Inflación también dispara inconformismo con Castillo en Perú | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE peruano, Pedro Castillo, roza los primeros diez meses de mandato generando confusión e inestabilidad
Andina
Domingo, 15 de Mayo de 2022
Redacción internacional con AFP

El presidente de Perú, Pedro Castillo, atraviesa sus horas más oscuras. Aunque desde el inicio de su gobierno sabía que no iba a ser nada fácil, en lo corrido del mismo (casi diez meses de gestión) ha generado una crisis política que se agrava con el paso de los días, a la que ahora se suma una compleja situación de la economía.

Los altos precios de los alimentos y el aumento de los combustibles, fruto en gran parte de factores externos como la guerra en Ucrania, han disparado el descontento social que se hizo más que evidente en el paro de transportadores de comienzos de abril que llevó a que Castillo inesperadamente decretara un toque de queda en Lima y El Callao, el mismo que por presiones tanto políticas como ciudadanas debió derogar horas después.

Las erróneas decisiones desde el mismo día en que se juramentó como Presidente, atribuidas a su inexperiencia política pero también a la fuerte influencia de su mentor, el declarado marxista-leninista Vladimir Cerrón, quien ante una condena judicial debió resignar su aspiración presidencial y optó por alcanzar el poder en cuerpo ajeno, han permitido a la oposición consolidarse e intentar, legalmente, poner fin a su gobierno. Dos mociones de censura naufragaron, pero no se descarta una tercera, máxime ahora que se fracturó la bancada oficialista con la salida de diez diputados por abierto desacuerdo con el sector ‘cerronista’ que maneja Waldemar, el hermano de Vladimir.

El pulso de la economía

Contrario a la política, donde priman las percepciones, el comportamiento de la economía se evalúa por indicadores, algunos con mayor peso que otros.

Uno de los más determinantes es, sin duda, la depreciación o, en su defecto, la revaluación de la moneda local frente al dólar.

En este aspecto, el balance es positivo para el actual gobierno peruano ya que el Sol ha logrado una ínfima revaluación (0,12) en este gobierno, ya que hace un año la cotización era de 3,66 por dólar y hoy está en 3,78.  Sin embargo, la moneda local marcó en agosto un máximo de 4,14 por dólar.

No obstante, otros indicadores no son tan favorables para el gobierno izquierdista. Según la encuesta nacional de hogares (EHAHO) 1 de cada 3 peruanos sienten que su nivel de vida ha empeorado y el 70% de éstos apenas logran equilibrar sus ingresos con los gastos.

Y las cifras de hambre también aumentan, de los cerca de 33 millones de habitantes que tiene Perú, 1,3 millones no logran cubrir sus alimentos básicos, lo que representa un  4,1% de la población.

Las más recientes cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), señalan que hay 422.000 peruanos más en pobreza extrema, y de estos el 16% vive en hacinamiento.

Inflación

El mismo Instituto divulgó que la inflación, medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), fue del 1,13 % en abril pasado, elevando a 8,62% el acumulado en los últimos 12 meses.

Así, en los primeros cuatro meses de este año, Perú acumula un incremento de 3,15 % en el IPC y aunque el crecimiento registrado en abril es menor al de marzo, que fue del 1,5 %, estuvo por encima de lo proyectado tanto por el gobierno Castillo como por los analistas de mercados.

Según el Instituto, el aumento en los precios de alimentos y bebidas, así como el transporte jalonaron el crecimiento del costo de vida el mes pasado.

La inflación registrada en marzo, que fue la más alta del país desde febrero de 1996, así como su mínima contracción en abril evidencian la falta de claras políticas gubernamentales para enfrentar este fenómeno que si bien está disparado a nivel mundial tanto por la llamada crisis de los contenedores como por el alza en el precio de los combustibles, coletazo de la guerra en Ucrania, tiene un alto impacto social en países en vía de desarrollo, como éste.

 Uno de los sectores más golpeados por la inflación ha sido la aclamada gastronomía peruana. Por ejemplo, el chef y dueño del restaurante "Aroma de Mar" de Lima, Roberto Madrid, confiaba en que el negocio repuntaría este año, pero sus esperanzas se evaporaron. 

"En diferentes crisis hemos sido el sector más golpeado", dice Madrid, al destacar que la gastronomía peruana sufrió primero el impacto negativo de la pandemia y ahora el de las alzas de precios de los alimentos, una secuela de la guerra en Ucrania.

Después de operar en 2020 y 2021 con aforo reducido por la pandemia, los restaurantes peruanos volvieron a atender a plena capacidad el pasado 28 de febrero. Pero las ventas no aumentaron, sino que cayeron debido a la galopante inflación.


Le puede interesar: Inoperancia del Consejo de Seguridad en conflicto ruso-ucraniano


Los alimentos subieron 5,88% en los últimos dos meses en Perú, según cifras oficiales, el mayor aumento en tres décadas. Hasta la pandemia, la inflación bordeaba el 2% anual. 

Las fuertes alzas de precios afectan los bolsillos de los peruanos y evocan la hiperinflación de los años 1980.

"Hay gente [clientes], pero el consumo ha bajado tremendamente hasta 20% o 30%", dice la presidenta de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Perú, Blanca Chávez.

"La situación está bien triste, caótica no sé cómo expresar mi desesperación", agrega, expresando su temor de que muchos restaurantes bajen sus cortinas.

En 2019, había 220.000 restaurantes en Perú, de acuerdo al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Con la pandemia cerraron casi la mitad, según Chávez. 

¿Culpa de Castillo?

De hecho, la inflación, sobre todo de los alimentos, tiene un alto impacto por la guerra de Ucrania. Pero según Flavio Ausejo, especialista en políticas públicas de la Escuela de Gobierno de la PUCP en diálogo con el portal Infobae, existen elementos que se le pueden atribuir tanto al Gobierno como al contexto, o sea, a la pandemia de la covid y a la invasión de Rusia a Ucrania.

La guerra en Europa del Este tiene efectos por los bloqueos económicos, como se detiene la oferta y se altera la economía global. “Ya no es fácil moverte por el mundo, hay que evitar ciertos espacios que están en conflicto”, explica Ausejo.

“Todo en el planeta se ha visto envuelto por la guerra entre Rusia y Ucrania. Había crecimiento en China, en la India, como en otros países que estaban despegando y tenían proyectos en marcha, pero todo se ha visto trastocado”, comentó el especialista.

Pero también señala que hay países que han sabido manejar esta contingencia internacional, cosa que para Ausejo el gobierno peruano no ha sido capaz de hacer.

“Esperábamos que el Estado se convierta en un actor que tenga un alto desempeño para generar expectativas positivas, para hacer políticas públicas sectoriales y poder hacer que los servicios públicos se brinden en un estándar mínimo de calidad en todas las partes del Perú”, indicó.

Según señala, la incapacidad de los miembros del gabinete y de los entes y personas a cargo son un punto débil del Estado, pues se necesita de personal capacitado, a nivel de decisión y acción, que puedan ejercer sus funciones como servidores públicos, “Ninguno de estos puntos planteados ha pasado, todo ha ocurrido al revés: expectativas muy pobres, políticas públicas sectoriales ausentes y las decisiones que si se han tomado ha sido para desmontar aspectos que operaban medianamente bien”.

Así, que a pesar de que factores externos son los causantes primarios de los altos precios en materia de alimentos, combustibles y nivel de vida en general, las decisiones de Castillo y su manejo en los casi 10 meses que lleva en su cargo han dificultado aún más la situación peruana,  afectando en especial a los más pobres.

“Un Gobierno que tenga una lógica de buen desempeño, es decir, que sea efectivo y que tenga en cuenta la dimensión económica, debe tener los mecanismos que permitan mitigar el alza de los precios”, sostuvo Ausejo.