La falta de claridad en el régimen tributario y la devaluación del peso y por consiguiente la disparada del dólar, hicieron que la confianza de los consumidores siguiera en terreno negativo.

Los resultados de la Encuesta de Opinión del Consumidor del noveno mes del año revelaron que la confianza de los hogares alcanzó un balance de -10,7%. Según Fedesarrollo, hubo una ligera mejoría en el sentimiento del consumidor frente al resultado de agosto (1,1%), pero persiste el diferencial ampliamente negativo frente a la cifra del mismo periodo de 2018 (-10%).

Señala el informe del Bancolombia que “como en meses anteriores, la devaluación de la tasa de cambio y el estado del mercado laboral serían los determinantes principales de la cifra, pero esperamos que para lo que resta del año se sume la incertidumbre en torno a la Ley de Financiamiento y las elecciones regionales y municipales como variables clave en la dinámica de la confianza del consumidor”.  

“Creemos que el principal factor tras el pesimismo generalizado es el nivel de tasa de cambio, dada la percepción de encarecimiento del costo de vida que genera. Además, el entorno en que se viene desenvolviendo el mercado laboral, donde la cifra más reciente de desocupación sorprendió sensiblemente al alza las expectativas de los analistas del mercado, es el otro factor predominante en el balance pesimista generalizado”, señalan los expertos.

El subíndice de expectativas, por su parte, mejoró un lento 0,4 puntos respecto al dato del mes anterior, pero su variación anual se mantiene en un diferencial de -18,2 puntos. “Esta cifra apunta a que el anuncio del rearme de una disidencia de las Farc no tuvo impactos relevantes en la formación de perspectivas entre los hogares, creemos que esto puede estar relacionado con que el alcance mediático de la noticia fue limitado”, sostienen los investigadores.

La incertidumbre

Entre tanto, el contexto de incertidumbre tributaria y devaluación del peso habrían sido los factores determinantes en el sesgo pesimista del sentimiento de los hogares frente a la economía. En adelante, con la noticia reciente del fallo judicial en contra de la ley de financiamiento, cabe esperar que el trámite de una nueva modificación al estatuto tributario mantenga un balance ampliamente pesimista en las expectativas del consumidor para lo que queda del año.

Ingresos

En esta ocasión, la dinámica del índice general estuvo liderada por un incremento en la confianza entre los hogares de menores ingresos y un fuerte deterioro del segmento de mayores ingresos. Al respecto, la incertidumbre tributaria puede ser un factor clave y que ha ganado importancia a lo largo de las últimas semanas, tal que ayudaría a entender la evolución del sentimiento en este último grupo.

Entre tanto, a nivel de ciudades, en Barranquilla y Cali mejoró el balance de la confianza, mientras en las otras tres ciudades sufrió ligeros deterioros que podrían llevar a implicaciones, aunque no de gran escala, en la dinámica económica de cada región en los próximos meses.

Disposición a compra de bienes

En esta misma línea los hogares vienen entendiendo el contexto actual como un momento poco propicio para la compra de bienes durables. La intención de compra de bienes durables y la compra de vehículos perdieron terreno en su dinámica mensual, ubicándose en –5,5% y –37% respectivamente.

Las ciudades que cedieron terreno fueron Bogotá, Cali y Bucaramanga, mientras Medellín y Barranquilla gozaron de un alza en su disposición de compra de durables.

“Creemos que estas cifras pueden representar una ligera presión bajista para el crecimiento del consumo privado, pero la disociación de la confianza con la evolución de esta variable en lo corrido del año nos permite pensar que su impacto será muy limitado más allá de nuestra expectativa vigente de menor dinamismo de la demanda de los hogares en el 2S19 en comparación a las cifras de la primera mitad del año”, sostienen los analistas financieros.

En el caso de la vivienda, los datos fueron mixtos, los hogares del segmento no VIS disminuyeron su disposición de compra de vivienda, mientras que los recientes anuncios de estabilidad en el mediano plazo de los programas públicos de vivienda parecen haber justificado la mejoría en el segmento de menores ingresos. En cualquiera de los casos, las cifras indican que, cuando menos, en lo que queda del año el panorama de adquisición de vivienda no VIS seguirá pausado.

Expectativas

Ante lo que se puede presentar en rumbo de la confianza de los hogares, los analistas señalan que “esperamos que continúen los balances ampliamente pesimistas en la confianza del consumidor para lo que queda del año, dada la necesidad de trámite de una nueva reforma tributaria y la incertidumbre asociada. Sin embargo, esto no necesariamente debe tener un impacto significativo en las cifras de consumo, más allá de nuestra expectativa vigente de ligera desaceleración en el segundo semestre de 2019. Así pues, esperamos un impacto muy limitado del balance pesimista de la confianza en las cifras de crecimiento para lo que resta del año”.