Radiografía de vacunación global | El Nuevo Siglo
Martes, 16 de Marzo de 2021

Previsibles problemas de la inmunización

* Biológicos han demostrado alta efectividad

 

El mundo entero está imbuido en estos momentos en la cruzada sanitaria más importante del último siglo: la vacunación masiva contra el covid-19. Hasta ayer los cálculos más actualizados señalaban que no menos de 381 millones de personas habían sido inmunizadas, 225 millones de ellas al menos ya con la primera dosis.

Si bien es cierto desde finales del año pasado comenzó en Europa y otras naciones la administración de los biológicos, el último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que decenas de naciones no han recibido todavía el primer lote de vacunas o les llegaron en una cantidad ínfima.

Aunque el volumen de producción de estos medicamentos se ha multiplicado en los últimos meses, el grueso de estos sigue concentrado en una veintena de naciones, con Estados Unidos y el viejo continente a la cabeza. América del Sur -la región más golpeada por la pandemia-, Asia y África continúan en la retaguardia, con porcentajes de aplicación todavía muy bajos. Sin embargo, en tasa de inmunizados por cada 100 mil habitantes, Israel es el país con mayor avance, aunque la potencia norteamericana es la que más dosis ha aplicado, alcanzando la semana pasada más de 100 millones.  

El cuello de botella continúa siendo el mismo: las farmacéuticas que tienen aprobada su vacuna no dan abasto para suplir la alta demanda. De hecho, en la Unión Europea continúa el pulso entre varias multinacionales que exportan los biológicos a gobiernos de otras latitudes, en tanto las naciones del bloque comunitario exigen que se les priorice en el suministro. A su turno, si bien el mecanismo Covax, creado por la OMS para adquirir vacunas y distribuirlas de una manera más equitativa y priorizada entre las naciones más pobres y subdesarrolladas, ya comenzó a funcionar, enfrenta el mismo problema de acceso a grandes lotes de los biológicos por la demora en su producción.

De otra parte, resulta evidente que el desarrollo de las vacunas en tan corto tiempo fue un hito científico sin precedentes. Sin embargo, era claro que la autorización de emergencia que dieron las rectoras de medicamentos más importantes del mundo, como la FDA norteamericana y la EMA europea, tendría implicaciones previsibles. Como se sabe, la mayoría de los biológicos contra el covid-19 fueron aprobados para producción y aplicación masivas cuando el proceso de desarrollo estaba apenas en fase III y los estudios demostraban su alta efectividad. Por lo general, el visto bueno se da en la fase IV, cuando hay más certeza sobre el bajo riesgo de posibles efectos secundarios o colaterales.

Hasta el momento en las siete vacunas que se están administrando a nivel global no se ha detectado un marcado efecto adverso o altamente peligroso en las personas inoculadas. Si bien está el caso de la vacuna de AstraZeneca, que se ha suspendido precautelativamente en algunos países por unas pocas personas que registraron reacciones complicadas, hasta el momento sigue autorizada por la OMS y en espera de unos estudios complementarios sobre su bioseguridad para descartar cualquier riesgo. Un asunto clave para Colombia, que tiene negociadas directamente o vía Covax más de diez millones de este biológico. Por otra parte, resulta alentador que algunas de las vacunas contra el covid-19 podrían ser efectivas para combatir otras patologías.

De otro lado, es evidente que aún se está muy muy lejos de alcanzar un porcentaje de vacunación global superior al 60 por ciento, que es el piso mínimo para que la velocidad de contagio del covid-19 disminuya de manera efectiva. En otras palabras, la pandemia continúa y prueba de ello es que países como Italia, por ejemplo, volvieron esta semana a confinamiento estricto, en tanto que Brasil sufre el embate más fuerte en nuestro continente, con récord de muertes diarias. A ello se suma que las tres nuevas cepas (británica, sudafricana y brasileña) se han evidenciado como más agresivas y letales, aunque en general las vacunas aprobadas parecen ser efectivas contra las mismas.

Visto todo lo anterior, puede concluirse que la crisis pandémica continúa pero el nivel de afectación es ahora más desigual. De hecho, mientras en Europa se habla de una cuarta ola, en América Latina se trata de prevenir una tercera, en tanto en África prima la incertidumbre. Igualmente resulta evidente que las cuarentenas estrictas y otras restricciones a la movilidad poblacional y la dinámica productiva han dejado de ser la primera fórmula de respuesta a la emergencia sanitaria, sobre todo con muchos países, cada uno a su propio ritmo y capacidad, jugados a fondo por la reactivación económica sostenida en 2021 y 2022.

Lo cierto es que el mundo ya suma 15 meses enfrentando una pandemia que ha generado 2,6 millones de víctimas, pero poco a poco la humanidad está conviviendo más con el virus y sus implicaciones. Aun así, el objetivo de retomar la normalidad prepandemia es todavía muy, muy lejano. No faltan, incluso, los expertos que advierten que ya nada volverá a ser como antes.