La colombiana Mari Leivis Sánchez subió al podio este viernes en la prueba de halterofilia -71 kilos, al obtener medalla de plata.
PARÍS. Nacido en Istmina, Chocó, hace 24 años, Yeison López fue el encargado de darle a Colombia una bocanada de aire cuando más lo necesitaba. La moral estaba por el suelo en el campamento colombiano en París. En el ambiente había un sabor a crisis, pero nadie se atrevía siquiera a mencionarlo. La esperanza de conseguir una de las tres medallas que quedan en disputa para Colombia camuflaban la ansiedad que genera no conseguir los resultados esperados.
🇨🇴👏🏻💪🏻 ¡MEDALLA DE PLATA para Colombia en levantamiento de pesas!
— Ministerio del Deporte (@MinDeporteCol) August 9, 2024
🏋🏽♀️🥈Mari Leivis Sánchez, nuestro #OrgulloColombiano, obtuvo medalla de PLATA en #Paris2024, la tercera presea para el país en estos #JuegosOlímpicos.
✅ Arranque: 112 kg
✅ Envión: 145 kg
💛💙❤️ ¡Gracias! pic.twitter.com/pnHsg0UTCJ
La presión que podía sentir Yeison al ser la esperanza de las pesas colombianas de alcanzar una medalla, era poca realmente comparada con la que su familia sintió cuando a su casa llegaron los enfrentamientos entre la guerrilla y los paramilitares, su familia recibía amenazas de muerte, su padre Lucreciano se fue con un pequeño Yeison de apenas 12 años y su hermano Dávinson para Cali, dejando atrás a su mamá y sus otros seis hermanos por poco tiempo, porque las amenazas no amainaron y en cambio aumentaron. Entonces, presión por medallas este joven no iba a sentir, cuando él sabe lo que significa meter una vida entera en cajas y maletas para huir para salvarla.
Cómo iba a sentir presión si durante mucho tiempo, cuando llegó a Cali y conoció la halterofilia, le tocó irse caminando porque no había plata para los tiquetes.
Cómo no iba a saber recomponer su cabeza, si en 2014 había perdido el rumbo deportivo, se había retirado por falta de apoyo y logró regresar para ganar medallas en el Mundial Sub-17. Cómo no iba a poder pararse, si en 2018 dio positivo por boldenona y fue sancionado por cuatro años.
Por si fuera poco esta historia, que parece de cine, que tiene todos los elementos del camino del héroe cinematográfico, en 2022 presentó deshidratación en los discos vertebrales y volvió a las pistas en el 2023 para empezar el camino que lo trajo a los Olímpicos.
López nos dio una alegría cuando más la necesitábamos. López, el que se lesionó, el que salió positivo en un caso de dopaje. López, el que estudia Gestión Deportiva.
Esta historia termina con el relato de lo sucedido en París. López se subió a la plataforma de competencia, en sus manos no iba a cargar solamente el peso de los discos en la barra: levantaba el peso de todo un país que lo iba a criticar si perdía, que lo iba a alabar como a un semidiós por unos días si ganaba; las lesiones, las tristezas, los kilómetros en sus piernas, las acusaciones y sanciones por dopaje, hoy ya no importaban, alcanzaba la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Las emociones desbordadas de Yeison contagiaron a los colombianos que, a través de las pantallas del lugar, veían como López se conmovía hasta las lágrimas y se desplomaba en una silla mientras su entrenador, Luis Arrieta, lo abrazaba. La sola imagen es épica, el gladiador en su esquina, llorando su triunfo; el entrenador cuidando que nadie vea al héroe llorar, pero es un esfuerzo en vano, porque las lágrimas de López contagiaron al país entero.
Una emoción más
Y mientras todavía celebrábamos la medalla de Yeison en los camerinos, la nacida en Turbo, Antioquia, Mari Leivis Sánchez, se concentraba. Luis Javier Mosquera, su compañero y capitán del equipo de pesas, había advertido la noche anterior que ella, de la cual no hablaban, la que no aparecía en las proyecciones de nadie, podía sorprender.
Sánchez se olvidó del mundo, dejó que las decisiones las tomara el técnico, confió en Arrieta, que había estado fino en sus decisiones. Se dejó llevar y consiguió una plata inesperada, pero más allá de eso, la realidad es que de una u otra forma le arregló el caminado a toda la delegación colombiana.
Las cuentas no les daban, como lo hemos mencionado toda la semana. Las nueve medallas a las que aspiraban estaban lejos, pero de repente, en las últimas horas y gracias a las platas de López y Sánchez, la esperanza de otras preseas, en el lanzamiento de jabalina, la lucha y el ciclismo de pista, se avivaron y pusieron al país de nuevo a soñar y a olvidarse de que toda la semana han estado vapuleando a los deportistas por la falta de resultados.
Al final lo que hacen ellos, los deportistas, es levantar el peso de todo un país.