LAS DISYUNTIVAS entre la alcaldesa de Bogotá Claudia López y el presidente Gustavo Petro han sido recurrentes durante los últimos meses. Expertos han señalado que estas diferencias preocupan a la ciudadanía por tratarse de decisiones que toman los dos mandatarios más importantes a nivel nacional.
Cada vez falta menos para conocer a quién sucederá a López y sin lugar a dudas, uno de los grandes retos que deberá enfrentar el nuevo mandatario distrital será la comunicación con el presidente Petro. Bajo esta premisa, EL NUEVO SIGLO habló con nueve de los diez candidatos a la Alcaldía sobre sus propuestas para efectuar un diálogo permanente con el Gobierno Nacional. (No fue posible obtener respuesta del candidato Diego Molano).
Jorge Enrique Robledo, exsenador de la República y el más reciente candidato en confirmar su aspiración a la Alcaldía, ha sido un opositor acérrimo de las acciones y decisiones del presidente Gustavo Petro.
El miembro fundador del partido Dignidad y Compromiso sostuvo ante EL NUEVO SIGLO que sus diferencias con Gustavo Petro no desaparecerán.
“Las diferencias que tenemos Gustavo Petro y Jorge Enrique Robledo en asuntos políticos, son conocidas y estoy seguro que no van a desaparecer. Espero que los dos tengamos la suficiente madurez para tratar las diferencias, de la manera más sensata y serias posible, siempre guiados por lo que sea lo mejor para Bogotá y sus habitantes, ‘esa es la clave’. No perdernos de vista que siempre que tengamos que relacionarnos, tanto él como yo, pensemos en qué es lo mejor para las bogotanas y los bogotanos, yo estoy completamente seguro de que yo eso lo puedo manejar”, aseguró.
Por su parte, Juan Daniel Oviedo, exdirector del DANE y candidato independiente por firmas; afirmó que la institucionalidad tiene definidos los marcos de relacionamiento entre el Gobierno Nacional y el Distrito Capital de Bogotá.
“Creo que el estatuto de Bogotá nos permite tener autonomía suficiente para que esa relación entre el Distrito y el Gobierno Nacional esté enmarcada en los parámetros que ya han sido definidos en el marco del Plan Nacional de Desarrollo para los próximos cuatro años y, por consiguiente, nuestro esfuerzo va a ser el de encontrar un propósito común de que Bogotá, siendo la cuarta parte de la economía colombiana, pueda encontrar una alineación alrededor de la resolución de los problemas que estamos viviendo aquí en la ciudad. Entonces, en un marco respetuoso y muy institucional, vamos a hacer todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance para garantizar que el propósito de mejorar la calidad de vida de los habitantes de Bogotá, contrario a generar cortocircuitos, genere uniones para que podamos resolver los problemas de los habitantes”, indicó.
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Necesidades sin color político
En ese mismo orden, Rodrigo Lara, expresidente de la Cámara de Representantes y candidato independiente por firmar a la Alcaldía, sostuvo que las necesidades de los bogotanos no tienen color político.
“Si queremos Metro, y grandes vías de acceso, el próximo alcalde tendrá que coordinar no solamente con el Presidente, sino también con el gobernador de Cundinamarca. El próximo alcalde es el alcalde de una ciudad región. La campaña política se acaba el 29 de octubre, de allí para adelante la tarea es gobernar, para eso me postulé. Mi confrontación será permanente contra los malandros de la inseguridad, las sanguijuelas que desangran los presupuestos y dejan las obras abandonadas y contra todo tipo de depredadores que acechan la ciudad. Ojo con caer en la lógica politiquera de la polarización. «Divididos no se pueden resolver los problemas de la ciudad»”, enfatizó.
De igual manera, la aspirante y concejal por el Partido Alianza Verde, Lucía Bastidas, señaló que como representantes del Estado, tanto la Alcaldía como el Gobierno Nacional deben garantizar el principio de la articulación armoniosa entre las entidades para cumplir con los fines sociales.
“Se deben identificar los grandes temas que afectan a los habitantes de Bogotá y en los cuales tanto Presidencia como Alcaldía tienen interés común para sacar adelante, como por ejemplo la Seguridad, la movilidad y el desempleo de la ciudad. Construir sobre lo construido y reconocer, adaptar y adoptar buenas prácticas de políticas públicas desarrolladas por los dos niveles de gobierno, pensando siempre en el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Eliminar la confrontación entre los niveles de administración toda vez que esto solo afecta a la ciudadanía que espera resultados y mejoría en las condiciones de vida”, aseveró.
Otra de las concejalas y precandidata a la Alcaldía por la Alianza Verde es María Fernanda Rojas, quien manifestó que lo que haría en primer lugar en caso de ser elegida, es mantener un diálogo fluido con el Presidente.
“Yo trabajé con él. Fuimos un equipo, sacamos adelante muchas obras y muchas metas en Bogotá, así que no será para nada una dificultad para mí tener esa conversación permanente pensando en los propósitos comunes. En segundo lugar, crearé la gerencia Bogotá Nación con las personas que delega el Presidente, ojalá cabezas de los sectores de infraestructura del sector social, y con tres delegados por parte del Distrito para que revisemos periódicamente las metas de las grandes obras de los grandes proyectos sociales, esos propósitos comunes y los saquemos adelante en el menor tiempo posible”, afirmó.
El último de los Verdes en lanzarse a la Alcaldía es el concejal Luis Carlos Leal, quien indicó que lo principal es entender que la política implica hacer acuerdos constantemente y estos acuerdos deben ser encaminados hacia el bienestar real de las personas, no poniendo el ego por encima.
“Yo propondría siempre que las audiencias para tratar temas de ciudad en conjunto con presidencia, se realizarán de manera pública con transmisión por distintos medios, para que estas se den siempre en el marco de la transparencia y honestidad con la ciudadanía y no a puerta cerrada y a dependencia de los chismes o cambios de opinión de alguna parte”, aseveró.
Las peleas políticas
Por el partido Polo Democrático Alternativo, será candidato a la Alcaldía el concejal Carlos Carrillo, quien afirmó que “cuando gane se enfocará en trabajar de la mano con Gobierno Nacional para lograr soluciones a los problemas de Bogotá, no a crear peleas políticas para obtener rédito político”.
“Entre algunas de las muchas propuestas que esperamos trabajar con el Gobierno Nacional y con el Congreso de la República está la recuperación y puesta en funcionamiento del Hospital San Juan de Dios, reducción y aprovechamiento de residuos sólidos; y poder construir la planta de tratamiento de lixiviados que contaminan la cuenca del Río Tunjuelo. Vamos a evaluar las políticas de intervención de ríos, canales y quebradas que adelanta la CAR en Cundinamarca para evitar que se adelanten obras que perjudiquen los ecosistemas”, indicó.
Asimismo, la concejala y precandidata Heidy Sánchez del partido Coalición Colombia Humana - Unión Patriótica, enfatizó que tiene que haber una articulación entre el Gobierno Distrital y el Gobierno Nacional, porque constitucionalmente hay competencias del Gobierno Nacional sobre Bogotá.
“Un ejemplo es el caso de las obras de la financiación de grandes obras de infraestructura como la línea del metro en Bogotá en la que el Gobierno Nacional pone un 70% y el Distrito pone un 30%. La diplomacia es un principio en política y, obviamente, tiene que haber una articulación entre el Gobierno Nacional y el Gobierno Distrital”, explicó.
Finalmente, Nicolás Ramos, aspirante a la alcaldía de Bogotá por el movimiento 'Más acciones, menos rostros', señaló que en Bogotá y Colombia nunca han existido gobiernos colaborativos, sino competitivos.
“Tenemos el ejemplo del fantasma del metro de Bogotá: ¿qué dijo la izquierda del metro? ‒que debía ser subterráneo‒, ¿qué dijo la derecha? ‒que debía ser elevado‒, ¿qué dice el centro? ‒que debe ser mixto, elevado la primera línea y subterráneo la segunda línea‒ y, ¿qué tenemos hoy? ‒Un metro de costura‒. Esto es producto del divorcio entre el Gobierno Nacional y el Distrital, puesto que el segundo no tiene la suficiente autonomía financiera para sacar adelante solo proyectos de obra de gran impacto. Ambos son gobiernos que compiten y no colaboran. La propuesta es un gobierno colaborativo y de proyección”, concluyó.