Empiezan elecciones parlamentarias de Venezuela | El Nuevo Siglo
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Domingo, 6 de Diciembre de 2020
Redacción Web con AFP

Las elecciones para renovar la totalidad del Parlamento de Venezuela comenzaron este domingo, sin la participación de los principales partidos de oposición que la tachan de fraudulenta y sin respaldo internacional.

El chavismo --que tiene previsto arrasar en este proceso para entregarle al presidente Nicolás Maduro el control de la Asamblea Nacional, único poder público en manos de la oposición que lidera Juan Guaidó-- movilizó desde la madrugada a su militancia para sufragar a primera hora. "¡Llegó la hora, a votar por la paz, por la patria, por el futuro!", expresó Maduro en la aplicación de mensajes Telegram.

El chavismo busca el control

Más de 20 de los 30 millones de venezolanos están llamados a las urnas en unos comicios en los que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) busca la "victoria perfecta" y hacerse con el único poder que desde 2015 controla la oposición liderada por Juan Guaidó.

Militantes del chavismo se agruparon desde temprano en barriadas del país lanzando cohetones y haciendo sonar el "toque de diana", la madrugadora canción militar que despierta a la tropa y que se ha vuelto una tradición para movilizar a los militantes del PSUV.

"Aquí estoy cumpliendo con mi derecho a votar", dijo a la AFP Raúl Urquía, de 63 años, a las afueras de un centro de votación en el centro de Caracas donde unas 200 personas esperaban para sufragar, todos con el tapabocas obligatorio por la pandemia.

"Vengo a votar contra el imperialismo, vengo a votar contra los que usaron la Asamblea para pedir sanciones, este es un voto antiimperialista".

"Frente a la guerra económica bestial de Estados Unidos, nos sentimos con ánimo de seguir combatiendo y lograr ganar la Asamblea Nacional", indicó por su parte Nelson González (73).

El canal gubernamental VTV mostró varios centros abiertos y gente votando.

Asamblea "progringa"

Maduro dijo el sábado atrás quedará la "Asamblea Nacional progringa" encabezada por Guaidó, reconocido presidente encargado de Venezuela por Estados Unidos entre medio centenar de países.

El líder opositor aseguró, por su parte, que "el objetivo de Maduro" es "aniquilar al Parlamento" y llamó a la abstención en este proceso que tilda de "fraude".

Con todo, una pequeña fracción disidente de la oposición buscará ganar alguno de los 277 escaños.

Guaidó llama en paralelo a una especie de plebiscito (7-12 de noviembre) para prolongar el período parlamentario hasta que puedan celebrarse elecciones "libres, verificables y transparentes".

Pero esa consulta no será más que testimonial, toda vez que Maduro ejerce el control territorial e institucional con el respaldo de la cúpula militar, considerada su principal sostén.

Rechazo internacional

Venezuela atraviesa una debacle económica --con años de recesión, hiperinflación y servicios públicos colapsados--, que debe traducirse en una baja participación, según expertos.

Los comicios del 6 de diciembre han recibido un amplio rechazo internacional.

Estados Unidos ya anunció que no reconocerá el resultado de las votaciones; la Organización de los Estados Americanos (OEA) las rechaza por falta de condiciones y una asociación internacional de juristas las considera una "ficción" sin validez legal.

Así mismo, Ecuador anunció que desconocerá los resultados. 

Un grupo de representantes bipartidistas del Congreso estadounidense condenó el viernes los comicios porque "no cumplen con ningún estándar para un proceso libre y justo". 

Washington es el principal aliado de Guaidó y lidera la presión internacional contra Maduro con sanciones económicas, incluido un embargo petrolero vigente desde abril de 2019. 

La Unión Europea, por su parte, desestima que las parlamentarias sean "justas, transparentes y creíbles", por lo que su reconocimiento al proceso es poco probable, comentaron fuentes europeas a la AFP. 

El bloque europeo pidió meses atrás posponer los comicios, condición para el envío de una misión de observación internacional al país. 

El gobierno socialista rechazó de plano la petición, tachándola de "inadmisible".