El nuevo Congreso: entre la renovación y la reelección | El Nuevo Siglo
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Sábado, 18 de Diciembre de 2021
Redacción Política

Esta semana se llevaron a cabo las inscripciones de las listas para el Congreso de la República, a elegirse el próximo marzo. Mientras se presentaron varias sorpresas de última hora, al mismo tiempo comienza una competencia casi inédita en Colombia. En efecto, atadas a las aspiraciones parlamentarias se harán las consultas interpartidistas, el mismo día, para determinar el candidato presidencial único de varias coaliciones. Con ello comienza en firme, tanto la campaña de Congreso como la presidencial.

Frente al Parlamento, aparte de la abulia de la opinión pública por la política, el punto estará entre la reelección y la renovación. Puede decirse de las listas presentadas, tanto cerradas como de voto preferente, que 61 senadores buscarán mantener sus curules. En tanto, 29 representantes a la Cámara intentarán dar el salto a esa corporación, muchos tratando de reemplazar a los senadores que decidieron retirarse. Bajo esa perspectiva, es posible que la renovación no sea tan alta si se entiende que se trata de una rotación dentro de los equipos políticos que ya han hecho parte del Congreso.

Inclusive, en esa dirección, partidos como el Conservador o el Liberal decidieron encabezar sus listas para Senado con políticos experimentados y no recurrir a una figura emblemática, como en elecciones previas, que pudiera recoger los llamados votos de opinión.

La lista conservadora será comandada por el veterano senador, Efraín Cepeda, mientras que lo mismo puede decirse de la liberal, en cabeza del senador Lidio García. En ese sentido, las bancadas parlamentarias se hicieron sentir al interior de cada colectividad y las listas fueron confeccionadas, dentro de los primeros lugares, con los senadores actualmente activos en la corporación.

En no poca medida ocurrió lo mismo con otros partidos, como La U o Cambio Radical, con la diferencia de que las cabezas de lista vienen de afuera, para arrastrar votos diferentes de la propia colectividad. Es el caso, en el partido de La U, de Caterine Ibargüen, una gloria deportiva nacional, y del exministro David Luna, en Cambio Radical. Asimismo, todos los partidos intercalaron una proporción importante de representación femenina.

Por su parte, una aguda controversia se dio por la cabeza de lista en el Centro Democrático, como reemplazo del expresidente Álvaro Uribe, quien ya había anunciado que no volvería a presentarse de senador. En esa vía, muchos dieron por descontado que los precandidatos presidenciales de ese partido que no obtuvieron el primer lugar en las encuestas para elegir el candidato único de la colectividad, harían parte, no solo de la lista al Senado, sino que el segundo de aquella competencia encabezaría la plancha a la corporación.

Fue así como se creyó que el número uno recaería en la actual senadora, María Fernanda Cabal. Pero el mismo expresidente Uribe ya le había ofrecido esa posición a Miguel Uribe Turbay, excandidato a la alcaldía de Bogotá y quien en esos comicios logró más de 400 mil votos. De tal modo, no sin pugnas internas, Uribe Turbay pasó a ocupar el primer lugar y Cabal escogió el número 100, cerrando la lista. Salvo por el precandidato Rafael Nieto, los demás, como Paloma Valencia y Alirio Barrera, entraron en el tiquete senatorial.

Varios senadores actuales del Centro Democrático, como José Obdulio Gaviria, María del Rosario Guerra, Ernesto Macías o Carlos Felipe Mejía no se presentaron a la reelección, pero la mayoría de la bancada sí buscará repetir.



La otra orilla

En el caso de la coalición del Pacto Histórico, cuya figura preponderante, como se sabe, es el precandidato presidencial Gustavo Petro, lo que finalmente se hizo fue unificar en una sola lista al Senado el espectro de la izquierda. Encabezada por el actual senador Gustavo Bolívar, no hubo mayores sorpresas y buena parte de la plancha, como en los demás partidos, está integrada por muchos de los congresistas que quieren la reelección.

En paralelo, también hay otra lista petrista, donde está el excandidato a la alcaldía de Bogotá, Holman Morris, quien también obtuvo más de 400 mil votos en esa elección.    

De otro lado, la alianza Centro Esperanza se dividió en dos listas, sin lograr la unificación que pretendían. Por una parte, está la de la propia coalición, encabezada por el ex vicepresidente y ex negociador de paz, Humberto de la Calle, lo cual se constituyó en una sorpresa desde que se comenzó a hablar de esa posibilidad.

Y otra es del Nueva Liberalismo -partido al que recién se le revivió la personería jurídica- con el número uno de la periodista Mábel Lara, y el aditamento también sorpresivo de que el concejal y también excandidato a la alcaldía de Bogotá, con un millón de votos, Carlos Fernando Galán, decidió renunciar a la corporación distrital e ingresar en la lista cerrada en el puesto sexto, para jalonar así el umbral e intentar conseguir la mayor cantidad de curules. El Nuevo Liberalismo es el mismo partido que fundara y dirigiera el asesinado líder Luis Carlos Galán, cuando se daba por descontado que llegaría a la Presidencia.  

Otro partido que renovó su vigencia al otorgársele personería jurídica fue el Movimiento de Salvación Nacional, del también inmolado candidato presidencial y dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado, que presentará una lista cerrada al Senado, en cabeza del dirigente José Miguel Santamaría.

Coalición verde

Por su parte, la aspiración de Humberto de la Calle en la lista de Centro Esperanza también está avalada por un movimiento que recuperó su personería jurídica: Verde Oxígeno, de la dirigente exsecuestrada por las Farc, Ingrid Betancourt. Precisamente las Farc desmovilizadas contarán de nuevo con las diez curules automáticas de Senado y Cámara que dispuso el acuerdo de paz, lo primero con base en una lista cerrada.

Del lado de la renovación en las próximas elecciones del Congreso se encuentra el hecho de que hay varias mujeres encabezando las listas de Senado y Cámara, o con buenas posibilidades en el voto preferente. Algunas de ellas, además, con un liderazgo comprobado dentro de la comunidad afrodescendiente, lo que no se había presentado en el país en las dimensiones actuales.

En ese orden de ideas, varias centenas de candidatos se disputarán alrededor de 16,5 a 17 millones de votos efectivos el próximo marzo. Entonces se sabrá, no solo el resultado de las consultas populares interpartidistas, sino si la nueva composición del Congreso apuntó más a la renovación o a la reelección.