A paso rápido avanza la pretendida reanudación de relaciones plenas con Venezuela que tiene prevista el nuevo gobierno de Gustavo Petro. La semana pasada el canciller Álvaro Leyva dijo ante los acercamientos con el vecino país, que ese proceso “no es automático” y “requiere tiempo". Sin embargo, el jueves pasado, se designaron embajadores y el ministro de Comercio anunció que el próximo jueves se reunirá en Cúcuta con su par venezolano para hablar del tema comercial.
Asimismo, el pasado martes, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, anunció que se iniciarán conversaciones para el restablecimiento de las relaciones militares con Colombia.
Si bien las decisiones para revivir las relaciones diplomáticas se están produciendo de forma vertiginosa, el siguiente paso es más delicado y complejo, pues los gobiernos de ambas naciones se tendrán que poner de acuerdo en las medidas y su implementación en una serie de temas espinosos, como la seguridad en la frontera, gravemente deteriorada, en mayor medida después de que en 2019 Nicolás Maduro, producto de la controversia con el gobierno de Iván Duque, cerró la embajada en Bogotá, por lo que Colombia hizo lo mismo.
Aspecto diplomático
El presidente Gustavo Petro designó al exsenador Armando Benedetti como el embajador en Venezuela, en tanto que Nicolás Maduro nombró al excanciller y actual director del Centro Internacional de Inversión Productiva (CIIP), Félix Plasencia, como embajador en Colombia.
En tanto que los gobiernos no anunciaron cuándo se abrirán las embajadas en Bogotá y Caracas, podría ser pronto a juzgar por lo que dijeron los presidentes.
Maduro indicó sobre el encargo que hizo a Plasencia que “ya la Cancillería de Venezuela ha pedido el beneplácito a la Cancillería de Colombia y pronto estará en Bogotá”. Mientras que Petro dijo sobre la designación de Benedetti que “esperando el beneplácito de ese Gobierno”.
Más allá de eso hay que pensar también en que es necesario adecuar la planta física de las sedes de las embajadas, que en el caso de la venezolana en Bogotá está en completo deterioro.
Igualmente hay que reabrir los consulados, es posible que ello ocurra antes que las embajadas, pues son clave para los temas comercial y migratorio.
Otro asunto por resolver es qué sucederá con el personal que llegó a Bogotá a nombre del gobierno de Juan Guaidó, al que reconocía la administración de Iván Duque.
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Reto en seguridad
El general Padrino dijo que recibió instrucciones de Nicolás Maduro “de establecer contacto de inmediato con el ministro de Defensa de Colombia (Iván Velásquez) para restablecer nuestras relaciones militares”.
Este hecho es significativo porque permitiría la coordinación de los ejércitos de los dos países para controlar la problemática frontera, tema sensible para Colombia por la inseguridad que reina allí por la presencia de bandas dedicadas al narcotráfico, la extorsión y el contrabando.
También es necesario que se restablezca la cooperación de las dos policías en la lucha contra el crimen organizado, así como en materia judicial revivir la extradición y compartir nuevamente información y resultados de las investigaciones.
Este puede ser uno de los puntos más problemáticos para el restablecimiento de las relaciones porque el régimen de Maduro es probable que exija la extradición de varios nacionales de ese país que están en Colombia, y que allí los acusan de golpistas.
Mientras que la justicia colombiana también reactivaría el pedido de nacionales que tienen deudas con la justicia y que se encuentran en el vecino país, como la exparlamentaria Aída Merlano, condenada por corrupción electoral.
Un elemento clave para la seguridad de Colombia es resolver que no siga la presencia de la reincidencia de las Farc, llamada Segunda Marquetalia, y el Eln en Venezuela, según los organismos de seguridad colombiana, en donde señalan que Maduro les da cobijo.
El presidente Petro ha manifestado su intención de hacer una negociación política con las guerrillas, sin embargo, sería insostenible para su gobierno y las relaciones con Venezuela, que el Eln y la Segunda Marquetalia desde Venezuela sigan organizando y pasando a Colombia a realizar actos terroristas.
Desafío comercial
Por la ruptura de relaciones entre Colombia y Venezuela una de las principales consecuencias ha sido la estrepitosa caída de la relación comercial, que en la primera década de este siglo llegaba a cerca de los 7 mil millones de dólares anuales en el intercambio.
Lo primero que se tiene que hacer en este asunto es la apertura de la frontera, la cual por orden de Maduro desde hace unos meses se habilitó el paso peatonal. Sin embargo, el sector productivo de ambos países reclama que cuanto antes se permita el tránsito de vehículos de carga.
El presidente Petro señaló en días pasados que el canciller Álvaro Leyva está haciendo los contactos con la parte venezolana “para ir procesando la apertura de la frontera”. Consideró el Mandatario que en cerca de 2 meses se tendrían avances en esta meta.
Sin embargo, no será fácil que la relación comercial tome pronto vuelo, teniendo en cuenta que, si bien Venezuela necesita de una multitud de productos colombianos, la economía venezolana está alicaída desde hace varios años por la crisis social y política.
También es previsible que los productores y comerciantes colombianos exijan garantías de pago, y no vaya a suceder como en época de Chávez que se acumularon las deudas y nadie respondía. En ese aspecto será necesario que ambos gobiernos definan mecanismos.
Javier Díaz, presidente de Analdex, le dijo a EL NUEVO SIGLO que, con la reanudación de relaciones diplomáticas, “se debe definir cuál es el marco jurídico alrededor de cómo van a ser esas relaciones comerciales, y eso le corresponde al Gobierno definirlo, para que los empresarios tengan claras las reglas de juego”.
Díaz recordó que Colombia tuvo un comercio muy activo con Venezuela en 2008, año en el que se presentó el mayor intercambio de productos con ese país: “En ese año vendimos algo más de US$6 mil millones a la nación vecina e importamos cerca de US$1.000 millones, es decir, que el intercambio sumaba los US$7 mil millones, pero en el segundo semestre de 2009 el presidente Chávez suspendió el intercambio y a partir de ahí vino cayendo hasta llegar como a US$150 millones; es decir, pasamos de US$6 mil millones a US$150 millones”.
Asunto migratorio
Cerca de dos millones de venezolanos han llegado a Colombia debido a la crisis del vecino país, ese será un tema que deberán allanar ineludiblemente ambos gobiernos, pues es necesario establecer mecanismos de cooperación en casos como la repatriación de nacionales que quieran devolverse.
De igual forma se requiere por parte de Venezuela un proceso para la entrega de documentos a miles de sus nacionales que están en Colombia sin identificación, ello por las dificultades que tienen para realizar ese proceso en su país.
También es posible que la reactivación de las relaciones diplomáticas sirva para que Venezuela se comprometa a cooperar con Colombia con recursos para la atención de la migración.
Postura ante el régimen
Se espera que, con la reanudación de las relaciones diplomáticas con Venezuela, Colombia ‘suavice’ la postura contraria al régimen de Maduro, la cual mantuvo la administración Duque inclusive solicitando sanciones en escenarios internacionales como la ONU, la OEA y la Corte Penal Internacional.
Petro ha señalado que es respetuoso de la política interna de los países, y en el caso venezolano ha dicho que resolver la crisis es un asunto de sus nacionales.