Biden, a convencer a G-7 y OTAN de seguir firmes contra Rusia | El Nuevo Siglo
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Sábado, 25 de Junio de 2022
Redacción internacional con AFP

¿Cómo puede Joe Biden movilizar a Occidente frente a la guerra de Ucrania, cuando su autoridad diplomática y crédito político se ven menguados? Sin embargo, esto es lo que el presidente de Estados Unidos quiere hacer en las próximas cumbres del G7 y la OTAN.

El demócrata de 79 años parte hoy para Alemania, que alberga este domingo y lunes  la cumbre del G7 (Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Canadá).

Luego irá a España, donde se reúne la alianza militar occidental.

"No importa a dónde vaya en el mundo (a reunirme con otros líderes), pero ¿adivinen qué? Les digo 'Estados Unidos ha vuelto'. Me miran y dicen: '¿Hasta cuándo?'", dijo recientemente Biden durante un acto sindical.

La pregunta también se puede plantear de la siguiente manera: ¿durante cuánto tiempo podrá Joe Biden animar la respuesta a la invasión rusa de Ucrania, con la entrega masiva de armas y duras sanciones económicas?

Ello, mientras los precios de la energía y los alimentos se disparan en todo el mundo, como consecuencia de la guerra, las sanciones a Moscú y la pandemia de covid-19.

"En algún momento, se convertirá en un juego de paciencia: lo que los rusos pueden soportar y lo que Europa está dispuesta a soportar", consideró esta semana el mandatario norteamericano.

También lo que Estados Unidos está dispuesto a soportar. Ucrania ahora ocupa mucho menos espacio en las noticias de la televisión local que el riesgo de una recesión, la inflación y el precio récord de la gasolina.

Y Biden paga con un índice anémico de popularidad, en torno al 35%.

Muchos encuestadores pronostican un revés para los demócratas en las elecciones legislativas de noviembre. De ocurrir, el presidente perdería su escasa mayoría parlamentaria y se replantearía la cuestión de su candidatura a la presidencia de 2024, que, por el momento, es su ambición declarada.

Y esos vaticinios fueron antes de que la Corte Suprema de Justicia declarara sin piso jurídico dos sentencias sobre el aborto, entre ellas la emblemática de Roe vs. Wade, por considerar que en la Constitución nunca hubo referencia alguna al tema y, menos, una protección al que durante casi medio siglo se consideró un “derecho”.

Hasta ahora, Biden ha logrado, en el panorama internacional, hacer olvidar estas decepciones.

En Alemania, hará "propuestas concretas para aumentar la presión sobre Rusia", anticipó un alto funcionario estadounidense, sin dar más detalles.

La misma fuente indicó que el tema de la energía, cuyo costo se dispara, volverá a ocupar "el centro de las discusiones" en el G7, un organismo surgido en respuesta a las crisis del petróleo de la década de 1970.



Guerra de desgaste

Pero el ambiente cambió desde la última gira de Biden por Europa en marzo, en la que los occidentales reafirmaron su unidad.

El conflicto en Ucrania ha tomado otro giro, concentrándose en el este del país y convirtiéndose en una guerra de posiciones, con el desgaste que ello implica.

"El triunfalismo inicial, cuando le dimos (al ejército ucraniano) pequeños armamentos y equipos antitanques bastante baratos, debe conducir a un apoyo más sólido y duradero" a nivel militar, subraya Max Bergmann, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

"Será (...) realmente difícil para los ejércitos europeos. Y será un desafío para" Estados Unidos.

Otro reto para Biden será mantener el nuevo impulso de la OTAN, y quizás aprovechar su paso por Madrid para desentrañar una situación complicada.

En efecto, Turquía amenaza con bloquear el ingreso a dicha alianza militar de Suecia y Finlandia, algo que Washington defiende ardientemente.

No obstante, un alto funcionario aseguró que la Casa Blanca es "optimista" sobre la capacidad de encontrar un consenso con Ankara.

Por otra parte, Biden quiere montar un frente unido para su principal prioridad estratégica: China.

Según la Casa Blanca, ello se traducirá en la adopción por parte de la OTAN de un nuevo "concepto estratégico" que mencione por primera vez los desafíos que impone Pekín.

Según la misma fuente, el G7 debería emitir advertencias sobre las prácticas comerciales de China.

Las principales potencias también quieren lanzar una "asociación" en infraestructura para países en desarrollo, inundados con fuertes

inversiones chinas.

Semana de cumbres

El G7 de las mayores economías mundiales y las potencias militares de la OTAN buscarán a partir de hoy en sendas cumbres revalidar su unidad frente a Rusia, en momentos en que la guerra de Ucrania entró en su quinto mes sin dar señales de acabar a corto plazo.

Los líderes de las potencias del G7 se reúnen en el castillo de Elmau, en los Alpes bávaros (sur de Alemania) en la cita anual del club de los siete países industrializados: Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos.

Tanto ese encuentro como la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que se celebrará en Madrid durante dos días a partir del martes, se centrarán en el apoyo a Ucrania frente a la ofensiva rusa.

El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, anfitrión del G7, recordó esta semana que el apoyo a Ucrania requerirá "perseverancia" pues "todavía estamos lejos" de unas negociaciones de paz entre Kiev y Moscú.

"La agresión de Rusia ha hecho que los siete países sean conscientes de que se necesitan unos a otros", observó Stefan Meister, investigador en el instituto de investigación alemán DGAP. Y más aun teniendo en cuenta que la inflación y la amenaza de una crisis energética y alimentaria podrían poner a prueba la resistencia de la comunidad internacional.

La guerra en Ucrania podría durar "años", advirtió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

 

 ¿Otro "Plan Marshall"?

Los mandatarios podrían discutir sobre la posibilidad de poner en marcha una suerte de "Plan Marshall" para reconstruir Ucrania, una idea lanzada por Olaf Scholz esta semana que podría costar "miles de millones" e implicar a "varias generaciones".

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, conversará con los líderes del G7 el lunes por videoconferencia, y se espera que les pida más armas y que presionen más a Rusia.

También intervendrá de forma telemática en la reunión de la OTAN, que congregará a 30 países, en la última etapa de una intensa maratón diplomática que empezó el jueves con una cumbre de dirigentes europeos en Bruselas, en la que Ucrania obtuvo el estatuto de candidato a la Unión Europea (UE).

La Alianza debe desvelar sus planes para proteger su flanco oriental, próximo a Rusia.

Un refuerzo defensivo que se acompañará de un nuevo "concepto estratégico" -la primera revisión de la hoja de ruta de la alianza en diez años- que debería endurecer su posición respecto a Rusia y mencionar, por primera vez, los desafíos planteados por China.

Con todo, el bloqueo de Ankara a las candidaturas de Suecia y de Finlandia ha ensombrecido la demostración de unidad de los aliados.

Para "mantener firmemente el rumbo" frente a Rusia no hay que suavizar las sanciones económicas ni tampoco reducir el apoyo militar y financiero a Ucrania, recalcó el canciller alemán, quien no obstante fue criticado por su reticencia inicial a entregar armas pesadas a Ucrania.

Después de varias tandas de sanciones, "estamos al límite, sobre todo en lo tocante a las sanciones energéticas" que "tienen un elevado coste para el G7 y para la economía mundial", subrayó sin embargo Stefan Meister.

El gobierno alemán acusa a Moscú de haber disminuido drásticamente su suministro de gas para provocar una crisis energética en Europa antes de un invierno que se augura tenso. Además, numerosas regiones se han visto afectadas por el alza del precio de los alimentos.

En este contexto, la participación de Argentina, Indonesia, India, Senegal y Sudáfrica en el G7 envía un mensaje importante.

"Un desafío crucial es convencer a muchos países no occidentales, escépticos con las sanciones, de que Occidente tiene en cuenta sus preocupaciones", apuntó Thorsten Brenner, director del Global Public Policy Institute.

India, Senegal y Sudáfrica se abstuvieron durante la votación de una resolución de la ONU para condenar la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Esas economías emergentes están particularmente expuestas a un riesgo de escasez de alimentos y a la crisis climática. /