"Animales no son sujeto de derechos": Corte sobre oso Chucho | El Nuevo Siglo
Archivo
Jueves, 23 de Enero de 2020
Redacción Web
Corte Constitucional negó el habeas corpus al oso; indicó que los animales son solo objeto de protección constitucional 

____________

En un fallo dividido la Corte Constitucional puso punto final ayer al mediático caso del oso ‘Chucho’, al determinar que los animales no son sujetos de derecho sino de protección constitucional.

Desde el año pasado se ha hablado de este asunto a raíz de una tutela por medio de la cual el accionante buscaba la libertad del mamífero, que desde hace un tiempo permanece en el zoológico de Barranquilla, a través del beneficio del habeas corpus contemplado en el Código Penal para las personas.

A raíz de esta tutela se presentó una polémica acerca de hasta dónde van los derechos de los animales en la legislación colombiana y si en llegado momento se pueden emular con los de los seres humanos.

La Ley 1774 de 2016 ya reconoció que los animales son seres sintientes y luego la Corte Suprema fue un poco más allá al determinar que también “los animales son sujetos de derechos sintientes no humanos que como tales tienen prerrogativas en su condición de fauna protegida a la salvaguarda por virtud de la biodiversidad y del equilibrio natural de las especies, y especialmente la de naturaleza silvestre. Como tales, deben ser objeto de conservación y protección frente al padecimiento, maltrato y crueldad injustificada”.

En su sala de ayer, siete magistrados de la Corte Constitucional votaron negando que los animales sean sujetos de derecho, mientras que dos consideraron que sí deben serlo. De esta forma fue derrotada la ponencia a favor que radicó la magistrada Diana Fajardo.

Luis Domingo Gómez Maldonado, apoderado del oso ‘Chucho’, ha explicado que “el habeas corpus en favor del oso fue promovido con el interés de lograr su ubicación en un hábitat similar al natural para que pudiera vivir según su condición y especie los últimos años de vida y evitar su confinamiento en un zoológico, lugar en el que no merece estar”.

Agregó el abogado que “se trata de discutir la pertinencia de aplicar un mecanismo procesal constitucional, que siendo ideado para uso y beneficio del animal racional, pueda ser utilizado para defender la libertad de los animales no racionales, hasta tanto el sistema jurídico colombiano no adopte un mecanismo procesal que sea efectivo para proteger la libertad animal de manera idónea e inmediata”.

La presidenta de la Corte, Gloria Stella Ortiz explicó que una de las razones por las que se le negó "la libertad" a Chucho se debe a que por su avanzada edad, él no tiene la capacidad de conseguir su propio alimento, por lo tanto, se disminuiría su probabilidad de supervivencia en campo abierto. 

 El proceso

El oso nació en cautiverio en la reserva natural de Ricaurte, en Nariño. Allí vivió hasta 1988 donde fue trasladado a la reserva de Río Blanco en Manizales. Junto a él llegó Clarita, su hermana, a vivir en una reserva natural que está a cargo de Aguas de Manizales. Allí iniciaron las tragedias de Chucho.

Clarita murió de cáncer de útero. Eso golpeó al oso, que se volvió sedentario, pasivo y comenzó a sufrir de sobrepeso.

Chucho se escapó varias veces, poniendo en peligro a los habitantes de la zona y su propia vida. Los osos son considerados un peligro, pues pueden llegar a matar ganado para alimentarse.

Así las cosas, Chucho estaba confinado en un lugar para el que no estaba adaptado, en un espacio que no era para él.

Ante la problemática, en 2017 Corpocaldas y la Alcaldía de Manizales donaron al oso a la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla. Un problema, pues, el hábitat del oso son las montañas de niebla, donde las temperaturas más altas son de 23 grados centígrados y las más bajas de 12. 

Un tribunal amparó a Chucho con el habeas corpus, una figura que les permite a los humanos la libre locomoción en el territorio.