Era miércoles en la noche, los magistrados llegaron muy puntuales, a pesar del tráfico capitalino, al Palacio de Nariño. Iban a presenciar la posesión de dos nuevos magistrados y habían recibido una invitación a cenar del jefe de Estado. Todo estaba dado para que fuera un encuentro perfecto, solo faltaba un detalle: no estaba el anfitrión, el presidente de la República.

Mientras cerca de 60 magistrados ocupaban los salones de la Casa Presidencial, Gustavo Petro, a pesar de las advertencias, se encontraba a la misma hora en Medellín. Decidió que tal vez por asuntos de Estado era más importante reunirse con el alcalde de la capital antioqueña, Daniel Quintero, que cumplir la cita que él mismo había fijado a los miembros de las altas cortes del país.

Al ver que la hora señalada ya había pasado y el presidente no asomaba, quien salió a atender el asunto fue el secretario jurídico de Palacio, Vladimir Fernández, que incluso junto con Mauricio Lizcano, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), evitaron que varios magistrados abandonaran el lugar, incluso antes de la posesión de los magistrados.

Al comprender que definitivamente Petro no llegaría al evento, Vladimir Fernández tomó la batuta y posesionó a Juan Carlos Cortés como magistrado de la Corte Constitucional y a Marjorie Zúñiga como magistrada de la Corte Suprema de Justicia.

El encuentro, para algunos analistas, tenía un efecto simbólico y era la reunión de los magistrados con un presidente que proviene del M-19. Es decir, de alguna manera era la posibilidad de marcar un encuentro histórico dentro del marco de la tragedia del Palacio de Justicia.

La cena servida

Sin embargo, a pesar de que los magistrados tomaron la decisión de aceptar la posesión hecha por Fernández, ya había pasado más de hora y media de la hora programada y ellos aún se encontraban visiblemente disgustados.

Dentro de la programación estaba previsto que tras la firma del acta se pasaría a una cena, a la cual los magistrados, de manera unánime, decidieron no asistir, incluso a pesar de la presencia del ministro de Justicia, Néstor Osuna.

Estaban 70 puestos servidos, se habían contratado meseros, las servilletas se encontraban con membrete, las sillas estaban marcadas, y aunque nunca se supo en qué consistía el menú, a los distinguidos invitados tampoco les importó, ellos estaban indignados y lo único que querían era irse del Palacio.

Así que, ante este desplante, los magistrados de las Altas Cortes se retiraron de la Casa de Nariño por la inasistencia del presidente. De esta manera quedó un aroma de una posible ruptura entre las Altas Cortes y el jefe de Estado. Muchos calificaron este acto como de desprecio.

Lo único que se atrevieron a decir desde Palacio es que esta no era la primera vez que un jefe de Estado no asiste a una posesión pues recordaron el caso de Cristina Pardo, quien cuando fue secretaria jurídica de Presidencia posesionó a la magistrada Gloria López.

También explicaron desde Presidencia que el jefe de Estado no llegó a dicha ceremonia pues, después de participar en un evento con víctimas de las masacres de los corregimientos de El Aro y La Granja, adelantó una extensa reunión con el alcalde de Medellín Daniel Quintero.

Así transcurrió la noche de un encuentro que nunca se produjo y que ojalá no repercuta en las relaciones entre dos de los tres poderes que constituyen la nación.

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Medidas de los magistrados

Después de haberlos dejado en Palacio, lo cual es un hecho sin precedentes, los magistrados se encuentran estudiando medidas como no volver a asistir a ningún acto protocolario en la Casa Presidencial.

Incluso, se conoció que algunos de ellos propusieron que a partir de la fecha ningún jurista tome juramento en Palacio de Nariño y que lo mejor es que se posesionen ante un notario o ante testigos de las mismas corporaciones.     

No había nada que hacer, la sensación general era que Petro había dejado metida a toda la cúpula judicial, a los magistrados de todas las cortes Constitucional y Suprema, y de los consejos de Estado y Superior de la Judicatura.

Muchos recordaron que este momento es importante, no solo para los que se posesionan, sino para el mismo país, porque se trata del encuentro entre dos ramas de los poderes del país: ejecutiva y judicial.

Las ausencias de Petro

Ya son cotidianos los incumplimientos del mandatario en varios eventos. Es más, ese mismo miércoles en la noche no solo dejó plantados a los magistrados; también, en la agenda el presidente tenía programado asistir a una reunión de trabajo con los miembros de la Cámara de Comercio Colombo Americana.

Curiosamente se recuerda que antes de tomar posesión como presidente de la República, Gustavo Petro no asistió a dos eventos, de fechas diferentes, una con Asocapitales y la otra con Fedemunicipios.

Ya como jefe de Estado llegó cinco horas tarde a un evento de la ANDI. Otro desplante muy sonado fue el 16 de agosto, cuando no asistió al reconocimiento y presentación de tropas de las Fuerzas Armadas. En ese momento argumentó que fue por un dolor estomacal. Tampoco estuvo presente en un encuentro con los taxistas y nunca apareció el 13 de octubre en el Congreso Nacional de Comerciantes.

A nivel internacional, se recuerda que no fue a una cena con el presidente estadounidense Joe Biden en Nueva York. Y no estuvo en la foto oficial de mandatarios en la Cumbre de Cambio Climático en El Cairo. En esa ocasión dijo que estaba ultimando detalles de su discurso.  

Quiénes son los nuevos magistrados

Marjorie Zúñiga Romero nació en Barranquilla y es egresada de la Universidad del Norte, experta en Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Derecho Comercial de la Universidad Externado de Colombia, doctora por la Universidad Pontificia de Salamanca y cuenta con un máster universitario en Seguros y Gerencia de Riesgos de esa misma casa de estudios. En su desempeño profesional ha sido ejecutiva de la empresa AON Group en la ciudad de Madrid (España), docente en la Universidad del Norte y, hasta la fecha, magistrada auxiliar de la Sala de Casación Laboral de Descongestión de la Corte Suprema de Justicia.

Juan Carlos Cortés González es abogado y especialista en Derecho Administrativo de la Universidad del Rosario y con estudios de posgrado en Justicia Constitucional de la Universidad Castilla La Mancha (España). También es magíster en Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Antes de ser elegido como magistrado de la Corte Constitucional, ejercía como director de Estudios de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social. En el 2020 fue candidato por el Consejo de Estado a procurador general. Ha sido viceprocurador general, viceministro de Empleo y Pensiones, secretario general de la Fiscalía General y asesor de la Asamblea Nacional Constituyente, en la que participó como miembro del movimiento estudiantil, además de actuar como conjuez de la Corte Constitucional y el Tribunal Administrativo de Cundinamarca.