Todos los indicadores prevén que en 2019 el Producto Interno Bruto podría alcanzar el 3,5% si en los dos últimos trimestres se logra un promedio de 3,8% gracias al empuje de la industria y el comercio
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Las afirmaciones del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en el sentido que “en el último trimestre que tenemos registrado estamos creciendo al 5,6% anual, ese es el ritmo de crecimiento”, sorprendieron al ambiente económico del país.
No solo porque esa cifra no se presenta desde 2004, cuando la economía creció 5,3%, sino que el panorama de la economía este año ha sido de altibajos pero con un común denominador que es el desempleo.
Señala Carrasquilla que “la economía se está acelerando y esa es la primera condición para luchar y para que logremos bajar los índices de desempleo".
El Ministro indicó que el déficit fiscal será de 2,4% del PIB en 2019, y de 2,1% el próximo año.
Revisando el crecimiento económico del país, cuando más creció el PIB en Colombia fue en 2007, cuando alcanzó 6,9%; luego en 2011 logró 6% y en 2013 la cifra fue de 4,9%.
Para este año el crecimiento trimestral ha sido de 2,8% en el primer trimestre y de 3% en el segundo. Respecto a la última cifra, el managing director de la calificadora de riesgo Standard & Poor’s, Joydeep Mukherji, dijo que el crecimiento económico de Colombia de 3% es bueno, pero no suficiente para las necesidades que tiene el país. Señaló que “el crecimiento de Colombia no es lo mejor, pero tampoco lo peor de la región. El país siempre puede crecer más allá del 3% porque no es suficiente para satisfacer las demandas que tiene Colombia”.
Inversión
Dijo que “en la media en que haya más consenso entre el Gobierno y el Congreso, el país puede enfocarse en promover la inversión y el crecimiento. Esto no es fácil, pero es una tarea que está bajo el control de los colombianos y no depende de nadie más”.
Asimismo el economista Carlos Ronderos dice que “inicialmente, el Banco de la República tenía previsto un crecimiento del PIB para 2019 del 3,6%, pero ya lo reajustó al 3%. Las cifras del 3% de crecimiento en el segundo trimestre apuntan más a un crecimiento inferior a eso, pues el crecimiento está jalonado por la demanda y esta puede flaquear de cara al creciente desempleo. Esta realidad no parece un buen punto de partida para cumplir los pronósticos del DNP”.
A todas estas entre los sectores que están cambiando su comportamiento en la actividad económica y están creciendo, está la industria que ya apuntó a un 3,2% en agosto y del comercio que presentó un aumento de ventas de 4,6% en ese mismo mes. Pero a la parte de estos resultados está el dato del desempleo que acosa al país y que en agosto aumentó a 11,4% en las 13 áreas metropolitanas.
Las tendencias
De acuerdo a un indicador del Bancolombia, la tendencia generalizada de los indicadores líderes “respalda la señal de nuestro NowCast Bancolombia. Este -recién lanzado al público- indicador líder de la actividad productiva nacional viene describiendo una tendencia de estabilización del crecimiento del PIB en cifras superiores al 3%. La evolución del índice trimestre móvil sugiere que la expansión de la economía inició con mucha fuerza el tercer trimestre del 2019, pero en los últimos dos meses pasó por una tendencia de moderación”.
Indican los analistas que “el consumo privado se mantendría como el pilar del crecimiento. De esta forma, la actividad productiva orientada al mercado interno continúa en un contexto positivo. Solo la confianza del consumidor se alza como un potencial limitador de la dinámica de los próximos meses. Por lo demás, las cifras sectoriales (petróleo, producción manufacturera, ventas minoristas, demanda de energía, despachos de cemento) continúan inmersas en su tendencia reciente de fortalecimiento”.
Sin embargo, los expertos indican que “las debilidades surgen del mercado laboral y el sector externo. La generación de empleo aún avanza a un paso incapaz de hacer frente al crecimiento orgánico de la fuerza de trabajo, a pesar de la aceleración del crecimiento del PIB. Esta área se alza como el principal lunar para concretar el fortalecimiento de la economía a nivel interno. Entre tanto, los vientos de cara desde el crecimiento global y las volatilidades financieras internacionales se hacen evidentes en la evolución de nuestra balanza comercial y el menor ritmo de crecimiento de nuestras exportaciones”.
Indican que “la industria manufacturera avanzó a su mejor ritmo desde octubre del 2018. Más aún, las ventas de las firmas del sector crecieron con mayor fuerza (5,3%), lo que sugiere una consolidación de la tendencia de desacumulación de inventarios. Si bien los subsectores que más aportaron al crecimiento agregado del sector fueron los relacionados a bienes no durables (elaboración de bebidas, de productos farmacéuticos y de productos de papel), los que gozaron de un mayor dinamismo fueron los relativos a la industria automotriz (fabricación de carrocerías y de otro equipo de transporte). Los resultados de exportaciones de este último grupo de productos durante julio sugieren que los mercados externos fueron los que jalonaron esta lectura positiva”.
Consumo privado
Destacan los investigadores económicos que “la fortaleza del consumo privado se sigue haciendo palpable en las ventas minoristas. En esta ocasión, el resultado estuvo acompañado por la mayor expansión del personal ocupado en estas actividades de los últimos 2 años, enfocada en la contratación de personal permanente. De esta forma el sector empieza a contener el deterioro de las cifras del mercado laboral, que se ha alzado como la preocupación más relevante para el entorno económico local. Los segmentos de ventas con mejores resultados fueron: los equipos de informática y los vehículos automotores. A este par, se sumó el segmento de alimentos y bebidas no alcohólicas como los que más aportaron al resultado general. Tan solo en el grupo de libros, papelería, periódicos, revistas y útiles escolares hubo una contracción de las ventas.
El empleo
Asimismo, resaltan los analistas, que “el mercado laboral se ha consolidado como la mayor fuente de preocupación. Las cifras más recientes revelaron un sensible incremento en la tasa de desocupación tanto urbana, como nacional, a pesar de la menor participación laboral. La debilidad surge por el bajo ritmo de generación de puestos en el sector productivo”.
Aseguran que “en contraste, las noticias desde el crecimiento del PIB y de la producción sectorial son positivas. Las cifras conocidas para el tercer trimestre nos permiten sostener nuestra expectativa de crecimiento del producto nacional en niveles cercanos al promedio del primer semestre del año. En esta línea, la confianza empresarial mejoró en su lectura de agosto, fundamentada en la situación actual de las empresas y la fortaleza de la demanda. Sin embargo, la confianza del consumidor ahondó su balance negativo, en parte por la dinámica del mercado laboral y en parte por la sensación de encarecimiento del costo de vida que genera la devaluación y la aceleración de la inflación entre los hogares del país”.
Con estas perspectivas y resultados, es muy complicado que el país registre un crecimiento anual en el tercer trimestre de 5,6% como lo dijo el ministro de Hacienda.