Claudio Maretti, vicepresidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha alertado este lunes de que la deforestación en Colombia "es peor que en Brasil" y ha lamentado que la salud de la Amazonía esté pasando por un "momento delicado".
"Es fundamental evitar la deforestación y la degradación", ha aseverado antes de manifestar que en Colombia se deben "articular esfuerzos para buscar oportunidades de ingresos que no generen deforestación".
En este sentido, ha aclarado que hay que tener en cuenta que "construir carreteras en medio de bosques genera la posibilidad de nuevas ocupaciones tanto legales como ilegales". "Lo mismo sucede con los proyectos de minería y de petróleo", ha dicho antes de añadir que "sin control se genera degradación".
"Durante las últimas décadas, el aumento de la ocupación en las tierras de la Amazonía tiene que ver con los bajos costos de la tierra y el aumento de la población" ha dicho. Asimismo, ha puntualizado que actualmente sale más barata la deforestación ilegal que sacar adelante todos los trámites necesarios para ello,
"Ahora, tenemos que saber que Colombia tiene una evolución de la deforestación de su Amazonía peor que la de Brasil en los últimos 20 años", ha recalcado.
Tras sostener que la mayoría de países tienen "entre el 80 y 90 por ciento de la Amazonía no talada, y hay un 10 o 20 por ciento de su territorio ya degradado", ha propuesto "encontrar soluciones económicamente viables y socialmente adecuadas para mantener la ecología sin ampliar la frontera agrícola".
En relación a la Presidencia de Jair Bolsonaro en Brasil y la deforestación de la Amazonía, Maretti ha señalado que ahora la situación es más grave. "En las últimas décadas se ha presentado un cambio de visión de la Amazonía que incluye el cambio climático, la biodiversidad y los derechos de las comunidades indígenas", ha explicado.
Así, ha matizado que previamente "se estaba dejando atrás esa visión de colonizadores europeos que promovían el derecho a esclavizar a las comunidades indígenas".
Sin embargo, ha señalado que con Bolsonaro el mensaje es que "todas las actividades productivas, así algunas sean ilegales, son buenas". "Es volver al discurso del siglo pasado. Lo que está haciendo el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil es regularizar la tenencia de la tierra, diciéndoles a los que la explotan: adelante, nosotros los apoyamos", ha expresado.
Esto ha llevado, tal y como ha apuntado en una entrevista con el diario 'El Tiempo', al aumento de la regularización de la minería artesanal ilegal y una disminución de presupuesto para las entidades encargadas de la vigilancia ambiental. Para Maretti, la deforestación de esta zona está hoy "fuera de control".
Así, ha acusado al presidente brasileño de "insistir en que las comunidades indígenas y las ONG son las responsables de los problemas ambientales en la Amazonía y respaldar a los acaparadores de tierra y a los mineros ilegales. Es terrible", ha proseguido.
Tal y como ha asegurado, con el cambio climático los periodos secos se están haciendo más intensos y frecuentes, lo que afecta a la Amazonía. A este factor hay que sumarle la degradación de los bosques con la explotación ilegal de madera y la deforestación para diferentes usos de la tierra.
"Es decir, tenemos más años seguidos de sequías más pronunciadas y más zonas de bosque degradado y un aumento de la deforestación. La Amazonía, entonces, es cada vez más vulnerable a los incendios. Si no frenamos la deforestación, estamos poniendo en riesgo la Amazonía", ha zanjado.