UNA DE las grandes dudas en este grave momento de las relaciones de Colombia y Estados Unidos es qué va a pasar con el Tratado de Libre Comercio(TLC) vigente entre los dos países desde mayo de 2012, después de que Trump anunciara que se cobrarán aranceles a los productos colombianos del 25% y luego en una semana serán del 50%. Petro amenazó con hacer lo propio con las exportaciones norteamericanas.
Producto del TLC varios productos colombianos tienen un bajo arancel por su ingreso al mercado norteamericano, mientras que productos como flores, banano, hortalizas, café, tabaco, azúcar, frutas, chocolates entran sin arancel a ese país.
Antes de que estallara esta crisis, a mediados de este mes, los gobiernos de Colombia y Estados Unidos acordaron y firmaron una nota interpretativa del Capítulo 10 del TLC.
Durante una reunión bilateral entre el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Reyes Hernández, y la representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, se formalizó la firma de la Decisión 9 de la Comisión de Libre Comercio, en la que ambos Estados suscribieron la declaración interpretativa sobre algunos aspectos del capítulo de inversión.
La nota, que es una herramienta contemplada dentro del Acuerdo, aclara la interpretación correcta que debe hacerse a ese Capítulo 10, que es el que aborda lo relacionado con inversiones, específicamente en lo que tiene que ver con las disputas inversionista-Estado, y no modifica el texto original del Tratado, es decir, mantiene las mismas protecciones.
El ministro Luis Carlos Reyes Hernández explicó que “esta aclaración es importante tanto para las expectativas de los inversionistas, como para los compromisos de los Estados y para la resolución de controversias por parte de jueces y autoridades nacionales, y árbitros internacionales”.
Esta nota interpretativa aclara para todos los interesados los compromisos de protección que asume cada Estado ante ambigüedades que se puedan presentar en el marco del Acuerdo. Precisamente, se han identificado términos que pueden llevar a malas interpretaciones de los compromisos pactados en el inicio del acuerdo, que pueden derivar en demandas frívolas o abusos por parte de inversionistas que buscan sacar partido.