“No disminuye, aumenta en número de hombres armados” | El Nuevo Siglo
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Domingo, 19 de Agosto de 2018
Redacción Política

Para Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, el poder de las estructuras irregulares “no se acabó, sino que se descentralizó”


EL NUEVO SIGLO: ¿Qué tan grande es el poder de los grupos alzados en armas en Colombia?

NÉSTOR ROSANÍA: Lo que hemos visto en las investigaciones es que lo que se está dando son reacomodaciones de estructuras armadas. Quiere decir que los que tenían el control de laboratorios, las rutas y los contactos internacionales, importante lo que era el frente primero, esas estructuras se están sosteniendo, y antes que disminuir lo que están es aumentando los hombres alzados en armas.

Por el lado de lo que era el Bloque Sur de las Farc, en ese espacio vacío está el bloque que comanda Guacho. Y en todos los corredores de movilidad hacia la salida del Pacífico, lo que es la costa caucana y la costa nariñense, igualmente ahí se han sostenido los grupos armados.

Entonces hoy el poder no se acabó, sino que se descentralizó. Y eso es lo que estamos viendo: una descentralización de los grupos armados.

ENS: En un país con 209.000 hectáreas de narcocultivos, ¿en dónde está el dinero de la droga?

NR: Fuimos a hacer la investigación a Tumaco, en Bahía Málaga y en Buenaventura. Hablando con la gente del puerto, me decían “ustedes vienen aquí pensando que van a encontrar la plata. Eso no está aquí. Eso está en Cali, Bogotá y Medellín’. La plata del narcotráfico se mueve en las grandes ciudades.

En el caso colombiano, qué es la plata de cultivos y procesamientos químicos, es una plata que se queda en las grandes ciudades y no está en las regiones.

Pero lo segundo que es lo más importante. Es el grueso del negocio del narcotráfico. Es decir, de todo el eslabón -cultivo, procesamiento, tráfico, comercialización en calle, consumo y lavado de activos, esos seis eslabones- lo más rentable es la comercialización, que es el microtrafico y el lavado de activos. Y hoy Colombia no tiene esos mercados cooptados. Solo se manejan cultivos, laboratorios, porque los mexicanos son los que compran en puerto y ellos son los que transportan. Es decir, la plata del narcotráfico, que es el transporte, se la queda el Sinaloa, el Tijuana, Jalisco Nueva Generación. Son los que están comprando en Colombia, pero los colombianos no. Lo que hacían las Farc era vender en puerto y de ahí ya se encargaban ellos.

ENS: La situación crítica de la relación entre Colombia y Venezuela, ¿cómo impacta la situación de orden público y de control de la frontera?

NR: La ventaja para los grupos armados, de que la relación sea tan mala, es que Colombia hace más de diez años rompió un mecanismo de integración que se llama la Combifrón, que son las comisiones binacionales de la frontera, que es un mecanismo diplomático entre las fuerzas militares y las fuerzas de policía de los países. Eso nos permite intercambiar información, en algún momento hacer patrullajes conjuntos y hasta cierto límite avalar la persecución en caliente.

Pero desde el gobierno Uribe-Chavez comenzó la crisis y Colombia rompió todo modelo de integración, entonces hoy los grupos armados juegan es a lo que se llama el ángulo muerto, y es que ellos saben que cuando pasan la línea de la frontera quedan blindados del otro lado. Entonces juegan a tener un repliegue estratégico del otro lado de la frontera. Y eso sirvió para que gente como el frente Libardo Toro Mora, que son Los Pelusos, gente del Frente 33 de las Farc, en la zona del Catatumbo, que se empezó a fraccionar y a coger otros rumbos, gente del Bloque Oriental del Eln, y gente que era del Bloque Catatumbo, todos ellos están en la frontera peleándose las rutas y las salidas.

ENS

ENS: ¿Frente a lo que teníamos hace 16 años, hoy la economía subterránea es más grande, es más pequeña, o ha cambiado de actores?

NR: No solamente sigue manejando los mismos recursos, sino que va cambiando de actores, pero maneja una correlación que ya vimos.

Y hablando con cocaleros sobre el ‘boom’ de la coca, lo que nos decían es que cuando se bajó el precio del oro, todo el mundo empezó a cultivar. Lo que hemos visto es que los portafolios de economía criminal tienen esas fluctuaciones, que crece algún negocio, se traslada, pero nuevamente después regresa. Y están fluctuando permanentemente.

ENS: ¿Cuáles son las mayores amenazas hoy en Colombia?

NR: Creo que sin duda alguna es Venezuela como país, en términos no solo de las lógicas de conflictos regulares, sino que hay un nuevo fenómeno de desestabilización. Que la seguridad nacional también se ve afectada no solo por los modelos clásicos de amenazas, sino que también con el tema de las migraciones y Venezuela está desestabilizando a Colombia con ese fenómeno.

Hoy el país vecino sí es una amenaza en ese punto, porque con esa migración desestabiliza muchos factores de soberanía nacional.

ENS: ¿Cree que se requiera una política de frontera?

NR: Sí y como política de Estado, no como política de Gobierno. Y creo que eso es lo más importante, porque Colombia no tiene una política.

Entonces hay una radiografía que hemos estado trabajando que es la frontera colombo-venezolana, Catatumbo, todos los grupos armados, portafolio de economía criminal; frontera con Brasil, está la familia del Norte, que es el gran grupo del narcotráfico brasilero, comprando coca en Colombia, la llevan hasta Manaos, Brasil, y ahí distribuyen para todo Brasil; frontera colombo-peruana y Ecuador, todo el problema que hemos vivido; frontera con Panamá, igual: temas de narcotráfico y temas de migrantes.

Entonces con ese panorama, Colombia tiene el mismo problema, dominadas por las economías criminales.

Seguridad interna y seguridad urbana

ENS: El Gobierno lanzó el tema de la seguridad interna, ¿hasta qué punto se puede controlar la seguridad urbana?

NR: Lo que dicen es que las ciudades crecen muy rápido, sin ningún tipo de estabilidad en términos de servicio público. Muchas veces las ciudades crecen más rápido de lo que crece el Estado y entonces no se le puede dar una cobertura real.

Es muy difícil, porque el tema de seguridad en un momento se veía como una isla, entonces Bogotá estaba preocupada por sus delitos, Cali por los suyos, Medellín por los suyos. Cada uno con sus estadísticas de homicidios y todos los indicadores que tienen.

Lo que hemos identificado es que la seguridad ciudadana en Bogotá está articulada con el crimen organizado transnacional. Esto lo que quiere decir es que los celulares que se roban en Bogotá, no los venden en Bogotá. Los están vendiendo en Quito y en Lima. Entonces hay una red que articula ya no solamente el crimen a nivel interno, sino que tiene una conexión internacional. Eso lo hace más difícil. Por ejemplo, lo que hay en Bogotá es una cantidad de estructuras muy bien organizadas que manejan el crimen interno y externo.

ENS: Otro de los grandes debates de esta semana tiene que ver con la reincidencia. ¿Esto implica que se debe tener más cárceles o la resocialización en Colombia es muy mala?

NR: La respuesta se llama seguridad ciudadana, que se ha manejado con una lógica represiva en términos de mayor pie de fuerza, más cámaras, que ponernos a bajar el delito. Pero todos los indicadores muestran que lo que tiene que haber es una política interagencial, que quiere decir que varias agencias del Estado trabajan unificadamente bajo un objetivo común.

No solo puede ser aumentar el pie de fuerza. También tiene que haber un concepto de estructura jurídica que realmente responda a las necesidades para combatir el crimen.

Debe existir una articulación judicial, porque esa es la pelea eterna. La policía captura y los jueces liberan. Y lo que se ha visto es que la reincidencia se da porque la policía captura y se cree que cuando la persona entra a la cárcel se desarticula la estructura y se termina el problema. Eso no pasa. Las cárceles son el otro eje propio de la inseguridad.

ENS: ¿Qué tan grave es que el Estado no sepa donde están ‘Iván Márquez’ y alias el ‘Paisa’?
NR:
Hay dos posibilidades. Una que sepan y que no quieran decir. Que el antiguo Secretariado sepa y que no quiera decir. Y si no quieren decir, es por una razón sencilla: es que alias el ‘Paisa’ e ‘Iván Márquez’ hacen un repliegue estratégico cuando sale el tema ‘Santrich’, el tema del narcotráfico y todas las especulaciones de que el sobrino de ‘Iván Márquez’ tenía alguna información en que podían verse involucrados.

Si saben, es que realmente el tema de la extradición la ven como una posibilidad. Lo que sí se ha dado es que antiguas estructuras de las Farc están buscando una reorganización.

ENS: ¿Cuál es el nivel de paz que hay en Colombia?

NR: Hay un concepto que se llama paz negativa y paz positiva.

Paz negativa quiere decir que solamente hay un cese de hostilidades, como cese al fuego.

Y la paz positiva es cuando se genera todo un entorno para que realmente se pueda salir del estado de la guerra.

Y creo que en estos momentos el hecho de que las Farc hayan entregado las armas es una paz negativa, pero no hemos podido lograr llegar a una paz positiva.

El Estado nunca llegó a las regiones y eso que se venía hablando desde hace años, que se tenía que llegar a los espacios vacíos, que se tenían que dar proyectos sostenibles, ese era el concepto de paz positiva.

Lo que estamos viendo es que se está descentralizando la violencia. Es decir, que van a llegar nuevos cabecillas, pero todos están parados bajo la plata del narcotráfico.

ENS: ¿Es viable un cese al fuego bilateral con el Eln o con el Epl?

NR: Ese ha sido el gran problema con el Eln desde el gobierno de Uribe, cuando hizo los acercamientos con el comisionado Luis Carlos Restrepo. Era que se decía que debía haber cese al fuego, pero sin concentración de las unidades guerrilleras.

En este momento el punto está en que el Eln dice ‘hacemos un cese al fuego’ y el Gobierno dice que debe cesar cualquier acción criminal, como el secuestro, y se alcanzó avanzar con el gobierno de Santos.

Estamos atentos para ver el nuevo Gobierno cómo entraría a manejar esa situación, porque hasta el momento lo que teníamos claro es que el Eln podría avanzar en el tema del cese al fuego, pero no está claro si ellos dejan el tema de la extorsión, que es un requisito fundamental para el nuevo Gobierno.