Sequía en Canal de Panamá impacta la logística de narcotraficantes | El Nuevo Siglo
POR EL CANAL de Panamá transita el 57.5% del total de la carga que se transporta en buques portacontenedores de Asia a la costa este de los Estados Unidos. /Archivo AFP
Lunes, 18 de Diciembre de 2023
Insight Crime y AFP

UNA reducción en el tránsito del Canal de Panamá causada por una ausencia de lluvias podría afectar la cadena de distribución de redes narcotraficantes que emplean este corredor marítimo para mover cargamentos de droga.

Desde mediados de julio, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha venido limitando gradualmente el paso de embarcaciones que cruzan diariamente por el estrecho que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. La medida responde principalmente a una escasez de precipitaciones que ha reducido los niveles de agua de los lagos artificiales que abastecen los conductos del Canal, aunque en noviembre hubo más lluvias de lo previsto.

 

“Debido al Fenómeno de El Niño, la precipitación promedio acumulada de lluvias en la Cuenca Hidrográfica para 2023 es 25.6% menor que la precipitación promedio de los últimos 73 años”, sostuvo la ACP en octubre.

Con una capacidad de circulación diaria de 38 embarcaciones en funcionamiento óptimo, la ACP disminuyó la cifra a 32 barcos en julio y en noviembre la redujo a 31. Para febrero de 2024, de acuerdo con un reporte emitido por la Vicepresidencia de Operaciones de la ACP, el Canal de Panamá solo estaría habilitado para el paso de 18 buques por jornada en caso de que la sequía se prolongue.

Pero los atascos en el Canal de Panamá no solamente están afectando al comercio internacional. Organizaciones criminales que envían droga por medio de contenedores también dependen, en parte, del flujo continuo de las embarcaciones que atraviesan diariamente por el istmo centroamericano.

Continuos decomisos de droga y reportes mediáticos, destacan el rol de Panamá como uno de los principales trampolines de droga en América Latina, sobre todo para los envíos que tienen a Europa como destino.

El año pasado, las autoridades locales incautaron de 138 toneladas de droga, de las que casi 109 eran cocaína. La mayor parte de la droga se encontró dentro de contenedores, según informes de diversos medios e información de las fuerzas de seguridad locales.

Análisis

Con la operación del Canal de Panamá reducida, todos pierden, incluidos los grupos criminales. En el caso de que este escenario se mantenga, narcotraficantes replantearían las rutas y métodos de entrega de su mercancía.

Los retrasos en el transporte marítimo y la reducción de los buques portacontenedores, que viajan de la costa del Pacífico a Europa, reducen tanto las opciones de contaminación como la fiabilidad de las entregas para los traficantes.

Además, la reducción de los flujos podría suponer una disminución de las probabilidades de éxito. Dado que menos del 2% de estos contenedores pasa por inspecciones detalladas con escáneres en los puertos, organizaciones narcotraficantes acuden a diversas tácticas para contaminar buques portacontenedores y camuflar grandes cargamentos ilícitos que viajan de manera extracontinental.

Si el volumen de contenedores cargados en Panamá disminuye, las autoridades tendrían capacidad para inspeccionar un mayor porcentaje del flujo total, lo que reduciría las probabilidades de éxito de los traficantes.

Organizaciones especializadas en el tráfico transnacional de cocaína, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), se han valido de esta ruta y de corromper funcionarios locales para para transportar los alijos de droga entre las costas del Pacífico y el Atlántico. Los retrasos y reducción de embarcaciones de contenedores podrían llevar a esta y otras organizaciones a buscar opciones alternas mientras el Canal vuelve al funcionamiento normal.

Los problemas del Canal de Panamá también pueden tener repercusiones en toda la costa pacífica de Suramérica. Los traficantes que operan en muchos de los puntos más importantes para el tráfico hacia Europa, como Buenaventura en Colombia, Guayaquil en Ecuador y Callao en Perú, también dependen de los barcos que pasan por el canal, por lo que sus operaciones podrían verse afectadas.

En última instancia, ya sea afectando o no los cronogramas de entrega, la capacidad de adaptación que demostraron los grupos transnacionales de crimen organizado durante la pandemia del covid-19 es un claro ejemplo del ingenio y flexibilidad de estas redes para superar obstáculos en el despacho de mercancía a nivel global.

Previsiones de tránsito

De otra parte se informó que el Canal de Panamá aumentará de 22 a 24 el tránsito diario de buques en enero debido a una mejora en el volumen de lluvias y a medidas de ahorro de agua ante la severa sequía que ha enfrentado.

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) había anunciado hace mes y medio una reducción a 24 tránsitos en noviembre, 22 en diciembre, 20 en enero y 18 en febrero, tras señalar que octubre fue el mes "más seco" en la historia de la cuenca.

Sin embargo, "debido a que las lluvias de noviembre no resultaron tan deficientes como las de octubre, aunado a los resultados" de "las medidas de ahorro de agua y restricciones aplicadas", se ajustó al alza los tránsitos para enero, según un comunicado de la ACP.

Estas medidas "seguirán vigentes hasta que se presente alguna condición que amerite cambios", agregó.

Y aunque el Canal registró en el último año fiscal una disminución en el tránsito de buques y de carga en relación al ejercicio anterior, tuvo más ingresos: del 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023 pasaron por la vía 510 millones de toneladas de carga, ocho millones de toneladas menos que en el ejercicio anterior.

El número de tránsitos también se redujo, pasando de 13.003 buques en el año fiscal 2022 a 12.638 en 2023, pero los ingresos subieron de 3.025 millones de dólares en 2022 a 3.344 millones el último año.

La caída en el tonelaje de carga y en el número de tránsitos ocurre en momentos donde la ACP ha tenido que restringir el tráfico de embarcaciones por la escasez de agua producto del cambio climático y el fenómeno de El Niño.

Por el Canal de Panamá, cuyos principales clientes son Estados Unidos, China y Japón, pasa el seis por ciento del comercio marítimo mundial.

La vía panameña, que opera con agua dulce a diferencia del Canal de Suez, se ha visto afectada por el bajo nivel de los lagos de los que se abastece debido a menores precipitaciones.

Además, la cuenca del Canal abastece de agua potable a la mitad de los 4,2 millones de habitantes del país.

La reducción del tránsito también ha motivado un aumento considerable del número de barcos que hacen fila para cruzar esta vía de 80 kilómetros, que conecta el Océano Pacífico con el Atlántico.

La reducción de cruces llevó al Canal a hacer subastas de los pocos cupos disponibles y un buque con gas licuado pagó a inicios de noviembre cuatro millones de dólares para evitar la fila de espera, además del peaje.

Para ahorrar agua la autoridad canalera también se vio obligada a reducir el calado de los buques a 44 pies (13,4 metros), dos menos que antes, lo que ha provocado que los barcos lleven menos carga para poder pasar por la ruta panameña.

Recientemente, el administrador del Canal, Ricaurte Vásquez, manifestó que los ingresos por peajes caerían en unos 200 millones de dólares en el año fiscal recién iniciado.