El primer ministro Boris Johnson suspenderá las labores del parlamento británico el lunes, tras el previsible rechazo de su segunda propuesta de elecciones anticipadas por unos diputados que antes le asestaron un nuevo golpe, obligándole a publicar documentos y comunicaciones confidenciales.
Por 311 votos contra 302, los parlamentarios aprobaron exigir al gobierno que publique sus evaluaciones confidenciales del impacto de un Brexit sin acuerdo y comunicaciones privadas, incluidos mensajes de texto, entre funcionarios gubernamentales sobre sus planes de suspensión del parlamento.
Por decisión de Johnson, las dos cámaras serán cerradas el lunes por la noche y hasta el 14 de octubre, dos semanas antes de la fecha del Brexit, lo que sus detractores denuncian como una estrategia para amordazarlos.
La ceremonia de suspensión, rodeada de gran pompa, debe tener lugar en torno a la media noche, dado que la última votación en la Cámara de los Comunes está prevista hacia las 22h00 GMT. En ella se prevé que los diputados vuelvan a rechazar una moción gubernamental para convocar elecciones anticipadas a mediados de octubre, que requiere dos tercios de apoyos.
Añadiendo drama en la cámara, el que ha sido su presidente los últimos 10 años, el controvertido John Bercow, anunció que dejará el cargo a más tardar el 31 de octubre.
Conocido por su famoso grito de "¡Orden, orden!", Bercow, que jugó un importante papel en el convulso proceso del Brexit dando la voz a los diputados proeuropeos, alegó motivos familiares.
Pero afirmó ante los diputados: "He intentado aumentar la autoridad relativa de esta legislatura, por lo que no pediré disculpas".
- "Ninguna propuesta 'realista'" -
Johnson llegó al poder en julio prometiendo que sacaría a Reino Unido de la UE el 31 de octubre, a toda costa.
Pero ante el temor de un caótico Brexit sin acuerdo, los legisladores aprobaron de urgencia la semana pasada una ley que le obliga a pedir un nuevo aplazamiento si al 19 de octubre no llega a un trato aceptable con Bruselas u obtiene la luz verde del parlamento para una salida brutal.
El texto entró en vigor el lunes con la aprobación formal por la reina Isabel II.
Johnson, quien expulsó del partido a 21 rebeldes conservadores que votaron contra su gobierno, perdió la mayoría parlamentaria siete semanas después de llegar al poder y esperaba que unos comicios le diesen un mandato fuerte antes del Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre, en el que confíaba arrancar un nuevo acuerdo a los 27.
Pero estos afirman que Reino Unido no presentó alternativas reales al Tratado de Retirada firmado por May en noviembre y rechazado tres veces por el parlamento.
La UE no recibió hasta el momento ninguna propuesta "realista" de Londres, afirmó el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, en una rueda de prensa conjunta con Johnson en Dublín.
"Las reuniones técnicas continuarán esta semana", se limitó a afirmar en Bruselas la portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva.
- "Tenemos tiempo" y "entusiasmo" -
Johnson pidió a la UE eliminar del acuerdo la "salvaguarda irlandesa", un mecanismo para evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda que amenace al frágil acuerdo de paz de 1998 que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en Irlanda del Norte.
El ejecutivo británico propone reemplazarla por "arreglos alternativos", pero aún debe precisar en qué consistirían.
"Presentaremos ideas, tenemos tiempo para hacerlo y lo abordaremos con mucho entusiasmo", afirmó Johnson en Dublín.
En el plano nacional, el primer ministro choca con la desconfianza de la oposición, que, tras meses reclamando comicios, ve ahora el riesgo de una "treta" o de que los votantes probrexit refuercen al Partido Conservador para que no tenga que pedir un tercer aplazamiento.
"Apoyaremos unas elecciones cuando esté claro que evitaremos salir brutalmente" de la UE, afirmó el líder laborista Jeremy Corbyn.
Unas elecciones tras la prórroga del Brexit tendrían además la ventaja para la oposición de poner a Johnson ante los electores habiendo incumplido su gran promesa.
Johnson repitió el domingo que se niega a aceptar "cualquier aplazamiento innecesario" del Brexit, aprobado por 52% de los británicos en el referéndum en junio de 2016.
En este contexto, la oposición teme que Johnson ignore la ley recién aprobada y que el caso termine en los tribunales.
Todo nuevo aplazamiento deberá ser aprobado por unanimidad por los otros 27 países miembros de la UE. Pero el canciller francés, Jean-Yves le Drian, advirtió que en las "circunstancias actuales" la respuesta de París sería no.