Escasez de maestros | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Mineducación
Domingo, 2 de Diciembre de 2018
Mario F. Hurtado

EN COLOMBIA la profesión docente ha ido en franca decadencia reputacional. Hace 50 años ser profesor era símbolo de conocimiento, moderación, cultura y respeto. Todo indica que la profesión tenía más prestigio y eso tenía una explicación, eran pocos, la mayoría contaba con un conocimiento cultural adicional a la formación universitaria y en un país con alto analfabetismo la profesión representaba un verdadero cambio en la sociedad.

En los años 60 del siglo XX comienza la masificación de la profesión, con la apertura de facultades de educación en las universidades públicas. Hoy las 32 cuentan con programas de licenciatura o de formación pedagógica. La profesión se masifica y al mismo tiempo se desprestigia, baja la calidad en la formación, se reciben estudiantes con bajos resultados en las pruebas de Estado y las demandas por las malas condiciones laborales que empiezan a hacer los sindicatos, tienen un efecto contrario. La sociedad comienza a ver la profesión poco atractiva. Varias universidades privadas cierran sus programas de formación de profesores y los futuros profesionales de las clases medias y altas, cada vez desestiman más la posibilidad de formarse como educadores.

En ese panorama, de un aumento notorio en la formación de profesores y en un país con altas tasas de desempleo, es contradictorio que existan regiones donde haya escasez de maestros, particularmente de inglés y ciencias sociales.

El panorama

Varios consultores que visitan los colegios de las regiones y ofrecen programas de capacitación a los mismos, en su mayoría privados, encuentran que en las regiones demandan profesores de inglés y ciencias sociales, y eso se debe a varios factores. Según dos consultores, los profesionales no llegan a regiones como Urabá, La Guajira, Cesar, los Llanos Orientales, la Amazonía entre otras.

El caso es traumático en estas dos áreas por dos razones, en el caso de inglés, los profesionales se encuentran muy mal pagos en los colegios privados, las condiciones de trabajo no son estimulantes, por lo que terminan yéndose a empresas de call center donde sus ingresos son mayores. El Gobierno nacional y en especial el Ministerio de Educación están en deuda con los profesores de inglés, es un área donde muchos terminan trabajando en el exterior porque las condiciones son mejores que acá. Mientras tanto, adolecemos de un capital humano en el sector para mejorar los conocimientos de esta importante materia de los colombianos.

En el área de las ciencias sociales la limitación está en la calidad de los profesionales. En las regiones muchos no cumplen con los conocimientos o habilidades esperados. En las Pruebas Saber Pro, los mejores puntajes de lejos los obtienen las licenciaturas en sociales de Bogotá, Tunja, Medellín y Cali, en el resto los resultados en conocimiento y comprensión lectora son bajos. Eso provoca que los colegios de regiones que quieren mejorar su desempeño busquen profesores de Bogotá, Medellín o Cali y eso hace que las posibilidades de encontrar docentes se reduzcan.

Las alternativas

Las posibles soluciones deben venir de diferentes frentes, desde las políticas, la formación y la empleabilidad.

En las políticas, el Ministerio de Educación debe trabajar en pro de la calidad, la dignificación docente, la acreditación de alta calidad y la formación continua de los profesores. No solo del Estado, también en acercar a los educadores de instituciones privadas, que forman a un alto porcentaje de colombianos. Las acreditaciones de alta calidad no deben debilitarse, al contrario fortalecerse.

En la formación, las facultades de educación tienen que ampliar los esfuerzos por la calidad, la demanda de más recursos también debe pensarse para fortalecer la calidad de la formación, el seguimiento y la evaluación y por último, los colegios en especial los privados deben mejorar las condiciones salariales de los educadores y el trato hacia ellos. Si se valora al profesional, los niveles de permanencia y las mejoras en la calidad de la educación impartida serán sustanciales.

La calidad de los programas y la motivación salarial deben ser elementos centrales en los procesos de formación y empleabilidad.

*    (*) Mario Hurtado es especialista en educación. Twitter: @hurtadobeltran  “La opinión del autor no refleja necesariamente la posición del medio y es responsabilidad exclusiva del que la escribe”