Constitución chilena: texto listo, aprobación en vilo | El Nuevo Siglo
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Domingo, 3 de Julio de 2022
Redacción internacional con AFP

EN LA recta final, pero cuesta abajo en la aceptación ciudadana por lo que su aprobación en las urnas se mantiene en entredicho está la nueva Constitución de Chile, cuyo texto será oficialmente recibido el lunes por el presidente Gabriel Boric.

La plurinacionalidad, la paridad y el Estado social de Derecho son ejes protagónicos en la propuesta de la nueva Carta, que recoge demandas del estallido social del 2019 y que la población deberá refrendar en un plebiscito en septiembre, con voto obligatorio.
Sin embargo a hoy, el apoyo a la misma se ubica muy por debajo del 50 por ciento + 1 voto que se requiere para aprobarla. Así lo continúan reflejando las encuestas. Las más recientes de ellas, la de Cadem y Pulso Ciudadano (realizadas la semana pasada) ubican que solo un 33% y un 25%, respectivamente, votarían afirmativamente por la Constitución en ciernes.

Según Cadem, la intención de voto por el rechazo supera el 51%, unos 18 puntos porcentuales de los que la avalarían. De igual forma el 47% de los indagados piensa que no pasará la prueba de las urnas, frente a un 44% que opina que vencerá.

La encuesta Pulso Ciudadano también preguntó sobre el posible desenlace del plebiscito de septiembre. Así, un 44% rechazaría el texto, frente a solo un 25% que le daría su aval.

Vale recordar que si en el llamado plebiscito de salida el texto constitucional no es aprobado se iniciará un nuevo proceso para gestar una nueva Constitución, que puede partir de cero (lo que es poco probable) o reformular el texto presentado.



Ambas firmas encuestadoras también indagaron sobre el apoyo ciudadano al presidente izquierdista Gabriel Boric y coinciden -aunque con diferencia en el porcentaje- de que se encuentra en el nivel más bajo de su mandato, el que asumió el pasado 11 de marzo.

De esta forma, mientras para Pulso Ciudadano la aprobación a Boric es de 24.3% (8.5 puntos porcentuales frente a la medición del mes anterior), para Cadem la misma está en 34%. En ambas mediciones los ciudadanos señalan la inseguridad como el mayor motivo de preocupación y razón por la cual ha caído el apoyo al mandatario.

A dos meses de la obligatoria cita en las urnas se evidencia una pérdida de apoyo ciudadano al gobierno izquierdista y un país polarizado entre quienes claman por los derechos sociales que prometió el mismo y los sectores de derecha que alertan sobre el riesgo de que Chile se convierta en un Estado totalitario.
El presidente Boric recibirá este lunes en una ceremonia la propuesta de Nueva Constitución, un texto que si bien incluye derechos sociales reclamados en las calles, también sumó polémicas en un proceso que no ha logrado subsanar la fragmentación social.

En la sede del Congreso en Santiago, Boric recibirá el texto y quedará disuelta la Convención Constitucional compuesta por 154 miembros, paritaria y con escaños indígenas reservados, que comenzó su trabajo el 4 de julio de 2021 de redactar una nueva Carta Magna que reemplace a la actual, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Comunistas satisfechos

Este 4 de septiembre, más de 15 millones de chilenos deberán votar "Apruebo" o "Rechazo" este texto de 388 artículos, que incluye un nuevo 'Catálogo de derechos sociales' y que busca establecer un Chile plurinacional, intercultural y ecológico, con un nuevo orden político y judicial.

"Creo que cumplimos con las demandas sociales, con los anhelos de la ciudadanía, lo que la gente esperaba y quería de este proceso", dijo Bárbara Sepúlveda, convencional del Partido Comunista.

"Es una propuesta que constituye un avance histórico en democracia y garantía de derechos sociales para nuestro país, y que además está empapada de feminismo de punta a cabo", afirmó de su lado Alondra Carrillo, del Frente Amplio.

Para Fuad Chaín, único representante en la Convención del Partido Demócrata Cristiano (centro), el "texto falla" al generar una incertidumbre jurídica que provocará "un freno" en la economía, que impedirá la creación de nuevos sistemas de salud, pensiones y educación.

Cristian Monckeberg, convencional de derecha -que en la Convención ocupó sólo 37 de los 154 escaños, sin posibilidad de veto a las normas que debían aprobarse por dos tercios- considera que se "desaprovechó el proceso constituyente y (la posibilidad) de haber construido algo que una y que no divida" al país.

Alta tensión

"No fue lo sencillo y amistoso que muchos hubiéramos querido y soñado. No, porque las tensiones eran más fuertes", relató el escritor y convencional independiente Patricio Fernández.

"Las sanaciones son más largas que la simple voluntad", agregó Fernández, sobre las peleas entre convencionales que marcaron el año de trabajo, junto a una activa campaña de desinformación en torno al borrador de las normas.

La composición política inédita de la Convención -con una derecha en minoría- le otorgó a los independientes un papel fundamental, con un total de 104 representantes, mayoritariamente ligados a la izquierda.

"El pueblo unido, avanza sin partidos", gritó un grupo de convencionales, al finalizar el martes la última votación, despertando rabia y reproches por parte de analistas, intelectuales e historiadores, que vieron en ese cántico un tono divisorio y revanchista de la izquierda más radical.

"Hasta el último día intentamos levantar puentes de diálogo, pero no se escucharon, no se recogieron", lamentó el derechista Monckeberg.

Pero los dos tercios necesarios para aprobar las normas terminó por imponer la moderación y construir un texto que, de aprobarse, pondrá a Chile a la vanguardia en varios temas, como por ejemplo, el derecho al aborto.

¿De vanguardia?

"Esta Constitución es de otra era. Estoy totalmente convencido de que si gana el Apruebo cuando se mire a distancia este proceso (...) se va a ver con mucho más afecto y admiración de lo que vemos hoy día", dice Fernández.

"Buena parte de las excentricidades, las rabietas y altisonancias no se van a ver y lo que se va a ver es el esfuerzo de iniciar un proceso democrático como no se había visto nunca", agregó el escritor.

La Convención innovó también al ser paritaria. Setenta y siete hombres e igual número de mujeres redactaron el texto, que incluyó también por primera vez 17 escaños indígenas, para saldar una vieja deuda con los pueblos originarios, especialmente el mapuche.

"Es el espacio más democrático que hemos conocido a lo largo de este país", destaca la abogada y convencional mapuche Natividad Llanquileo.

El texto reconoce el concepto de plurinacionalidad y le otorga a los indígenas ciertas autonomías, especialmente en justicia.

De cara al plebiscito de septiembre, la mayoría de las encuestas le dan ventaja al "Rechazo", pero en momentos en que todavía no se difunde el texto final en su totalidad y la ciudadanía reconoce sentir confusión.



"En esta propuesta no es todo maravilloso pero tampoco está todo malo", reconoce Fuad Chaín.

Por su parte Francisco Zuñíga, abogado constitucionalista y académico de derecho de la Universidad de Chile, sostiene que la Constitución propuesta, de casi 50 mil palabras, "cumple estándares democráticos y es inédita en cuanto a establecer una realidad paritaria y un reconocimiento a los pueblos originarios".

Destacan también la propuesta de un Estado social y democrático de derecho, un Estado regional, la laicidad  y el establecimiento de un defensor del pueblo, todo inédito en este largo país sudamericano de 19,1 millones de habitantes.

El movimiento ciudadano Amarillos por Chile, autodefinido de centro izquierda, cree en cambio que la plurinacionalidad propuesta implica "un autogobierno para 12 % indígena de la población... violando así el principio esencial a toda democracia de un ciudadano un voto".

"Se ha dado el estatuto de nación a los pueblos originarios. Una cosa es promover la dignidad, reconocimiento de los pueblos originarios y de sus derechos, otra cosa muy distinta es decir que son naciones, facultadas para legislar como quieran, organizarse como quieran e impartir justicia de la manera que ellos quieran", sostiene su líder, el poeta y profesor Cristián Warnken.

Como se ve son más las opiniones encontradas que de consenso, incluso dentro de los convencionistas constituyentes que acaban de terminar su labor. Ahora resta esperar lo que los chilenos, que con violencia en las calles exigieron hace dos años, den su palabra que, sin embargo, como señalamos, no será la última.