Los ambiciosos y millonarios planes Biden | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE Joe Biden llamó al Congreso a hacer lo correcto y lo que necesita Estados Unidos para seguir con la recuperación de la economía
Foto archivo AFP
Domingo, 2 de Mayo de 2021
Redacción internacional

Para apuntalar la reactivación económica que comenzó a darse lentamente y meses antes de que asumiera el cargo como presidente de Estados Unidos, Joe Biden ha presentado dos ambiciosos planes para mantener las ayudas sociales mientras se supera la pandemia del covid-19 y generar empleos, aunque ambas propuestas generarán -como se ha evidenciado- un aumento en la inflación y los precios.

Con un plante de vacunas negociadas por su antecesor, al igual que con el programa de ayudas tanto para familias como para empresas en marcha, el mandatario aceleró la inmunización y la reapertura de muchos comercios, lo que reactivó el consumo, pero también el gasto público dando así un gran paso en la recuperación económica y el bienestar ciudadano. De esta forma, en el primer trimestre del año, su PIB creció un 6.4% en proyección anual, pero también lo hizo la inflación que alcanzó 3.5% en el mismo período, dos puntos porcentuales más que la registrada en el último trimestre del año anterior.

La consultora Oxford Economics explicó que en estos tres primeros meses del año la economía estadounidense tuvo un contundente "cóctel" que mezcló una mejora de las condiciones de salud, una rápida campaña de vacunación y una "dosis efervescente" de estímulo fiscal, con un flujo constante de apoyo monetario. Este último proveniente, como se recordará, del plan de estímulo que por USD 900 millones dejó firmado el saliente mandatario Donald Trump y otros USD 1.9 billones que le aprobó el congreso de mayoría demócrata recién posesionado.

Gracias a ese millonario paquete de ayuda, Biden ha podido mantener los cheques sociales que por USD1.400 millones gira a las familias y las ayudas para que las empresas mantengan empleos. De allí, también, que las peticiones de ayuda por desempleo hayan registrado tres semanas consecutivas a la baja.

Este positivo trasfondo (en parte heredado y en parte gestionado) fue que Joseph Robinette Biden fue el marco para la celebración de sus primeros 100 días de mandato y su primer discurso ante el Congreso en pleno horas antes de esta importante y simbólica efeméride.

A la par, y en línea con el planteamiento de su predecesor republicano de “América Primero”, Biden ha impulsado el “Hecho en EE.UU” y compre “productos norteamericanos”, para potenciar la industria y el consumo nacional.


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Recientemente ha enfocado su estrategia económica en dos ambiciosos y millonarios planes que si bien son muy populares entre los estadounidenses tendrán un alto impacto en el déficit fiscal y la inflación. Tanto para el de Infraestructura que tiene como eje generar millones de empleos como el de Familias, enfocado en salud y educación de calidad, debe contar con el apoyo de una parte de la bancada republicana y, de allí, que en su primera intervención en el Capitolio hizo un insistente llamado al acuerdo bipartidista.

En conjunto, ambos programas requieren una inversión de US$ 4 billones para reformar el país, renovar la infraestructura, cambiar la matriz energética para luchar contra el cambio climático, generar empleos para las personas de menos ingresos y sin estudios, mantener las ayudas sociales a las familias, subir el salario mínimo hora a USD 15 y extender el cubrimiento del Obamacare, al igual que rebajar el deducible del mismo.

Los republicanos han ejercido una ‘oposición constructiva’ y prueba de ello fue el plan alternativo para mantener las ayudas sociales que presentaron como propuesta al que fue aprobado por USD 1.9 millones. De sus cuestionamientos a este último, lo único que lograron fue que la Casa Blanca sacara del mismo el reajuste al salario mínimo por considerar que esta debía ser una iniciativa independiente. Y del plan de infraestructura o empleo presentaron una versión reducida y siguen esperando respuesta.

Y ante el recién divulgado “Plan para las Familias” cuestionan que se vuelvan a subir los impuestos para las empresas, los que habían sido reducidos por Trump en la reforma tributaria de 2017 como un incentivo para que generaran más y mejores empleos.

Los planes

El Plan de Empleos estadounidenses, también conocido como de infraestructura, es la segunda iniciativa titánica de gasto en las diez semanas de gobierno Biden, pretende modernizar las obras públicas de Estados Unidos y hacer más verde su sistema energético. Ello generaría millones de empleos para subsanar gran parte de los 8.4 millones perdidos durante los meses de pandemia. Aseguró que serán puestos de trabajo bien remunerados que no pueden ser subcontratados, y que casi el 90% de éstos no requieren un título universitario y el 75% no requiere un título de asociado.

Con el argumento de que este plan -que tiene un costo de US$2 billones y que plantea financiar con un alza en los impuestos corporativos- es necesario para asegurar que su país conserve el liderazgo global frente al creciente avance de China, el presidente Biden instó a un acuerdo bipartidista para aprobarlo porque “no existen los puentes republicanos ni los aeropuertos demócratas”, sino la necesidad de hacer "lo correcto" por el futuro. 


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Su segundo ambicioso programa con el que busca impulsar la competitividad de Estados Unidos y regenerar su clase media, es el “Plan para las familias estadounidenses” que representa inversiones de USD 1,8 billones de dólares en 10 años, específicamente en salud y educación.

"Estamos compitiendo con China y otros países para ganar el siglo XXI. Tenemos que hacer algo más que reconstruir, tenemos que construir mejor…Para ganar esta competición, debemos realizar las inversiones de una generación en nuestras familias", expresó Biden en su discurso en el Congreso.

Y para financiar ese gasto, una de las medidas estrella del plan revierte lo otorgado a las clases más adineradas por las reformas fiscales de su predecesor.

"Es hora de que las empresas estadounidenses y el 1% más rico de los estadounidenses paguen su cuota justa", dijo.

Según la propuesta el tipo impositivo máximo para las personas físicas pasaría del 37% al 39,6%, pero sólo afectaría al 1% de los hogares más ricos. 

Lo mismo ocurriría con las ganancias de capital, como las operaciones bursátiles, que hasta el momento disfrutan de un tipo impositivo del 20% y que ahora podrían tributar también al 39,6% para quienes ganen más de un millón de dólares al año. Estos estadounidenses más ricos representan sólo el 0,3% de los contribuyentes, según argumentó el mandatario.

Se espera que las medidas generen 700.000 millones de dólares de financiación a lo largo de 10 años.

El plan también contempla la modernización de la agencia tributaria con inversiones de 80.000 millones de dólares, después de que el Tesoro apuntara al 1% de los más ricos que no declara al fisco alrededor del 20% de sus ingresos. Esto representa un déficit de ingresos fiscales de 175.000 millones de dólares, según la administración. 

"A los críticos les preocupa que el aumento de los impuestos sobre las ganancias financieras reduzca el rendimiento de los inversores y provoque la caída de los precios de las acciones, pero los inversores particulares sólo poseen en realidad un tercio de las acciones" en el mercado, dijo el instituto de investigación Tax Policy Center.

Biden dijo que con estas medidas, que enfatizó no afectarán a nadie que gane menos de 400 mil dólares al año, quiere reinvertir estos ingresos en la clase media.  De esta forma el plan se centra en la educación, desde el jardín de infancia hasta la universidad. De aprobarse, proporcionaría matrícula gratuita para los dos primeros años de jardín de infancia y también para dos años de estudios en universidades comunitarias. 

Según la administración, la escolarización desde el jardín de infancia acabaría aportando al PIB del país tres veces más de lo que cuesta. 

El proyecto también propone aumentar los créditos fiscales para las familias con hijos (aumentará de 2.000 dólares a 3.000 o 3.600, dependiendo de la edad del niño) y subvencionar el coste de las guarderías, en función de los ingresos.

Los republicanos se oponen a este gasto, que también preocupa a los partidarios de la ortodoxia presupuestaria: "no debemos perder de vista las perspectivas de una carga de deuda elevada y creciente", señaló el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, una organización centrista, recordando que la deuda pública estadounidense ya equivale al producto interior bruto del país. 

Ninguno de los ambiciosos planes de Biden están definidos y si lo que pretende es el aval bipartidista deberán hacer más de un ajuste. Hay consenso sobre la importancia de ambos ´programas, de mantener las ayudas sociales e impulsar la reactivación económica pero también de que su alto costo e implicaciones que, a nivel corporativo, puedan tener.