Retorno presencial a clases, la luz al final del túnel | El Nuevo Siglo
EL RETORNO a escuelas, colegios y universidades es ahora también un sueño por mejorar las duras condiciones de miles de niños y jóvenes del país.
Foto cortesía Mineducacion
Viernes, 18 de Junio de 2021
Mario F. Hurtado

Quince meses sin ir a los colegios es la situación de la inmensa mayoría de los estudiantes de los colegios públicos. Parece que por fin se acerca el momento donde esta pesadilla para miles de estudiantes y familias se acerca al final. He aquí las razones.

Primero, que después de tantas vacilaciones el Ministerio de Educación tomó cartas en el asunto, un tema que venía delegando en las secretarías de educación y librando las responsabilidades centrales que tenía. El jueves 17 de junio se publicó la Directiva No.05, dirigida a gobernadores, alcaldes, secretarios de educación, directivos docentes y docentes. En la misma se presentan las orientaciones para el regreso seguro a la prestación del servicio educativo de manera presencial en los establecimientos educativos oficiales y no oficiales.

Algo que destaca la directiva es un tema del que se ha escrito de forma insistente en este espacio, y es que la modalidad de trabajo o enseñanza en casa, no puede ser equiparado a la educación presencial y qué, por tanto, su aplicación no debe mantenerse más allá de lo que resulte estrictamente necesario para la contención de los efectos de la pandemia. De ese modo, determina, la implementación de los protocolos de bioseguridad para el regreso de las actividades presenciales, a lo que invita a que las secretarías de educación expidan los actos administrativos para el retorno de todas las instituciones públicas con todos los protocolos de seguridad definidos en la resolución 777 del 2 de junio de 2021. De igual forma, por la misma resolución convocar a los directivos, docentes, personal administrativo y logístico a la presencialidad total en sus instituciones.



Dentro de las condiciones de presencialidad con bioseguridad están las siguientes: garantizar un metro de distanciamiento físico en las aulas, aislamiento de los estudiantes que reporten afectaciones de salud en su entorno familiar, y se retornaría a la no presencialidad cuando la institución educativa enfrente una situación epidemiológica que amerite la suspensión temporal o provisional de las actividades académicas.

El segundo motivo ha sido la fractura dentro de Fecode y el desprestigio creciente del gremio ante la sociedad en general. Existía un viejo dicho que expresaba “que los únicos paros justos han sido los de los profesores” pero con las lamentables acciones de su vocero Nelson Alarcón, hace semanas, donde expresó que la intención del gremio es parar el retorno hasta llegar a la presidencia en 2022, dejó en evidencia que sus intenciones no están en beneficio de la educación y que instrumentaliza el gremio de educación para fines electorales y de un partido político específico.

Esa situación, aunque después la dirección del gremio expresó que no era la posición del Fecode, le hizo un daño enorme a las demandas constantes de múltiples condiciones económicas y operativas que exigía Fecode para el regreso a clases. Una imagen que venía deteriorada al organizar un concierto masivo con profesores, en el momento más crítico de la tercera ola de contagios de Covid-19, incoherencias por todos los frentes que se han reflejado en el debilitamiento del sector en el paro, el desgaste del mismo y el cuestionamiento de muchos sobre el sentido de Fecode, para los profesores, la educación y sobre todo para los niños y sus familias.

Tercero, un cansancio de la mayoría de los profesores que como se dijo antes no se sienten representados con Fecode, que han tenido que doblar sus esfuerzos de trabajo para las clases remotas, que también están afectados con el encierro, que desean volver a hacer clase presencial y que están dispuestos a cumplir con los protocolos para volver a ofrecer una educación de calidad a los estudiantes.

Cuarto, una estrategia en la que el gobierno nacional tardó y fue priorizar, así como lo hizo con el sector salud, al sector educación en el proceso de vacunación. Hoy la mayoría de los profesores de educación básica están vacunados o pendientes de su segunda dosis, que no deberá tardar para cerrar una de las necesidades más urgentes de proceso de retorno y es que estén inmunizados para comenzar la labor presencial.

En síntesis, después de casi año y medio de retroceso y pérdida de muchos aspectos de la formación escolar de calidad y del colegio como un espacio de apoyo socio emocional y de formación ciudadana se ve una luz para comenzar a construir sobre los daños que ha dejado la pandemia de covid-19 en el país, el proselitismo político de algunos dirigentes gremiales del sector, la polarización y el cansancio mental.

El retorno se convierte así, en un sueño por mejorar las duras condiciones de miles de niños, jóvenes colombianos y sus familias hoy, pero, sobre todo, requiere del compromiso de los estudiantes y sus familias. La sociedad necesita apropiarse de los procesos educativos del país.

*Especialista en educación