Realismo con dosis de optimismo | El Nuevo Siglo
Viernes, 14 de Diciembre de 2018

Vamos llegando a finales de este 2018, en el que hemos tenido grandes cambios en el rumbo del país que exigen serenidad en su discernimiento, realismo y gran dosis de optimismo. Mirando objetivamente lo acontecido, y buscando con patriotismo lo mejorar la Patria, vemos que hay que contribuir a que se salga adelante en momento de serias dificultades.

No es el momento de recriminaciones sobre el pasado, sino de aprovechar todo su positivo, comenzando por reconocer las propias fallas y no resaltar tanto las de los demás. No es momento de egoístas e insaciables reclamos personales o de gremios sino de darnos cuenta de cuanto reclama la situación real del País, y ver cómo se aporta a remediar sus necesidades. Reclamar y reclamar de un gobierno sin abrir los ojos a tantas necesidades que lo abruman es actitud mezquina o sectaria.

Hemos de poner sobre el tapete, sin pasión sino con realismo, inspirados en el patriotismo, cuanto hemos tenido en Colombia. Hemos de reconocer los esfuerzos de tantos colombianos, dirigentes y dirigidos, por  el bien de ella, en medio de lamentables situaciones mezquinas y corruptas. Es preciso reconocer las tremendas situaciones que llevaron a muchos por caminos errados de bárbara violencia, darles testimonio de perdón, si se arrepiente, y darles lecciones de una conducta correcta, así marchar todos, con corazón nuevo, en luchas positivas de reconstrucción de la Patria.

Estamos en momento de reconocer lo bueno que han hecho personas o sectores de opinión pública adversos a nuestro pensar. Reconocer el bien que surgió y no satanizar todo lo del pasado, llámese guerras civiles del Siglo XIX, Constitución del 63 y del 86, Plebiscito y Frente Nacional del Siglo XX, Constitución del 91, y esfuerzos de los distintos gobiernos por lograr la paz, posición del pueblo colombiano al decir No a acuerdos de La Habana, que no vio aceptables, y esmero esfuerzo del gobierno de Santos por firmar y poner en marcha algo que, así fuera sin acogida popular  que creyó necesario para obtener cese de lucha armada con un frente guerrillero que tanta sangre hizo verter en 50 años de lucha.

Es el momento no de lamentaciones sino de buscar los lados positivos de todo ese pasado y de lo pactado, corrigiendo lo posible y aplicando todo lo posible al servicio de la sufrida Colombia es de recoger lo aprovechable de todo el pasado, echar mano de lo positivo que nos ha quedado, sin rencores ni ánimos retaliatorios, sin privilegios a amigos ni persecución a adversarios.

Es la no fácil tarea de nuestro actual joven Presidente sobre cuyo actuar es injusto y gran ligereza  criticado sus diversas determinaciones, en las cuales puede haber salidas no tan afortunadas pero advertir como va demostrando capacidad de dialogo y recapacitación cuando se le advierte con razones y gallardía de patriotas.

Hay que advertir lo difícil que es gobernar con tino en situación que reclama buenas determinaciones sin necesidad de halagos a un Parlamento al que se le reclama apoyo no por amistad, ni  sin sesgo político, sino por el calado de unos proyectos en favor de una Nación que pide a Dios lo mejor para ella. Urge aterrizaje a estar realidades, y, con optimismo y grandeza de miras, echar hacia adelante.

*Obispo Emérito de Garzón

Email: monlibardoramirez@hotmail.com