¿Acierta Trump con tempranera candidatura presidencial? | El Nuevo Siglo
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Martes, 15 de Noviembre de 2022
Redacción internacional

Oficializada su candidatura presidencial, la pregunta que empieza a mover el ambiente político en Estados Unidos es si esa decisión tempranera de Donald Trump es la que conviene a los republicanos, ya que un sector partidario está inclinándose por una estrella emergente: Ron DeSantis.

El expresidente y dirigente conservador tiene desde hace meses el ojo puesto en el 2024 y la fortaleza del ‘trumpismo’ hacía prever que no tendría rival en el horizonte. Sin embargo, las recientes elecciones de medio término donde si bien muchos de los candidatos que apoyó ganaron sus cargos, otros vieron frustrado tal aspiración. Además, la contundente reelección del gobernador de Florida, otrora su discípulo político y aliado, puso a este hombre de 44 años, que tiene unos lineamientos conservadores tan arraigados como los de Trump, en el camino de la Casa Blanca.

DeSantis no ha dicho si se presentará a la larga carrera por la nominación republicana, que iniciará el primer trimestre del próximo año, toma fuerza esa posibilidad por factores que van desde una renovación generacional hasta la fuerza electoral que demostró en el estado más al suroeste de Estados Unidos, el único donde se registró la vaticinada ‘ola roja’ para estas midterm.

El joven dirigente conservador tiene también a su haber dos factores importantes: se impuso contundentemente en distritos claves como Miami-Dade, otrora bastión demócrata y concitó el mayoritario voto hispano, electorado que tradicionalmente ha inclinado la balanza en la contienda presidencial.

“Apenas hemos comenzado” dijo un exultante DeSantis la noche del pasado martes cuando se conoció que había logrado su reelección frente al demócrata Crist por más de 20 puntos porcentuales, muy lejano del duelo de hace cuatro años, cuando le ganó, pero por escasa diferencia. Es la única referencia que hasta ahora se tiene del gobernador y que no devela si se la jugará a fondo por la investidura partidaria. De darse, se corre el riesgo de una división de una división entre los republicanos y, aquí, serían claves los llamados independientes, los que optarían más por esa opción joven que por Trump e, inclusive, por el actual mandatario demócrata, que este domingo llegará a sus 80 años.

El líder conservador conserva por el momento una innegable popularidad entre la base, que acude en masa a los mítines con sus características gorras rojas. De hecho, los sondeos lo siguen dando como ganador en unas primarias republicanas.

En medio de ese panorama fue que hizo anoche desde su lujosa residencia de Mar-a-Largo, en Florida, el “gran anuncio” que venía anticipando desde hace una semana: "Con el fin de hacer que América sea grande y gloriosa otra vez, esta noche anuncio mi candidatura a presidente de Estados Unidos".

Tras manifestar que había formalizado su aspiración enviando el respectivo documento a la Comisión Federal Electoral, agregó que "hace dos años, cuando dejé la Casa Blanca, Estados Unidos, estaba listo para mi edad de oro…pero hay que recuperar a nuestro país".  


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El exmandatario estadounidense que buscará así por tercera vez el poder, enumeró algunos de los logros de su administración, como las medidas llevadas a cabo durante la pandemia del covid-19 e insistió en que en ese tiempo Estados Unidos era un país en paz, próspero y respetado en la escena internacional.

Y a renglón seguido sostuvo que “me aseguraré de que Biden no logre cuatro años más en la Casa Blanca”.

Tras conocer el anuncio del dirigente conservador, el presidente y virtual rival en el 2024, Joe Biden sostuvo vía twitter que “Trump le falló a Estados Unidos” y acompañó el mensaje con un video en el que lo acusa de “amañar la economía para los ricos", "atacar el sistema de salud" y "consentir a extremistas".

¿Revivirá la ola roja?  

Cuando llegó al poder en noviembre de 2016, pocos se lo esperaban. Y una vez en la Casa Blanca cambió las costumbres para imponer su estilo presidencial.

Con la irrupción en la competencia presidencial podría vivir su revancha contra Joe Biden, cuya victoria en 2020 nunca reconoció y que también tiene la intención de postularse, aunque lo decidirá a principios del año que viene.

Trump dejó Washington en medio de la confusión e incertidumbre luego de que sus simpatizantes asaltaran el Capitolio. Pero optó por permanecer en la arena política y continuar recaudando fondos y dando mítines en todo el país. 

Antes de las elecciones de medio mandato del 8 de noviembre, Trump parecía determinado a aprovechar la pronosticada derrota de los demócratas y el éxito abrumador de los republicanos para volver más fortalecido. Pero la ola roja, color de los republicanos, con la que contaba se quedó corta y, como reseñamos anteriormente, se dio solo en Florida.

Sin terminarse el escrutinio nacional, los demócratas conservan el control del Senado, con 50 escaños y el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris. Los republicanos tienen 49 y se la juegan todo por ganar el que se definirá el 6 de diciembre en Georgia, entre su aspirante Hershel Walker y el demócrata Raphael Warnock, quienes tras protagonizar un verdadero voto finish el martes pasado, no alcanzaron el 50% de los votos requeridos para hacerse al escaño.

En la Cámara de Representantes la situación es muy diferente. A punto de concluir el escrutinio nacional sobre las votaciones para los postulados a los 435 escaños, los republicanos aseguraron 217 de éstos, a tan solo uno de la mayoría, mientras los demócratas tienen 206.

Resta por conocer el ganador en una docena de distritos, la mayoría de ellos en California (diez), para determinar quiénes serán los nuevos parlamentarios de la Cámara baja. Sin embargo, y como ha sido la tendencia desde el principio del escrutinio, la ventaja la tienen los conservadores y es muy difícil que revierta.

Así las cosas, se le complicará la agenda legislativa al presidente Biden y se frustrarán sus promesas de campaña como la presentación de una ley para consagrar el aborto como derecho a nivel nacional, al igual que extremar el control de armas, especialmente las de asalto, ya que los conservadores con mayoría en la Cámara no aprobarán tales iniciativas.

También deberá enfrentar con los líderes de su bancada demócrata negociaciones para temas clave como el techo de la deuda y el ambicioso como millonario plan de inversiones que contempla en el proyecto de ley sobre infraestructura.

Volviendo a las cuentas electorales de Trump, empeora el escenario que una de sus aliadas más cercanas, Kari Lake no logró, por una diferencia de tan solo 22 mil votos, el codiciado puesto de gobernadora de Arizona.

Estos resultados decepcionantes, sobre todo los de algunos de los candidatos apoyados por Trump, empañan sus planes presidenciales.

Varias voces de republicanos influyentes incluso han pedido que Trump se aleje del liderazgo del partido.

Su otrora leal compañero, el exvicepresidente Mike Pence, quien ayer publicó sus memorias, en las que cuenta las presiones sufridas para no certificar los resultados de las presidenciales de 2020, se negó a pronunciarse sobre si Trump debía volver a presentarse.  "Eso depende del pueblo estadounidense, pero creo que tendremos mejores opciones en el futuro", sostuvo.

Las investigaciones

Los problemas legales del expresidente pueden amenazar su intención de volver a la Casa Blanca, aunque él ha sobrevivido a todos los escándalos y sigue en pie a pesar de las muchas veces que lo dieron por acabado.

Su candidatura presidencial podría disuadir a la fiscalía de inculparlo judicialmente, pero no cerrará las múltiples investigaciones que pesan contra él.

La justicia investiga sobre su papel en el asalto al Capitolio, la gestión de los archivos de la Casa Blanca, sus casos financieros o las presiones ejercidas sobre agentes electorales.

El millonario republicano, que no está inculpado, se considera blanco de una persecución política.

Una candidatura presidencial de 2024 podría disuadir a la fiscalía de procesarlo. Si optara por inculparlo, su campaña quedaría empañada, pero no le impediría presentarse: la legislación estadounidense no prohíbe que una persona procesada, o incluso condenada, aspire a la presidencia.

Son varias las investigaciones civiles y penales contra el magnate republicano, pero en ninguna de ellas está acusado.

Amado y odiado, como dice el refrán popular, Trump es candidato presidencial y repetir la sorpresa de 2016 cuando contra todos los pronósticos ganó la Casa Blanca. Su decisión es tempranera y evidencia que el exmandatario republicano continúa sacudiendo la política y la historia de Estados Unidos.