Educación en Brasil: una lucha ideológica | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 9 de Diciembre de 2018
Natalia Mariño*
El debate de cómo y qué debe enseñarse en las aulas de clase en Brasil tiene un trasfondo ideológico. Aunque sus raíces son históricas, la situación actual de este país latinoamericano ha hecho que la población apoye un cambio generalizado

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EN BRASIL, por donde quiera que se mire, la polarización es evidente y las últimas elecciones solo han reafirmado esta marcada división. Y es que prácticamente no hay un punto medio: están aquellos de izquierda que respaldan al Partido de los Trabajadores (PT) y los de derecha que apoyan a Jair Bolsonaro. Las propuestas del Presidente electo han sido controversiales por ser consideradas por algunos como radicales, extremistas y homofóbicas. Sin embargo, y su votación lo demuestra, su postura tiene un fuerte respaldo.

Esto es evidente en la educación, sector que se encuentra en una pugna para intentar imponer diferentes ideologías en las aulas de clase, lo que ha llevado a que no solo se enfrenten los partidos, sino también la población que tiene distintas posturas con respecto a cómo se debe enseñar en los colegios y en universidades públicas. Las políticas de educación están en la mira del nuevo gobierno que comienza el primero de enero.

Lucha de escuelas

Durante el período de dictadura en Brasil, entre 1964 y 1985, la educación estaba estrictamente vigilada y con directrices dictadas por los militares. Hay quienes dicen que Brasil no está lejos de este escenario, pues Bolsonaro ha manifestado su respaldo a la dictadura militar. Pero más allá de esto, el Presidente electo quiere retomar el control de la educación como forma de restablecimiento del orden en Brasil. Para ello, nombró como Ministro de Educación al colombiano Ricardo Vélez Rodríguez, teólogo y filósofo, conocido por compartir tendencias ideológicas con Bolsonaro.

En el contexto de dictadura, Paulo Freire, un pedagogo y filósofo brasilero recordado por su obra “Pedagogía del Oprimido” (1968), expone la necesidad mediante el “Método Freire" de educar a las personas analfabetas para liberarlas de los “grupos opresores”. Hoy en día este libro forma parte del currículo de muchas escuelas en Brasil. Bolsonaro considera que este pensamiento generó un “adoctrinamiento marxista” en las aulas de clase y en el desarrollo de la educación en Brasil.

Al respecto de las bases educativas influenciadas por Freire, el Presidente electo ha prometido que impulsará el proyecto de “Escuelas sin Partido” que viene desarrollándose desde 2004 y busca impulsar una educación neutra sin influencia ideológica por parte de los profesores en clase, ni propaganda a ningún partido político. Este movimiento surgió “a partir de la indignación de Miguel Nagib (exprocurador de Sao Paulo) contra lo que consideró un intento de adoctrinamiento de su hijo cuando un profesor comparó al líder comunista Che Guevara con San Francisco de Asís”, Mariana Schreiber, en BBC Brasilia.

Brasil se caracteriza porque en los últimos años ha primado el concepto de “ideología de género” en la enseñanza de escuelas públicas. En 2011 el gobierno de Dilma Rousseff distribuyó unas cartillas, denominadas “Escuelas sin homofobia”, generando controversia en diferentes sectores.

Bolsonaro respalda la idea de que los estudiantes puedan denunciar lo que hacen los profesores mediante videos divulgados en redes sociales. “Vamos a grabar lo que sucede en el aula y vamos a divulgarlo. Sus padres, los adultos, los hombres de bien de Brasil, tienen el derecho de saber lo que estos profesores, entre comillas, hacen con ustedes en el aula”, dijo.

Ahora, está por verse si dicha propuesta será avalada, pues la discusión entre ambas facciones radica en si es constitucional o no. Profesores la han catalogado como una censura y un ataque a la libertad de cátedra. Otros, por su parte, han tenido que cambiar la forma en que dictaban clase.

Campo de batalla

Esta lucha ideológica se consolida entonces como una pugna entre izquierda y derecha donde es evidente sus diferencias en el plano educativo. Aunque el panorama parece desalentador para los que apoyan al PT, expertos dicen que el tiempo que duró la izquierda en el poder dejó altos índices de corrupción y provocaron una transformación de Brasil, sumida además en una grave crisis económica.

Bolsonaro, de la mano de un equipo que comparte sus mismos ideales, busca devolver el orden y el “restablecimiento de los valores de la familia”. Pero no se debe olvidar que también queda un Brasil que venía siendo criado bajo un esquema liberal que no puede quedar excluido de la sociedad. Así que el trasfondo de lo que sucede es el reflejo de la división ideológica que se libra, en este caso, en el ámbito educativo.