Inquietudes | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Julio de 2019

Tema de reflexión es precisar las causas determinantes del fracaso del partido liberal en las elecciones presidenciales posteriores a las de César Gaviria Trujillo y Ernesto Samper Pizano y conviene examinar, también, lo ocurrido con el otro partido tradicional, o sea, el conservador, con posterioridad a la gestión de Andrés Pastrana Arango en que un aspecto positivo fue la promoción del Plan Colombia con el respaldo de Bill Clinton, presidente de USA. La revisión incluiría coaliciones.

En lo personal, se votó siempre a favor de Horacio Serpa Uribe y cabe preguntar: ¿conviene interrumpir el respaldo después de la segunda o tercera derrota? El aprecio y respeto por la personalidad del doctor Serpa persisten, es decisión de toda la vida, pero es pertinente la visión, beneficio y éxito colectivos. Causa impacto recordar que, en algún momento, Juan Manuel Santos Calderón y Germán Vargas Lleras no solo fueron miembros del partido liberal, sino que realizaron gestiones en pro del mismo; se aspira a encontrar respuesta, en el primer caso, en su libro La Batalla por la Paz (Planeta, Bogotá, 2019) y tal parece que la ausencia de oportunidades presidenciales podría ser explicación válida.

Se recuerda que Álvaro Uribe Vélez tuvo origen en el partido liberal y se citan, en apoyo, a Eduardo Pizarro y Amílkar Hernández. Puede el lector combinar los dos períodos presidenciales ejercidos por Santos Calderón y Uribe Vélez y ha de tener en mente que el triunfo de Iván Duque Márquez y el Centro Democrático (denominación adecuada sería Derecha Democrática) lo es de Uribe Vélez. Puede decirse que el expresidente es la figura política dominante de los últimos tiempos y el presidente Duque debe tener el máximo cuidado en su relación con Uribe Vélez: su gestión podría complicarse de no ser así y recuérdese el calificativo de “traidor” recibido por Santos y la permanente oposición de su antecesor.

Es pertinente recordar la posición personal frente a las destacadas figuras citadas: las acusaciones personales deben sustentarse, de inmediato, con pruebas convincentes y el expresidente Uribe ha sido obligado a rectificar por lo cual no se le apoya. Nunca se votó por Santos quien logró una paz interna, incompleta e imperfecta, y ubicó la educación como el principal renglón presupuestal; sin embargo, se ha preferido candidatos presidenciales liberales. Al presidente Duque se le dio un compás de espera, en esta columna, y está próxima una evaluación de su gestión, impulsada por él mismo, que se espera conocer y valorar pronto; sin embargo, tal parece que lo correspondiente a los proyectos contra la corrupción comienza a ser criticado. Por último, un presidente debe tener criterio independiente.