EL FOTÓGRAFO colombiano Hernando Toro Botero aprendió a ver a los humanos más allá de sus crímenes, a conocer el alma de seres que se equivocaron, como él. Aprendió de su padre la profecía: "Aprende que las malas circunstancias tienen buenas alternativas".

Toro Botero nació en Supía, Caldas, el 23 de marzo de 1949. Siendo colombiano, pudo consolidar su carrera como fotógrafo en Barcelona y después en Colombia. Desde 1993 ha expuesto y publicado su obra en numerosas revistas de fotografía, arte y cultura. Actualmente se encuentra radicado en Medellín, haciendo lo que mejor sabe y le gusta hacer: retratos.

“El haber vuelto a Colombia después de tantos años ha sido para mí un reencuentro con muchas cosas, con mi vida. He vuelto como un artista, porque soy un artista y lo he sido toda la vida. Lo que pasa es que de joven uno se mete en cositas, un tropezón lo da cualquiera en la vida”, refiere el fotógrafo.

Su destreza y su habilidad para capturar emociones a través de su lente lo han llevado a ser merecedor del premio Fotoprix, en el que participaron 34 países y 2400 personas. También ganó la Medalla de Oro de Bruselas, otorgada por el Ministerio de Desarrollo para la industria de las Finanzas, entre otros.

Sus retratos actuales de Drag Queens están profundamente ligados a esa autenticidad que logró descubrir en prisión a través del lente de su inseparable cámara.

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Libro-documental

La Feria Internacional del Libro 2023 fue el escenario donde se replicó la leyenda de "Toro", con el libro documental basado en sus fotos, con la presentación de las directoras de su documental, Adriana Bernal- Mor y Ginna Ortega, dos jóvenes que se posicionan en la dirección de documentales de manera contundente, en ascenso al éxito.

Su trabajo de "Campesinas boyacenses", uno de los más destacados en Colombia, se encuentra expuesto en la hacienda El Olivar en Villa de Leyva. Sus fotografías de desnudo ilustrarán la reedición del libro de poemas “El cuerpo de ella”, del nadaísta Jotamario Arbeláez.

No obstante, como todo ser humano, su vida tuvo altos y bajos. Acabó en la cárcel Modelo de Barcelona por tráfico de drogas en los años 90. Por su actitud y su perseverancia pudo inventarse un taller de fotografía estando privado de la libertad. Obra fotográfica que ha sido expuesta en más de 40 ocasiones entre Europa y Colombia. Galardonada con varios premios consagratorios.

En el cine

“Toro” tuvo su estreno el pasado 18 de mayo en las salas de cine del país. Se trata de un retrato de la vida del fotógrafo caldense: su vida en Europa, sus amores, sus errores, su paso por la cárcel y su indiscutible talento. El filme busca hacer un homenaje a un hombre transgresor, reconocer la belleza en dimensiones que van mucho más allá de lo convencional, celebrar la diferencia y darle potencia a lo “marginal”.

El acercamiento

Hernando Toro siempre fue muy abierto con nosotras. Desde nuestra mirada, la amistad implica complicidad y aceptación del otro: reconocernos cambiantes, vulnerables, sensibles, imperfectos. Creemos que esa fue la clave en el proceso de aproximación a él y fue, al mismo tiempo, uno de los mayores hallazgos que hemos tenido como cineastas. Creemos que esta película nos enseñó, entre otras cosas, a valorar esos procesos que toman tiempo y que eluden el afán, procesos en los que la cámara también es cómplice porque se vuelve parte de la dinámica. El rodaje duró aproximadamente tres años en sesiones intermitentes y tempranamente descubrimos que queríamos explorar puestas en escena que giraran en torno a la fotografía y al retrato. Sobre esa base se diseñó el plan de rodaje. Hubo días en los que nos enfocamos en conversar con él emulando la manera en la que fotografía a sus modelos: plano medio en fondo negro. En estas conversaciones intentábamos indagar sobre la manera en la que ve su oficio, sus métodos, sus intereses artísticos. En otros momentos nos dedicamos a explorar su material de archivo y a escuchar las historias que narraba a partir de las imágenes”, señala Adriana Bernal-Mor, codirectora.

Entrar a su mundo

"Durante todo este proceso descubrimos que la imagen era un gran activador de la memoria. Por esta razón quisimos jugar con escenarios diversos para revisar el archivo. Asimismo, hubo una serie de encuentros en los que grabamos a Toro en acción y en su vida cotidiana. Este tipo de registros se hicieron más recurrentes en la parte final del proceso, cuando ya había una mayor confianza y una cierta 'naturalidad' frente a la cámara. Fue interesante ver que poco a poco él fue cediendo ante nuestra presencia y que el material que surgió resultó vital para entenderlo como ser humano y como artista. El equipo de rodaje fue muy reducido. Adriana y yo hicimos la cámara (trabajamos a dos cámaras). En muchos momentos ella se encargó del sonido y de temas de producción de campo. Una vez tuvimos recursos, trabajamos con Sara Fernández, una sonidista muy sensible y talentosa, que se entendió muy bien con Toro. Hubo días en los que nos apoyó con el sonido directo Héctor Sánchez, especialmente en las exposiciones de arte”, añade Ginna Ortega.

Sinopsis

Estando preso por narcotráfico en Barcelona, Hernando Toro inició su carrera de fotógrafo. Durante más de una década, desde una celda que convirtió en un estudio profesional, tomó miles de retratos a quienes, como él, vivían tras las rejas. Pese a la riqueza de su trabajo, buena parte del archivo de Toro quedó olvidado una vez salió en libertad. Este documental recupera sus negativos y explora no solo su recorrido, sino parte del archivo inédito. Lo que empezó como una pregunta por el pasado, se ha ido convirtiendo en la observación de los últimos años de vida de este magnífico artista.

La película comenzó como un cortometraje, con el apoyo de una Beca de Creación de Idartes en el 2018. En el 2020 ganó dos estímulos de posproducción en el Festival Internacional de Documental de Santiago de Chile, la beca de Idartes de composición de música original y finalmente el FDC de posproducción.