Universidades públicas españolas con sobreoferta de cupos | El Nuevo Siglo
EL impacto del Covid puede llevar a que en países, como en Colombia, se aumente la demanda de cupos en universidades públicas
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Domingo, 20 de Diciembre de 2020
Mario F. Hurtado

El estudio que presenta la Fundación Conocimiento y Desarrollo, de España, indica que desde 1988 las universidades privadas le están cortando terreno a las universidades públicas, pues se han creado 22 nuevas en los últimos años para llegar a 39, mientras que las públicas se mantienen en 50 desde hace 30 años.

Uno de los asuntos es que las privadas en el país ibérico se están adaptando a los cambios laborales, los patrones de consumo y las necesidades del mercado, mientras que las universidades públicas mantienen la oferta tradicional de programas, sin modificaciones sustanciales.

Según las cifras, las universidades públicas han perdido 333 mil estudiantes en los últimos 10 años, mientras que las privadas han aumentado en 88 mil el número de matriculados durante la última década.



Los datos anteriores reflejan que el 13% de las carreras de las universidades públicas no está cubriendo si quiera la mitad de los cupos disponibles y otra cifra preocupantes es que en una de cada cuatro carreras no alcanza a tener el 75% de los cupos disponibles.

Los casos con mayor incidencia de cupos disponibles son Extremadura donde el 37% de los cupos de las universidades quedan vacíos, el 50% en la provincia de Huelva y un 35% en la de Salamanca, reconocida por tener unas de las universidades con mayor número de estudiantes hispanos.

La Fundación advierte que el Covid puede revertir esa tendencia, pues está probado que en tiempos de crisis se aumentan las matrículas en las universidades públicas por dos aspectos: el primero los bajos costos de las matrículas, y el segundo ante el alto desempleo las personas prefieren dedicarse a estudiar y prepararse mejor.

Esa reversión a la tendencia ya se vio en 2008. Sin embargo, preocupa, que se siguen ofertando programas con muy baja empleabilidad, de baja remuneración. En ese sentido se invita a las universidades estatales a pensar en programas que se articulen con las necesidades del mercado, con las realidades en los cambios sociales y con las expectativas que tienen los jóvenes.



El informe también evidencia que se mantiene una tendencia a la sobre cualificación, eso se traduce en un alto nivel de profesionales graduados que ocupan cargos o puestos de trabajo que no corresponde a su formación. Las cifras indican que en 36.9% de los profesionales graduados en los últimos 10 años ocupan un puesto de trabajo donde les sobra preparación. Además, de una baja remuneración salarial.

Por eso, el informe de la Fundación sugiere que se debe revisar la dinámica de los contenidos y los programas educativos para adaptarlos a las realidades del mercado y fortalecer los procesos de formación continua. Otro tema que recomienda es reducir los trámites burocráticos a los que se deben ver involucrados las universidades públicas, que pueden tardar hasta dos años para poder ofertar un programa o carrera nueva.

 

La situación es interesante por las tendencias que se pueden ver reflejadas en Colombia, donde la crisis económica que generó la pandemia de Covid-19 ha llevado a que se mantengan las tasas de matrícula de las universidades públicas, frente a la reducción que presentan varias instituciones privadas.

De igual forma, es necesario revisar el sistema de acreditación de programas y las acciones para modificar programas que se están quedando obsoletos o crear nueva oferta académica acorde a los cambios culturales, de consumo y de remuneración.



El país ya presenta altas tasas de subempleo y de profesionales sobre valorados en los cargos que ocupan. Por eso, es indispensable una articulación entre universidad y empleabilidad. Las universidades siempre han insistido y en parte con razón, que no son las responsables de la empleabilidad de sus egresados, pero si debe existir una conciencia social y una responsabilidad sobre no seguir ofertando en exceso programas que se saben no están generando empleo, pues los efectos más allá de lo económico, involucra las emociones y el proyecto de vida de miles de jóvenes que ven frustrados sus planes por acceder a una oferta académica plagada de ilusiones.

*Especialista en educación