El Presidente electo Iván Duque la tiene cuesta arriba. A semejanza de nuestro escalador de montaña, Nairo Quintana, en el Tour de Francia, con su triunfo de la prueba reina de Los Pirineos, sus retos son de alta montaña. A Nairo, le exigió una estrategia para una corta pero exigente etapa, de 65 kilómetros, de 38 kilómetros de pendiente en subida, que pasa por alto del Portet a 880 metros de altitud hasta terminar en los 2.215 metros.
Como dijera el ciclista boyacense “fue un día que tenía marcado y me ha salido como esperaba. He salido como un león. He dicho y he puesto la palabra para todos los colombianos”. Guardadas las proporciones, el Presiente tendrá igualmente que establecer sus políticas de ataque para fijar la ruta esperada, con la difícil combinación de crecimiento con equidad y austeridad en el gasto.
Hasta el momento ha escogido las cabezas ministeriales que le dan la confianza y armó equipos de empalme, con la principal función de identificar los puntos críticos y las metas esperadas. Y ha puesto con claridad sus ejes centrales para los cuatro años -no reelegibles-, como ha sido: legalidad, emprendimiento y equidad.
Algunas preguntas claves tendrá que resolver y presentar en su discurso de posesión como Presidente de la República. ¿Cómo gastar menos? es una de ellas. ¿Cómo, al mismo tiempo, con menores recursos, lograr mayor riqueza y asegurar que ese crecimiento sea realmente productivo en términos sociales? Es decir cómo con menos recursos hacer más.
Duque así tiene un especial reto, no sólo alcanzar un país en crecimiento donde muchos salgan de la pobreza sino también donde muchos no caigan en ella. Un logro será poder determinar aquellos sectores que por pérdida de dinamismo se pueden tornar en miles de personas que se sostienen en subsistencia, como vulnerables ocultos, con tendencia a caer en menor riqueza o en pobreza.
En el tema de austeridad aún no se ha presentado la agenda. Una anunciada es la posibilidad de cerrar algunas agencias que dupliquen funciones de los ministerios. De otra parte está el compromiso de reducir impuestos a la empresa privada para vigorizar el crecimiento y a su vez, la necesidad de aumentar el recaudo fiscal, con la impopular medida, como es la necesidad de ampliar la base o el número de personas que paguen impuestos, unida al control de la evasión.
Al mismo tiempo tendrá que revisar las nóminas paralelas, hoy conformadas por una gran mayoría de servidores públicos, que se llaman “contratistas”. Por un lado replantear su costo y por otro sus condiciones. Tiene también la necesidad de mirar la conveniencia de crear nuevos ministerios o de unir algunos y jugársela por los subsidios que no sean permanentes si no transitorios con proyectos de vida productivos.
Emprendimiento con equidad va exigir muchas medidas que van a pisar el callo de más de uno. Sólo la capacidad para realizar unas reformas realmente estructurales permitirá subir la montaña del crecimiento con emprendimiento, equidad y austeridad de gasto, toda una combinación agridulce.
* Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI