Acuerdo Psoe-Podemos no asegura investidura de Sánchez | El Nuevo Siglo
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Martes, 12 de Noviembre de 2019
Redacción internacional con Europa Press

El entendimiento político que no habían logrado en meses los socialistas del Psoe y la izquierda radical de Podemos por abismales diferencias en programas y cargos se materializó sorpresivamente ayer, en menos de dos horas en España.

Tan solo dos días después de las legislativas que impulsaron a la extrema derecha, el presidente y líder socialista Pedro Sánchez alcanzó un acuerdo con el líder de Podemos, Pablo Iglesias de Podemos para formar un gobierno de coalición en España, pero que para concretarse necesitará del apoyo de otras fuerzas. Y de realizarse, este último fungirá como vicepresidente.

La inesperada firma del acuerdo se selló con un abrazo ambos líderes, protagonistas en el pasado de serias desavenencias, que fueron desde las burlas hasta la desconfianza mutua.

"Este nuevo gobierno va a ser un gobierno rotundamente progresista", pensado para durar los cuatro años de la legislatura, porque "España necesita un gobierno estable (...) y lo necesita ya", indicó Sánchez tras rubricar el documento en una ceremonia en el Parlamento.

Dicho "gobierno de coalición progresista" combinará "la experiencia del Partido Socialista con la valentía de Podemos", y será "la mejor vacuna contra la extrema derecha", señaló de su lado Iglesias, quien estrechó sonriente la mano de Sánchez.

Tras las legislativas del domingo que dejaron un Parlamento muy fragmentado, el acuerdo se antojó inesperado, sobre todo teniendo en cuenta que los socialistas y Podemos fracasaron en lograr algo similar tras los anteriores comicios, en abril.

En ese momento, Sánchez llegó a poner un veto a la presencia de Iglesias en el Ejecutivo y dijo posteriormente que de haber entrado Podemos en el gobierno sería un presidente "que no dormiría por la noche, junto con el 95% de los ciudadanos de este país".

Tras divulgarse el preacuerdo, el líder conservador y presidente del Partido Popular, Pablo Casado, dijo que Sánchez cerró la puerta a "cualquier colaboración "con los 'populares', porque ha elegido "radicalizar" el gobierno.

Al mismo tiempo dejó en claro que el PP ejercerá una "oposición rotunda" y que si se constituye este nuevo gobierno y “no va bien”, los conservadores "una alternativa alejada de extremismos, independentistas y radicales".

Casado ha acusado a Sánchez de ejercer de "tapón" para los pactos constitucionalistas y de no representar al Psoe histórico y "sensato". "Se dice que la cabra tira al monte y Sánchez ha dejado claro que está de acuerdo con una radicalizada izquierda y no con un Psoe que llegaba a pactos de Estado", aseguró.

Las cuentas

El preacuerdo entre socialistas e izquierda radical parte con 155 votos en el Congreso y para superar la sesión de investidura necesitaría sumar a otras fuerzas. Según analistas, una de las posibilidades es el apoyo de PNV, Más País, Partido Regionalista Cántabro, Teruel Existe y Nueva Canarias más la abstención de los independentistas de ERC y del BNG.

Según establece la Constitución, para ser investido presidente se necesita mayoría absoluta en una primera votación, es decir, 176 síes, o bien mayoría simple (más votos a favor que en contra) en una segunda.

Esa mayoría absoluta exigiría a Psoe y Unidas Podemos sumar a sus 155 diputados un total de 21 votos, lo cual parece muy improbable ya que se trataría de añadir a formaciones que se han declarado antagónicas entre sí.

A partir de ahí, lo más factible es pensar en la segunda votación, contar con más votos a favor que en contra. Aritméticamente, la opción más sencilla es que el partido de oposición, el PP con sus 88 diputados, optara por la abstención, aunque esta posibilidad de antemano ha sido rechazada tajantemente.

También teóricamente el acuerdo tendría más fácil salir adelante si contara con el apoyo de la extrema derecha de Ciudadanos, -el que tuvo mayor repunte el pasado 10N- aunque este partido tiene anunciado que no respaldará un acuerdo con Podemos y, por su parte, los 'morados' se declaran incompatibles con los 'naranjas'

Sánchez e Iglesias deberán, por tanto, tejer apoyos para ir sumando en un Congreso fragmentado con casi veintena de partidos, récord de grupos parlamentarios y 21 diputados de doce formaciones distintas.

El pacto podría recabar el apoyo del diputado de PRC, de los tres representantes de Más País y Compromís, proclives a un gobierno progresista; de los siete votos de los nacionalistas del PNV, que no han ocultado su disposición a negociar; del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo y de Teruel Existe, que quiere facilitar la gobernabilidad.

Con todos ellos ya sumarían 168 escaños, a sólo ocho de la mayoría absoluta, y desde ahí sería factible superar la investidura gracias a la abstención de otras formaciones. Es ahí donde podría entrar el diputado del BNG, que quiere desbloquear la situación y que reclamará compromisos con la agenda gallega; o incluso los trece de ERC y los cinco de EH Bildu.

A priori, en el 'No' ya están situados los 52 de Vox y los 88 del PP, y todo apunta a que tampoco ayudarían a un Gobierno de PSOE y Podemos los dos diputados de UPN (Navarra Suma) ni la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas. En el voto en contra también se ubica a Junts per Catalunya, así como la CUP. Todo ellos representan 153 votos, lo que ratifica ese escenario donde la llave la tienen los demás independentistas.