TRAS EL Consejo de Estado confirmar el 9 de agosto pasado la nulidad del nombramiento de Álvaro Ninco Daza como embajador en México, el pasado lunes el Gobierno expidió el decreto retirándolo de la planta de personal de la misión diplomática.

Este nombramiento se cayó porque el Alto Tribunal concluyó que con la expedición del respectivo decreto se desconoció el procedimiento establecido, puesto que la Cancillería no evaluó los comentarios del sindicato Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular, y no cumplió con el término de los tres días calendario para la publicación de la hoja de vida del candidato.

El presidente Petro desde México, a donde fue para asistir a la posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum, dijo ayer que “lo nombré como embajador porque era un reconocimiento a la lucha juvenil”, y agregó que “por ser joven lo destituyen, porque dicen que no tiene la experiencia adecuada”.

En tanto que Ninco atribuyó su salida a “la incomodidad que produce en un Estado construido históricamente a partir de la adultocracia, y en ese sentido quienes emergemos de la lucha social, juvenil y popular contamos con experiencia y calificación importante”.

Por su parte, el senador conservador Mauricio Giraldo dijo que “los cargos diplomáticos deben ser ocupados por funcionarios técnicos y no deben ser usados para pagar favores políticos”.

Mientras que la senadora uribista María Cabal respondió al presidente Petro que “una cosa es que no cumpla requisitos que es por lo que lo sacaron del cargo, y otra la mentira donde usted afirma que lo retiraron por ser joven”.