Controversia por grafitis en Monumento a Los Héroes | El Nuevo Siglo
Sí es cierto que los monumentos evocan contenidos y tienen una carga histórica y simbólica muy importante, pero no puede desconocerse que también son elementos que embellecen la ciudad
Todas las fotos de este análisis son de la fotografa de EL NUEVO SIGLO, Diana Rubiano.
Miércoles, 25 de Agosto de 2021
Redacción Nacional

El Monumento a Los Héroes ha estado en el centro del debate durante las últimas horas, pues desde el lunes varios medios informaron que el Distrito estaría contemplando la posibilidad de conservar algunos de los grafitis que le fueron pintados en el marco del paro nacional.

Esta noticia fue ratificada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural en un escueto y ambiguo comunicado al finalizar la tarde del martes en el que indicó que, en aras de documentar las memorias del monumento en todos sus momentos históricos, desde su construcción hasta el día de hoy, “una de las acciones que se están evaluando es tratar de conservar unas cuantas piezas de la piedra que recubre el monumento” (con la pintura incorporada durante las protestas).

El tema tiene tanto de largo como de ancho por tres razones fundamentales: la primera de ellas, y tal vez la más compleja porque alude a la subjetividad, esta relacionada con la intención final de preservar, en este caso, los grafitis.

Sobre este particular la museóloga de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico de la Universidad del Rosario, Ingrid Frederick dijo a EL NUEVO SIGLO que “cualquier proceso de conservación, intervención o salvaguarda tiene implícito una serie de valores muy subjetivos. Un proceso de conservación debe tener una justificación basada en los valores patrimoniales que se reconocen y es muy difícil mantener una homogeneidad porque un mismo objeto nos pueden hablar de diferentes valores. Todo depende de cuáles se buscan rescatar”.

Ahí está la clave de la controversia. "Por un lado uno podría estar a favor de que se haga una documentación de las intervenciones que le hicieron los manifestantes al monumento, porque sea de la manera que sea este capítulo ya hace y seguirá haciendo parte de la historia del monumento, pero también es igualmente válido y conveniente hacerle una intervención para recuperar esos valores por los cuales ha sido declarada como un bien de interés cultural a nivel nacional”, agregó Frederick.

No obstante, sí refirió con claridad que “el hecho de que haya una intención de conservarlo, que es lo que se ha manifestado, indica que hay una valoración y entiendo que sea controversial”, finalizó su explicación.

Y lo es precisamente porque hay quienes no ven su resultado final como intervención sino como consecuencia del vandalismo. Y para quienes piensan así, como varios concejales de Bogotá que se han manifestado en contra de diferentes acciones vandálicas, preservar algunos grafitis es “una apología del delito que legitima a quienes vandalizaron nuestro patrimonio cultural”.

Pero también hay otras dos consideraciones que deben tenerse en cuenta y una es que, pase lo que pase con relación a su restauración, este monumento deberá ser demolido para darle paso a la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá. Frente a este hecho, el Metro deberá adelantar acciones para conservar las memorias de lo que ha significado este elemento como hito urbano y referente de la capital.

Lo otro tiene que ver con su valor estético más que con su valor patrimonial. Empecemos por ahí.



El valor estético

Sí es cierto que los monumentos evocan contenidos y tienen una carga histórica y simbólica muy importante, pero no puede desconocerse que también son elementos que embellecen la ciudad. De ahí que varios expertos refirieran que sí valdría la pena limpiarlo así sea una restauración temporal.

“No hay que perpetuar el deterioro sino las ansias de mejorar la ciudad y en ese punto no creo que la ciudad se vea mejor. Hay unas formas de arte urbano muy interesantes, pero esta no fue una intervención artística. Esta fue una intervención hecha en medio de las protestas que yo creo, muy a título personal, que llegó muy lejos”, le dijo a este Medio el exdirector del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, Mauricio Uribe.

A este respecto vale la pena recordar que la Administración Distrital anterior se preocupó por conservar de la mejor manera posible la totalidad de los monumentos de la ciudad, los cerca de 250 que hay, e incluso el Monumento de Los Héroes, que fue sujeto en varias ocasiones de la campaña de recuperación de monumentos por el valor simbólico que tiene. De hecho, fue restaurado dos meses antes de que asumiera la nueva Alcaldía, precisamente por eso.  

Más aún, en las manifestaciones de noviembre de 2019 el monumento fue objeto de un grave vandalismo y el Instituto lo entregó restaurado ya con la claridad de que sería demolido.

Incluso, frente a quienes no están seguros de su restauración de cara a una eventual demolición, es preciso tener en cuenta que los monumentos son bienes muebles y que por lo mismo pueden ser trasladados o pueden sufrir transformaciones.

Por ejemplo el mismo monumento del Gonzalo Jiménez de Quesada tuvo tres ubicaciones antes de que llegara a la Plazoleta de la Universidad del Rosario; el Simón Bolívar de la Plaza ha cambiado de orientación y en ocasiones ha mirado para un lado y en otras para el otro.

En este sentido, es importante aclarar lo que varios expertos refirieron a este Medio: la remoción del Monumento a Los Héroes no va a ser por un tema de odio, como ha ocurrido con otras estatuas en el marco de las protestas, sino por un tema de infraestructura urbana clave para la movilidad de la ciudad.

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¿Valor patrimonial?

Es ineludible hacerse la incomoda pregunta de, ¿qué evoca un monumento que perdió todas sus características? Porque es un hecho que este monumento las perdió, frente a lo cual habría dos opciones: adelantar su remoción o restaurarlo por los años que le queden por delante previo a su traslado.

Es que, con relación al Monumento de Héroes pasaron dos cosas: los deterioros fueron muy grandes y la intervención con pintura en la escala que se presentó lo desnaturalizó.

Adicionalmente, cuando la escultura del Bolívar Ecuestre sufrió daños por el fuego debió ser retirada y por último le quitaron las banderas, astas que en el 2019 fueron restauradas por el IDPC y sus banderas volvieron a ondear tras décadas en el año del bicentenario.

Esto qué significa: que este monumento tenía todo un sentido que hoy ya no tiene, y palabras más palabras menos, el monumento perdió su valor simbólico, histórico e incluso estético, cosa que es incomprensible.

“Hoy este monumento está completamente intervenido por la pintura. El Monumento de Los Héroes es muy importante y tenía un sentido claro: era el inicio y el remate de la Avenida Los Libertadores que es la Autopista Norte que conduce al departamento de Boyacá en donde se gestaron las últimas batallas de independencia con un sentido simbólico claro.  Luego se le adhirió el Simón Bolívar y cobró una importancia aún mayor porque ya no solamente hablaba de la independencia de Colombia sino de la independencia de los seis países bolivarianos”, añadió el exdirector Uribe.

Frente a todos estos elementos, el IDPC adelantó que en estos momentos se está estudiando la viabilidad técnica y financiera para su desmonte (paso previo a la demolición).

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