LA INFLACIÓN en la zona del euro se desaceleró levemente en enero, gracias a la tendencia en el sector de los alimentos, aunque el freno fue más modesto de lo que esperaba el mercado.
De acuerdo con la agencia europea de estadística Eurostat, la inflación de la eurozona registró en enero un 2,8%, una décima por debajo del dato de diciembre.
Los analistas consultados por Bloomberg y FactSet; sin embargo, habían proyectado para enero una inflación del 2,7%.
De esta forma, la inflación se mantiene por encima de la meta trazada por el Banco Central Europeo (BCE), de una tasa de aproximadamente el 2%.
El dato se encuentra, no obstante, muy por debajo del tope de 10,6% que había alcanzado en octubre de 2022, meses después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, que se hizo sentir con especial virulencia en los precios de la energía.
Para Peter Vanden Houte, economista del banco ING, “es prematuro para cantar victoria en la batalla contra la inflación”.
Esta tendencia de la inflación podría impulsar al BCE a dejar gradualmente de lado las altas tasas de interés aplicadas durante buena parte de 2023.
Sin embargo, el ritmo al que el BCE modificará su política, aún es objeto de análisis.
Para Vanden Houte, el BCE presta atención principalmente a la denominada inflación subyacente, que elimina la volatilidad de los segmentos de energía y alimentos.
Según Eurostat, la inflación subyacente en enero se desaceleró a 3,3%, contra un 3,4% en diciembre, aunque los analistas proyectaban una novela de 3,2%.
Tensiones y riesgos
“Un aumento en los precios del transporte, a raíz de las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente, se mantiene como un riesgo para la inflación”, dijo Vanden Houte.
Según Eurostat, el aumento de los precios de los alimentos (que se miden junto con el tabaco y las bebidas alcohólicas) alcanzó el 5,7% en enero, frente al 6,1% en diciembre.
Entre las principales economías de la zona del euro, Eurostat registró una inflación del 3,1% en Alemania y del 3,4% en Francia.
La inflación medida por Eurostat para España en enero fue del 3,5%, al tiempo que Italia registró el 0,9%.
Según la agencia, la economía de la eurozona registró un crecimiento cero en el cuarto trimestre de 2023, después de un retroceso de -0,1% en el tercer trimestre del año.
Así, logró un tímido crecimiento del 0,5% en 2023, levemente por debajo del 0,6% que había proyectado la Comisión Europea.
El economista Jack Allen-Reynolds, de la consultora Capital Economics, señaló esta semana que la economía de la eurozona se mantendrá estancada “en el primer semestre de este año”.
“El panorama general es que el PIB de la eurozona se ha mantenido estable desde el tercer trimestre de 2022, cuando los precios del gas se dispararon y el BCE comenzó a subir las tasas de interés”, apuntó.
Los analistas consideran que el BCE podría iniciar su recorte de las tasas hacia abril o, como Vanden Houte, en junio.
Desempleo
La tasa de desempleo en la eurozona se estabilizó en el 6,4% en diciembre, al mismo nivel que en noviembre, su mínimo histórico, pese a una coyuntura económica incierta, indicó Eurostat.
El indicador se mantiene en el nivel más bajo desde que la oficina estadística europea comenzó a compilar estos datos en abril de 1998 para los países que adoptan el euro.
En términos interanuales, la tasa bajó 0,3 puntos en diciembre.
Para el conjunto de la Unión Europea, la tasa se situó en diciembre en el 5,9%, también estable respecto a noviembre y 0,2 puntos menos respecto a diciembre de 2022.
Unos 12,94 millones de hombres y mujeres estaban sin empleo en diciembre en los veintisiete Estados miembros de la UE, incluidos 10,91 millones entre los veinte países de la moneda única.
El año pasado la economía europea escapó por poco a la recesión, con un ligero crecimiento del 0,5% en el conjunto de 2023, pero sigue estancada. /AFP