LA INFORMALIDAD es uno de los factores que más inquieta a la población en edad de trabajar. Esa es una de las inquietudes de los jóvenes que por primera vez buscan una ocupación.
Los trabajadores informales en Colombia, son aquellos que son asalariados o empleados domésticos que no cuentan con cotizaciones a salud ni a pensión, así como aquellos que trabajan, pero no tienen remuneración o trabajadores por cuenta propia que no tienen una actividad económica constante y, por lo tanto, sus ingresos son insuficientes, todos estos en conjunto son más de la mitad de la población económicamente activa.
En el trimestre de septiembre a noviembre del año 2023 esta proporción ha sido del 55,5%, mientras que el de los centros poblados y rural disperso para el mismo periodo ha llegado al 83,8%.
De las 23 ciudades en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), del DANE, Sincelejo, Valledupar y Cúcuta han tenido los niveles más altos de informalidad, mientras que Bogotá D.C., y Manizales, cuenta con menores promedios con un 32,2% seguido de la ciudad de Medellín.
En Colombia, 13 ciudades concentran gran parte de la oferta laboral; sin embargo, la mayoría de las empresas son medianas y pequeñas, estas últimas las que más presentan un alto grado de informalidad.
A nivel nacional el 84,3% de la población ocupada que trabaja en microempresas, es decir unidades empresariales de menos de 10 empleados, corresponde a trabajadores informales.
De acuerdo a un análisis sobre la situación actual de desempleo en Colombia, realizado por Alexandra Ochoa, colaboradora de OBS Business School. Más de 11 millones de jóvenes se registran a nivel nacional en edad de trabajar, de los cuales más de 2 millones no estudian ni trabajan. La población joven tiene una tasa global de participación del 54% del total de la Población en Edad de Trabajar, de los cuales el 46% se encuentra ocupada y el 16 % está en condición de desempleo.
En la última década, cerca de 7 millones de personas se han sumado a la población en edad de trabajar. Sin embargo, de estos, tan solo 3 millones hacen parte de la Fuerza Laboral del país, muchos de ellos, jóvenes que buscan oportunidades laborales tras culminar sus estudios de media básica y universidad. Al 2022 el 24% de la población en edad de trabajar se encontraba en procesos de formación.
Según el informe, a partir del rediseño en la metodología de la GEIH en el 2019 por el DANE, se puede realizar a hoy un análisis de la evolución del mercado laboral en Colombia en lo que se refiere a informalidad, subocupación e ingresos por actividad económica.
Si bien los niveles de desempleo son similares a los de la última década en el país con un promedio del 11% de Tasa de desocupación (TD), lo cierto es que esta tasa no es suficiente indicador para estimar la calidad en el empleo del país. La insuficiencia en horas de trabajo, la baja remuneración y altos índices de informalidad son problemas que afrontan las regiones de Colombia y, por lo tanto, son muestra de las deficiencias actuales del mercado laboral y los desafíos en términos de educación hacia un empleo más sostenible.
Según la metodología del DANE se considera como población ocupada “a las personas de 15 años y más que, durante el periodo de referencia trabajaron por lo menos una hora remunerada en la semana de referencia; no trabajaron la semana de referencia, pero tenían un trabajo o negocio, y trabajaron en la semana de referencia por lo menos una hora sin remuneración”. Por lo tanto, hablar de la Tasa de Ocupación (TO), no necesariamente significa una relación de empleo que cumpla satisfactoriamente con las expectativas de trabajo e ingresos de la población local.
Al hablar de la informalidad según el sexo, la entidad de estadística reveló que, para el total nacional, la proporción de hombres informales en el trimestre del 2023 fue de 57,0%, lo que significó una disminución de 2,8% respecto al mismo periodo del 2022. En el caso de las mujeres el 53,5% estaban ocupadas informalmente, lo que implicó una disminución de 0,9%.