Sin concluir el escrutinio a nivel nacional, el Partido Republicano ganó el control de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, sumando 218 escaños contra 209 de sus rivales demócratas.

Con esta cifra y aún restando por definir ocho escaños, los conservadores alcanzan la  base para oponerse a la agenda del presidente Joe Biden en los próximos dos años.

La mayoría republicana en la cámara baja del Congreso será inferior a la que tenían  proyectada, mientras en el Senado el control lo retienen los demócratas por 50 bancas contra 49 de los republicanos, esperando la definición en Georgia, este 6 de diciembre.

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Es por ello que ambos partidos apuestan financiera y políticamente todo en ese estado ya que esa sola banca significaría para los demócratas llegar a 51 y no necesitar el tradicional voto de desempate que tiene la vicepresidenta Kamala Harris, mientras que para los conservadores sería conservar el actual empate que existe en el Senado.

Aunque la tendencia de la Cámara de Representantes era inclusive antes de las midtern para los republicanos, al no registrarse una vaticinada ola roja se tuvo el temor de que los partidarios de Biden retuvieran el control de la misma. Sin embargo, el contundente triunfo en Florida, otrora bastión demócrata, permitió a los conservadores llegar a ese simbólico número de los 218 escaños que dan la mayoría.