Un docente efectivo cierra las brechas entre estudiantes más pobres y los que proceden de hogares aventajados

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Sin duda, el profesor es el factor más importante para que los estudiantes aprendan y desarrollen sus habilidades. Por eso, el papel de los educadores es central. La División de Educación del BID creó un curso con Edx llamado“Líderes de educación: movilizando políticas educativas efectivas”.

Dentro de las cinco áreas de análisis que presenta el curso hay una denominada “Docentes Efectivos”, que hace referencia a la reflexión sobre qué debe tener un profesor para que sea efectivo en el aula.

Según Emiliana Vegas, directora de la División de Educación del BID, un estudio de la entidad en  Ecuador demostró que un docente efectivo cierra las brechas entre estudiantes más pobres y los que proceden de hogares aventajados. Tener un buen profesor durante un año, puede hacer que sea como si estuviera dos años con un profesor poco efectivo

Existe un debate entre lo que hace que el profesor enseñe mejor y lo que necesitan los estudiantes para estar más receptivos en el aprendizaje. En esto último se piensa siempre en factores como la alimentación escolar o el acompañamiento socio emocional. Referente al papel del profesor, se han propuesto políticas para tener educadores efectivos, por ejemplo motivarlos al implementar mejoras de salarios, ofrecer programas de becas para realizar especializaciones, maestrías o doctorados, la mayoría financiados por los gobiernos locales o nacionales. También ampliar el giro de recursos a las entidades de educación o mejorar la infraestructura educativa. Pues bien, ninguno de esos incentivos ha demostrado que sea efectivo de forma evidente. Eso no quiere decir que se deban eliminar. Al contrario, hay evidencias que el pago por desempeño da buenos resultados, dar reconocimientos y lograr retener a los buenos profesores con mejores salarios incide en tener profesores efectivos.

Las claves

Pero existen elementos claves que pueden determinar las notorias mejoras en el aprendizaje.

El primero, es que el profesor tenga una excelente formación y conocimientos en el área que enseña.  Resulta interesante y contradictorio que sea el más importante, pero tiene sentido. Un apasionado por las matemáticas puede buscar la forma de ofrecer todo el conocimiento que tiene y encontrar las estrategias para motivar a los estudiantes en el aprendizaje

Afirmo que hay contradicciones porque el sistema pedagógico de los últimos 20 años lleva insistiendo que lo importante no son los contenidos, sino las competencias y habilidades. Pues bien, parece que la debilidad en contenidos en la formación docente lleva a que los nuevos profesores tengan vacíos a la hora de enseñar y no logren trasmitir a los estudiantes la motivación y el conocimiento para desarrollar habilidades.

Por eso, la principal tarea es transformar la carrera docente. Se necesita atraer a los mejores para que estudien para profesores. En los países con mejores resultados académicos el sistema educativo recibe a los mejores de las pruebas escolares nacionales. En los países latinoamericanos los mejores se van a Medicina, Arquitectura, ingenierías o finanzas y los más bajos resultados terminan en la formación docente. Hay que buscar la forma para que eso cambie, crear programas que motiven con mejores salarios o garantías laborales para que los buenos estudiantes se formen como profesores. Resignificar el sentido de la profesión docente.

Urge incorporar contenidos en la formación docente y las herramientas para implementar de la mejor forma ese conocimiento en el aula. Hoy algunas universidades de pedagogía que se dedican a la investigación y olvidan cómo llevar el conocimiento al aula. Implementar estrategias didácticas y conectar los contenidos de la formación docente con lo que se enseña en la escuela, es clave.

Para poder tener esos profesores efectivos, es clave tener currículos educativos definidos, que sepamos qué enseñar en la escuela y para qué. Hoy en áreas como Ciencias Sociales, Filosofía y otras que no están en el grupo de las básicas no se sabe qué enseñar, se trabaja desde la autonomía de las instituciones y del docente. Y si este viene mal formado y con vacíos conceptuales, se resiste al uso de materiales didácticos y libros de texto. El lugar no puede ser más hostil para desarrollar una educación efectiva y útil a los estudiantes.

Formación de profesores

Por eso, es tarea de las facultades de Educación fortalecer los procesos de formación conceptual con componentes pedagógicos y didácticos. Hay que implementar sistemas de evaluación y seguimiento en el aula de clase. Una tarea central para el Ministerio de Educación y la sociedad es definir currículos por áreas y un sistema de evaluación que se conecte con lo que se enseña en la escuela. Hoy las Pruebas Saber no responden y terminan siendo un temor para miles de estudiantes que no saben cómo prepararse para las mismas y viven pagando el negocio de cursos presenciales que, al final, son cursos de bachillerato intensivo.

Por último, mensaje a muchos futuros profesores: si la licenciatura no es su vocación, es hora de empezar otro proyecto. La docencia no puede ser una opción descarte, se necesita vocación y amor por el trabajo. Ese es el camino para iniciar una transformación educativa en el país y en América Latina.

* Especialista en educación