fue en lo que yo me enfoqué, tenía todo lo que yo necesitaba.

ENS: ¿Es cierto que usted era la fotógrafa “encargada” de los torneos con sus compañeros?

CP: Es verdad (risas), yo era la que tomaba las fotos, de todo y después se las pasaba a mis compañeros, la fotografía es algo que me ha apasionado desde pequeña y la verdad estoy feliz de haber podido desarrollar ese aspecto de mi vida porque siempre he sido amante de las artes, eventualmente en un futuro me gustaría hacer algo más con todas las fotos que tengo.

ENS: ¿Al ser una persona tan sensible, qué le genera a usted representar a su país?

CP: La verdad es un gran honor vestirse con el uniforme de Colombia y competir por el país me da muchísima emoción, lo dejo absolutamente todo en la cancha por mi país y es más emocionante por ejemplo cuando uno gana y canta el himno de su país, ese himno sí que se siente, (se le quiebra la voz) porque a veces uno no entiende lo que significa jugar por el país y ganar por el país, es algo único y es muy emocionante, soy afortunada porque desde chiquita he representado al país y desde chiquita me he subido en el podio y espero seguir haciéndolo por muchos más años.

ENS: ¿Qué se siente cantar el himno cuando está en lo más alto del podio?

CP: Uno se da cuenta de que la gente lo apoya, de que la gente lo quiere, que todos están pendientes del deporte, tener el apoyo de las personas es de los más lindo.

ENS: ¿Este año jugará los Panamericanos?

CP: Este año, antes de Panamericanos, jugaré varios torneos PSA, de pronto un torneo nacional, pero la verdad la preparación va bien, nos vamos a concentrar antes para lograr la mejor representación en los juegos de Lima.

ENS: ¿Cómo va con las lesiones?

CP: La verdad los últimos tres años he estado sufriendo con la rodilla pero desde el año pasado me he sentido mejor, estoy muy feliz porque ya no me está molestando la rodilla para jugar, me siento más fuerte, me muevo mucho mejor.