Perspectivas: la nueva economía que mueve el bolsillo y el alma | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Abril de 2022
Redacción Economía

Despertarse a las 5 a.m., tomarse un café, leer el periódico o prender la radio para informarse de lo que ocurre, puede ser la escena clásica y repetitiva de cada mañana. Sin embargo, esta rutina parece estar cambiando, sobre todo en las personas más jóvenes, desde los denominados millenials hasta los centenials, entre quienes los más ‘veteranos’ no pasan de los 27 años.

Hoy en día, la rutina matutina ha hecho que las personas cambien sus costumbres, sobre todo ahora luego de las cuarentenas que obligaron al encerramiento y posteriormente a tener cuidado con la emergencia sanitaria.

Sin duda los tiempos han cambiado y ahora la espiritualidad y el bienestar físico y mental son una prioridad para miles de colombianos. Desde hace un tiempo importante se han incrementado las filas de quienes dedican parte de su tiempo (y de su presupuesto) a mantener una rutina que les traiga mayor paz y armonía a sus vidas, en medio de un presente convulsionado y acelerado que parece carcomer los pocos minutos de relajación y esparcimiento que se tienen al día.

El yoga

Una de las personas que prefiere encontrar un poco de bienestar y tranquilidad con otras actividades es Lucía Escobedo, una abogada que poco a poco ha dejado los estrados, los documentos y los códigos para encontrar otra de sus vocaciones: enseñar.

“Yo siempre fui muy inquieta por todos estos temas espirituales y holísticos, pero empecé como a conocer más del yoga concretamente cuando estaba estudiando derecho, porque hacía unas electivas en la universidad y fue mi primer acercamiento a todo este tema; ya como tres o cuatro años después, y de manera empírica, empecé a querer acercarme más al tema, a conocer de qué se trataba, a hacer una práctica ya como con más disciplina, a leer, investigar, a ver varios videos de diferentes tipos de yoga”, relató.

Tras empezar con esta práctica por su cuenta, quiso dar un paso más allá y gracias a una beca logró estudiar yoga durante dos años, incluida la temporada de las cuarentenas por la pandemia, con un curso que la certificó internacionalmente como instructora.

“Estuve estudiando 10 módulos, clases más o menos cada 20 días, un mes estudiaba todas las noches desde las 6:00 hasta las 10:00 p.m. y fines de semana también. Un programa intenso porque además después de estudiar, se empezaron a hacer unas prácticas”, contó a EL NUEVO SIGLO.

Parte de sus prácticas fue hacer un servicio social gratuito como maestra de yoga durante más de un año. Su ayuda comunitaria, dice, permite que las personas que no tienen los recursos para empezar esta práctica lo puedan hacer.

“Cuando empecé mi curso, en ese entonces se pagaban cuotas mensuales de $400 mil y estuvimos estudiando por dos años. Ahora, si quieres solo practicar, en una academia puedes estar pagando perfectamente mensualidades de $300 mil en clases grupales. Yo cobro $65 mil por clase presencial y cobró $55 mil por clase virtual. Mis clases duran hora y 30 minutos y son clases donde además de hacer una rutina intensa de yoga, también hay meditación”, señala.

Lucía explica que es muy importante que las personas busquen estos espacios, pues más allá de un precio se está encontrando bienestar. Las personas que deseen ver sus rutinas en redes sociales, pueden encontrarla como @arunachala_om.

Gemoterapia

Aunque desde siempre las joyas han sido sinónimo de riqueza, ahora también se utilizan como parte de tratamientos energéticos, que se incluyen en esta movida espiritual.

Juan Pablo Navarro y su pareja Carolina durante mucho tiempo quisieron ayudar a los demás. Por ello fundaron Gemantra: “Tuvimos muchísimos años de preparación, de una búsqueda independiente para entender cosas de cada uno a nivel interno, a nivel psicológico, a nivel espiritual, que nos fueron llevando a entendernos a nosotros mismos y a entender todo este mundo artístico y espiritual y psicológico”, relata Navarro.

Tras encontrar en qué era bueno y cómo podía ayudar a los demás, decidió formarse para ello. “Estudié psicología del tarot y gemoterapia; también estudié radiestesia, otra cosa que hallamos unida a todo esto y que me pareció que me llevaría a otro nivel. Así que hice la especialización en España en rituales con las velas. Todos estos cursos y estas preparaciones que, digamos, no están constituidas dentro de un entorno académico tradicional, sí tiene un tema de costos, pues estos cursos no bajan en promedio de $2 millones. Dependiendo también de la intensidad horaria pueden llegar a costar hasta $3 o $4 millones entre un mes y dos meses”, detalla.

Así mismo, ahora tienen su propio consultorio, para atender a las personas y ayudar a alinear sus chakras y enaltecer su aura: “Nosotros tenemos costos de consultas personalizadas más o menos entre $180 mil y $240 mil, es el rango del costo de consultas que nosotros manejamos a nivel personal. En cuanto a tratamientos, ya es otro tema diferente. Cuando son tratamientos a largo plazo, porque se tratan cosas que no se mejoren de la noche a la mañana, son procesos de tiempo porque hay que generar conciencia y hay que generar ciertos estados mentales, emocionales, espirituales y físicos a nivel consciente que le permitan realmente generar cambios a la persona”, dice.

Estos tratamientos a largo plazo se pueden demorar entre tres, seis y hasta ocho meses, y sus precios oscilan entre $2 millones a $2,5 millones, pues tienen un componente terapéutico.

Además, también ofrecen cursos: “Los pequeños de horas, tienen costos más o menos entre $70 mil y $100 mil, de tres o cuatro horas; si ya son más especializados, de más tiempo, estamos hablando de un mes, dos meses y tienen costos entre $1.200.000 y $1.500.000”.

De otro lado, también manejan la joyería energética, para que las personas carguen con sus amuletos y a la vez tengan un accesorio lindo y presentable: “Hay joyería con rangos de precios entre $50 mil y $80 mil, hasta $5 millones, depende ya también de la joya, del metal, si se elabora con oro, plata, a veces hay piedras preciosas como el rubí, el zafiro y diamante o la esmeralda de nuestra tierra, que tienen costos bastante elevados”, indica el experto.

Gemantra también tiene su página web y presencia en redes sociales, donde personas y empresas los buscan constantemente ya sea para sus tratamientos o adquirir las joyas energéticas.