¿Quiénes son royinhás, comunidad que se enfrenta al ejército de Birmania? | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Domingo, 3 de Septiembre de 2017
Redacción internacional

ESTOS musulmanes sunitas hablan un dialecto de origen bengalí utilizado en el sureste de Bangladés, de donde son originarios. Alrededor de un millón de ellos viven en Birmania, buena parte en campos de refugiados, principalmente en el estado de Rakáin (noroeste).

Pero, este país rechaza otorgarles la ciudadanía. La ley birmana sobre la nacionalidad de 1982 especifica, concretamente, que solamente los grupos étnicos que puedan demostrar su presencia en el territorio antes de 1823, fecha de la primera guerra anglo-birmana que llevó a su colonización, pueden obtener la ciudadanía. Por lo tanto se trata de apátridas.

Sin embargo, los representantes de los rohinyás aseguran que estaban allí desde mucho antes. Miles de ellos huyeron del país en los últimos años para dirigirse a Malasia o Indonesia. Otros decidieron hacerlo hacia Bangladés, donde la mayoría vive en campos de refugiados.

Considerados como extranjeros en Birmania, los rohinyás son víctimas de múltiples discriminaciones -trabajos forzados, extorsión, restricciones a la libertad de movimiento, reglas de matrimonio injustas y confiscación de tierras.

También tienen un acceso limitado a a la educación, así como a otros servicios públicos.Desde 2011, y la disolución de la junta militar que imperó durante casi medio siglo en el país, las tensiones entre comunidades han aumentado.

Un poderoso movimiento de monjes nacionalistas no ha cesado de atizar el odio, considerando que los musulmanes representan una amenaza para Birmania, país con más del 90% de su población budista.

Los combates que enfrentan a los rebeldes musulmanes rohinyás y al ejército birmano en el noroeste del país dejaron en una semana al menos 400 muertos y más de 47.000 personas huyeron al vecino Bangladés.

“370 terroristas”

El ejército birmano anunció en su página de Facebook que "los cuerpos de 370 terroristas fueron encontrados" y que 15 soldados y 14 civiles habían muerto en estas operaciones. El último balance de hace dos días hablaba de 110 muertos.

El inicio de esta violencia fue el ataque pasado (25 de agosto) de la rebelión del Arakan Rohingya Salvation Army (ARSA) contra una treintena de puestos de la policía. Desde entonces, el ejército lanzó una gran operación en esta región pobre y remota.

Esa violencia provocó un nuevo éxodo de la minoría musulmana. Según las últimas cifras divulgadas por la ONU, 27.400 personas llegaron a Bangladés desde pasado y unas 20.000 estarían bloqueadas en la frontera. Estos refugiados son mayoritariamente rohinyás.

Paralelamente, varias organizaciones acusan al ejército de haber cometido una nueva matanza en la localidad de Chut Pyin.

La ONG local Fortify Rights obtuvo el testimonio de supervivientes que hablan de una matanza que habría durado cinco horas.

"Mi hermano murió quemado. Hemos hallado a los demás miembros de mi familia en los campos. Tenían marcas de impactos de bala y algunos estaban heridos con arma blanca", relató Abdul Rahman, de 41 años.

Chris Lewa, del proyecto Arakan, organización de defensa de los derechos de los rohinyás, dijo a la AFP que "fuerzas de seguridad acompañadas por pobladores de la etnia rakáin atacaron el domingo el pueblo de Chut Pyin, quemaron casas y dispararon contra los rohinyás que huían".

"Según una lista que pudimos establecer, 130 personas murieron, entre ellas mujeres y niños", añadió.

Una zona cerrada

Esa región está cerrada desde octubre y ningún periodista puede viajar a ella de forma independiente. El gobierno birmano, contactado por la AFP, no respondió.

En su cuenta Facebook, a principios de semana el gobierno aludió a un gran operación en esa zona.

"Las tropas intercambiaron disparos con 80 terroristas bengalíes (término utilizado por las autoridades para designar a los rohinyás) armados con bombas caseras, cuchillos y lanzas" afirmó el ejecutivo, dirigido de hecho por Aung San Suu Kyi, la exdisidente y premio Nobel de la paz.

Los enfrentamientos llevaron a miles de civiles, principalmente miembros de la minoría rohinyás, a abandonar sus hogares y buscar refugios en Bangladés. Muchos se encuentran bloqueados en la frontera sin ningún recurso.

Más de 400.000 rohinyás se encuentran ya en Bangladés, un país mayoritariamente musulmán, después de haber huido durante combates anteriores. El país no quiere acoger más y cerró su frontera con Birmania.

Muchos de ellos lo hacen a través de precarias embarcaciones para atravesar el río Naf fronterizo entre Birmania y el sudeste de Bangladés. Dieciocho cuerpos fueron hallados en la orilla bangladesí del río. En total, en los últimos días perecieron ahogadas 41 personas, indicó un responsable de la región de Cox's Bazar, que requirió el anonimato.

Últimas grandes fases de violencia

En 2012, estallaron violentos enfrentamientos en el país entre budistas y musulmanes, que provocaron casi 200 muertos, sobre todo musulmanes.

En octubre pasado hubo nuevos brotes de violencia: el ejército lanzó una vasta operación tras el ataque contra puestos fronterizos perpetrados por hombres armados en el norte del estado de Rakáin. Acusando a las fuerzas de seguridad de múltiples excesos de violencia, decenas de miles de civiles abandonaron sus poblaciones.

Los choques estallaron nuevamente en la región en los últimos días, provocando alrededor de un centenar de muertos.

Los ataques que provocaron la operación militar fueron reivindicados por el Arakan Rohingya Salvation Army (ARSA), un grupo conocido desde octubre pasado.

Estos rebeldes, que utilizan sobre todo cuchillos o espadas en sus ataques, reclaman el respeto a los derechos de los rohinyás.

Una comisión internacional dirigida por el exsecretario general de la ONU Kofi Annan llamó recientemente a Birmania a otorgar más derechos a su minoría musulmana rohinyá, ante el riesgo de que ésta "se radicalice".