El Gobierno de Centro de Guaidó: algo más que simbólico | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Domingo, 1 de Septiembre de 2019
Redacción internacional

El miércoles el líder opositor oficializó el nombramiento de cinco coordinadores, entre ellos Leopoldo López y Julio Borges. Para los analistas, busca enviar un mensaje de que la dirigencia opositora “está lista para gobernar” y la transición puede ocurrir en cualquier momento

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ESTA semana Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, nombró a cinco coordinadores para conformar su gabinete, un acto que, aunque en el plano material y doméstico no signifique mucho, fortalece simbólicamente su vocería, como estiman varios expertos.

Desde Caracas, Guaidó anunció que Leopoldo López se convirtió en su “Coordinador General”, una especie de Secretario General o Ministro del Interior. Nombrado en este cargo, López, uno de los líderes más emblemáticos de la dirigencia opositora con Henrique Capriles y María Corina Machado, llega formalmente al gobierno paralelo, en medio de una situación política compleja como huésped (no asilado) en la Embajada de España.

Con más capacidad, por estar en el exterior y ser una de las voces más duras contra el régimen de Maduro, Julio Borges fue nombrado como comisionado para las Relaciones Exteriores, un cargo que simplemente oficializa lo que el exiliado opositor ha venido haciendo desde el día en el que el Presidente Encargado lo nombró como representante ante el Grupo de Lima. Ahora, sin embargo, estará dotado de facultades para representar al Gobierno paralelo en los casi 60 países que ya han reconocido el mandato de Guaidó.

El nombramiento de Borges refuerza la “presencia internacional” de la oposición en los países aliados y, como lo ha dicho el secretario general de la OEA, Luis Almagro, sirve para aumentar “el cerco diplomático” contra Maduro, que ha logrado la imposición de sanciones contra la cúpula chavista, la inversión de recursos para ayuda humanitaria y el posicionamiento de Guaidó en el exterior, quien no sale de Venezuela desde la gira que realizó en febrero por Suramérica, incluyendo Colombia.

“Estamos listos”

Para el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, detrás de estos nombramientos existen dos “metamensajes, por llamarlos de alguna manera”. “Decir estamos listos para gobernar, si cesa la usurpación. Ese es uno de los mensajes. El otro mensaje importante es generar la expectativa de que el tema está muy cerca a suceder y de alguna manera estamos preparado para ello”, explica en diálogo con EL NUEVO SIGLO.

La conformación del gabinete, un paso más en el sentido de dar una imagen técnica y de alguna manera de Estado, también representa el reagrupamiento de varios sectores de la dirigencia opositora en un solo gobierno. Así, busca demostrar que, en sentido contrario de lo que piensa el chavismo, con base en episodios en los que se quebró la unidad, esta vez la oposición si está agrupada y busca una transición política desde todos los sectores.

“Hay un tercer mensaje dentro de la misma oposición, que es el ánimo de involucrar otros sectores de la oposición, diferentes al partido de Guaidó, en el próximo gobierno”, dice Alarcón, quien hace énfasis en la  importancia de lograr unidad alrededor de una misma figura opositora, algo que pocas veces ha pasado en los últimos años (en 2013 Capriles logró acaparar la mayoría de la oposición).

Guaidó ha calificado la conformación del gabinete como un “Centro de Gobierno” y ha dicho que los nombrados serán “coordinadores”, evitando llamarlos ministros o secretarios, como usualmente se hace en Venezuela.

Además de López y Borges, el Presidente Encargado ha designado a otras personas en tres cargos importantes en el proceso transicional: Alejandro Plaz, como comisionado para el Desarrollo Económico, Humberto Prado como responsable para Derechos Humanos y Atención a las Víctimas y Javier Troconis al frente la Gestión y Recuperación de Activos.

La pregunta, ochos meses después de la conformación del gobierno paralelo, sigue siendo cuál es la capacidad material que tienen estos coordinadores. Aunque es claro que Maduro sigue manejando la institucionalidad, hay hechos que demuestran que el Centro de Gobierno, del que también hacen parte todos los delegados nombrados por el Presidente Encargado los últimos meses, ya ha dado muestras de su capacidad.

El caso más paradigmático es el del Citgo, la cadena de refinerías pertenecientes a Pdvsa cuyos directivos han sido nombradas por Guaidó y sus activos han quedado congelados luego de que Estados Unidos impusiera las últimas sanciones en contra de Venezuela.

Expectativa

Con el nombramiento de coordinadores, la oposición venezolana mantiene la iniciativa frente al chavismo, que había logrado recuperar espacio a nivel nacional y sellar más acuerdos con Rusia, su principal aliado junto con Cuba.

Aunque el optimismo persiste, es claro que poco a poco la expectativa que generó Guaidó al comienzo de año ha empezado a bajar. “Yo no me atrevería a decir que ha bajado. Pero es lógico que la exceptiva empiecen a moderarse”, explica Alarcón a este Diario.

La promesa de elecciones anticipadas que lleven a un gobierno de transición se ha visto truncada por una radicalización del chavismo, quien ha perseguido a al menos 18 diputados opositores y no ha llegado a un acuerdo mínimo sobre garantías electorales con la dirigencias opositora en los diálogos exploratorios convocados por Noruega.

Los tiempos también se han vuelto un problema. Empieza septiembre y la promesa inicial había sido elecciones antes de que empezara 2020. “Para hacer una elección en Venezuela se necesitan, por la estimación de algunos y nosotros la compartimos, debe ser como de ocho meses”, comenta Alarcón.

A cuatro meses del fin de año, la oposición conforma un gabinete de nivel ministerial y le apuesta a seguir construyendo paso a paso la transición política. Sin embargo, la meta de elecciones antes de 2020 parece cada vez más difícil de cumplir.