Planta de Zaporiyia, ¿la ‘madre de las guerras’ ruso-ucranianas? | El Nuevo Siglo
AFP
Lunes, 8 de Agosto de 2022
EL Nuevo Siglo con AFP

Un nuevo pico de tensión se trazó en las últimas horas en el marco de la guerra ruso-ucraniana que comenzó a finales de febrero de este año: comenzó una alerta nuclear cuando Moscú acusó a Kiev de bombardear la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa y que se encuentra bajo control ruso en Ucrania.

Desde el viernes de la semana pasada las dos naciones se están acusando mutuamente de los ataques en la planta de Zaporiyia, tomada por los rusos desde marzo, aunque ninguna fuente independiente ha podido confirmar la veracidad de las acusaciones, de lado y lado, hasta ahora.

Este nuevo “capítulo” en las confrontaciones ha puesto a tiritar al mundo, pues durante el fin de semana el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estableció que los ataques representaban "la última de una larga serie de informaciones cada vez más alarmantes", una de las cuales llevó a que se apagara un reactor.

El bombardeo de la central "por las fuerzas armadas ucranianas" es "potencialmente extremadamente peligroso" y podría "tener consecuencias catastróficas para una vasta zona, incluyendo el territorio europeo", advirtió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Por ejemplo, el ministerio ruso de Defensa afirmó ayer que el último ataque que se efectuó, en la madrugada del domingo, dañó una línea de alta tensión que suministra electricidad a dos regiones ucranianas, mientras que el jefe de la agencia nuclear ucraniana, Energoatom, Petro Kotin, hizo a su vez un llamado para desalojar a los ocupantes rusos y crear una "zona desmilitarizada" en el recinto de la planta.

Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, indicó que "no hay ninguna nación en el mundo que pueda sentirse segura cuando un Estado terrorista bombardea una central nuclear”.

Vale recordar que cuando las tropas rusas tomaron la planta, pocos días después de que se efectuara la invasión el 24 de febrero, abrieron fuego contra uno de los edificios, provocando el riesgo de un accidente nuclear.

“Una zona desmilitarizada”

Ante este nuevo escenario de tensión, que dicho sea de paso ya no solo compete a Rusia y a Ucrania sino al mundo entero, llevó a que el responsable de Energoatom abogara ayer por la consolidación de una "zona desmilitarizada" en el recinto de la central nuclear de Zaporiyia, para que de esta manera no sea alcanzada por los bombardeos, provengan de donde provengan.

"Habría que hacer salir a los ocupantes del territorio de la central y crear una zona desmilitarizada", declaró Petro Kotin en un video publicado por la página web de Energoatom, y quien añadió que debería haber una misión de mantenimiento de la paz que incluya también a expertos del OIEA y otras organizaciones de seguridad.

Advirtió, para concluir el punto, que estas son medidas necesarias considerando que la presencia del ejército ruso en el lugar está "creando un mayor peligro para el futuro, un accidente que implique radiaciones o incluso una catástrofe nuclear".

Kotin, por último, acusó al organismo internacional de tener una "reacción muy blanda" tras la entrada del ejército ruso en el sitio en marzo y en el cual hoy se encuentran unos 500 soldados y 50 vehículos pesados, tanques y camiones. En estos alrededores, además, Kotin confirmó que dos empleados ucranianos de la central fueron heridos en uno de los últimos ataques.

Por su parte, el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, advirtió de "un riesgo muy real de un desastre nuclear".


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 “Un ataque sería suicida”

Ante este preocupante escenario, han sido varias las voces que, desde la comunidad internacional, han hecho un llamado a la sensatez. Uno de los primeros en pronunciarse fue el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien advirtió que cualquier ataque contra una planta nuclear es "suicida".

En una conferencia de prensa que ofreció en Tokio, Guterres condenó los ataques sin responsabilizar a ninguna de las partes, y dio su respaldo a la OIEA.

"Respaldamos al organismo en sus esfuerzos relacionados con crear las condiciones de estabilización de esa planta. Cualquier ataque a una central nuclear es una cosa suicida. Espero que esos ataques terminen y, al mismo tiempo, espero que la OIEA sea capaz de acceder a este lugar", agregó.

El jefe de la ONU se pronunció tras visitar Hiroshima el fin de semana, en donde se conmemoraron los 77 años desde que el mundo padeció el que fuera el primer y único ataque con una bomba atómica en contra de una población civil.

"La humanidad está a un malentendido, a un error de cálculo de la aniquilación nuclear", dijo antes de instar a que el mundo "se deshaga de sus armas nucleares" ya que es la "única garantía de que nunca se utilizarán", añadió.

Y otro de los actores que se manifestó a este respecto fue Washington, quien pidió directamente a Rusia, a que cese toda actividad militar aledaña a las centrales nucleares de Ucrania y sus cercanías, incluyendo la de Zaporiyia.

"Seguimos pidiendo a Rusia cesar todas las operaciones militares dentro y en los alrededores de las centrales nucleares ucranianas y que le devuelva su control a Ucrania", dijo este lunes la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean Pierre, en una rueda de prensa a bordo del avión presidencial, Air Force One.

"Combatir alrededor de una central nuclear es peligroso", advirtió, e informó que "afortunadamente, no hay indicios de un aumento anormal en los niveles de radiactividad", según datos recopilados.

No hay que perder de vista que desde comienzos de este mes, el pasado 2 de agosto, la OIEA ya había advertido de la situación, la que en su momento calificó de “volátil”.

"La situación es realmente volátil", declaró el argentino en una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, en el marco de la décima conferencia de los 191 Estados firmantes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

"Todos los principios de seguridad han sido violados de una u otra forma y no podemos permitir que siga ocurriendo".

Desde hacía semanas Grossi estaba tratando de enviar una misión para inspeccionar la central, pero hasta la fecha Ucrania la ha rechazado porque, a su juicio, legitimaría la ocupación rusa de la planta.

"Rendirse al lugar es muy complejo porque se necesita el acuerdo y la cooperación de varios actores, en particular de Ucrania, de Rusia, y del apoyo de la Organización de Naciones Unidas, al tratarse de una zona de guerra, dijo Grossi.

En el año 2021 la central estaba generando el 20% de la producción anual ucraniana de electricidad y el 74% de la producida por el parque nuclear ucraniano.