ANA FERNANDA Maiguashca, puede estar orgullosa de sus raíces quechuas que llegaron a Ecuador y luego extendieron esa semilla por toda la región Andina, hasta hacer escala en el Valle, en Cali.
Como economista estrella de la Universidad de los Andes, por donde la actual presidenta del Consejo Privado de Competitividad pasa, deja una huella imborrable que para bien deberían aprovechar todos los colombianos. Y es como de forma sencilla, la mujer que hizo un MBA de la Universidad de Columbia en Nueva York, fue directora de Regulación Financiera del Ministerio de Hacienda, pasó por la Superfinanciera donde le tocó atender la crisis mundial de 2008 y luego llegó a ser codirectora del Banco de la República, hoy es tal vez la persona que tiene más claridad sobre el atraso que tiene Colombia en su productividad y competitividad.
Nadie como ella, sin pretensiones políticas ni ambiciones particulares, saca a flote esa condición social para indicar como una gurú, pero con humildad, que de verdad este país se está perdiendo en veleidades y está dejando pasar las oportunidades porque la modernidad se está alejando cada vez más, mientras que aquí seguimos enfrascados en las reglas de turno, como lo destaca en el Informe Nacional de Competitividad 2024-2025.
Con razón ella sentencia que “a la velocidad a la que vamos mejorando, no estamos logrando alcanzar la dinámica del mundo”. Es decir, el tren del desarrollo nos está dejando atrás, hace rato…
Transformación
EL NUEVO SIGLO: ¿Vamos regular o vamos mejorando en competitividad?
ANA MAIGUASHCA: Sí, en muchos de los indicadores vamos mejorando, no en todos, pero seguimos yendo muy regular. Es decir, a la velocidad a la que vamos mejorando, no estamos logrando alcanzar la dinámica del mundo. En consecuencia, tenemos que hacer como una transformación más radical en la manera en la que pensamos estos procesos, porque, aunque avanzamos, al paso que avanzamos, se nos aleja el mundo.
ENS: ¿Frente a los países de la OCDE, de la que somos miembros, estamos muy atrasados?
AM: En general sí. Aunque no tenemos un ranking que haga como un indicador complejo que reúna todas las variables, nos comparamos con países de la OCDE en casi todos los capítulos, y en casi todos estamos muy por debajo del promedio de los países OCDE, y sobre todo en nuestra productividad laboral. Nosotros por hora trabajada producimos muy poco, y eso de alguna manera es como si yo mirara íntegramente el ingreso del país. Si por hora producimos muy poco, el ingreso que tenemos es muy poco, y si el ingreso que tenemos es muy poco, pues tenemos pocas capacidades de expandir todas las demás cosas que tenemos que expandir. Tenemos la peor productividad laboral por hora de los países OCDE. Nosotros somos los más bajos, alrededor de US $14, mientras que los países promedio OCDE estén alrededor de US $54.
El chip de productividad
ENS: ¿En Colombia habría que cambiar ese chip respecto a la productividad?
AM: Yo creo que en Colombia lo que tenemos que cambiar es el chip de que esa productividad, eso que producimos por hora, es lo que importa. Nosotros pensamos que las cosas las podemos ajustar por decreto, entonces decimos no, es que va a subir el salario mínimo, pero que nosotros subamos el salario mínimo no quiere decir que el país esté produciendo más. Y como todos sabemos que las personas no comemos dinero, sino productos, bienes, servicios, pues es lo que las personas consumimos. Pero si usted gasta más de lo que produce, pues se está endeudando, ¿de acuerdo? Pues lo mismo ocurre con el agregado del país. Nosotros producimos a muy mal nivel, pero queremos consumir a cantidades mayores, pues no nos da la ecuación, tenemos que aumentar esa productividad que, como le digo, es la más baja entre los países de la OCDE.
ENS: ¿Cómo aumentar la productividad?
AM: El problema subyace. Al final del día esto tiene que ver en cómo nos estamos criando las personas. No voy a usar la palabra formando, porque esto no es solamente un problema cognitivo, esto es un problema de la mentalidad con la que trabajamos. Tenemos que ser conscientes que tenemos que ser más productivos. Le voy a dar un ejemplo de cómo no somos conscientes. En Colombia no nos sentimos orgullosos de lo mucho que nos rinde el trabajo, nos sentimos orgullosos de lo mucho que trabajamos. Nos sentimos orgullosos de lo mucho que madrugamos, pero madrugar no es síntoma de ser productivo. Madrugar es solo madrugar. Tenemos que obsesionarnos por ser más productivos, por cambiar la manera en que hacemos las cosas.
Trabajar más no es ser productivo
ENS: ¿Habría que cambiar ese concepto de productividad que enseñan desde primaria, que ser productivo es trabajar ocho horas diarias y de ahí no pasa?
AM: Exacto, y sin importarle lo que usted haya rendido, y resulta que quien tiene muy claro el problema productividad, es una persona cuenta propia. Esa no tiene ni salario mínimo ni jornada laboral. Esa persona tiene que trabajar hasta completar lo que necesita, entonces, ese cambio de mentalidad viene de muchas formas, pero si me pregunta a mí, tenemos que empezar a hacer esas apuestas de largo plazo, que como se demoran, nunca hacemos.
ENS: ¿Cómo se cambiaría esa mentalidad desde niños?
AM: En la primera infancia, en Colombia, no tenemos cobertura universal. A los niños tenemos que incorporarlos a este modelo en el que los cuidamos y les alimentamos tanto el cuerpo como la cabecita, como el espíritu, para que crezcan pensándose personas productivas, teniendo ganas de hacer cosas por sí mismas, y que, de alguna manera, no les vendamos un discurso distinto a que cada quien tiene valor, ideas y capacidades. Tenemos que alimentárselas. Es indiscutible que todo esto es preocupante, pero choca, digamos, con la situación real y con las reformas que se vienen adelantando.
ENS: ¿Con esos cambios que se vienen de reducir la jornada laboral, que tanto eso impide que se eleve la productividad de los colombianos?
AM: Fíjese que es como si yo le pregunto a usted, oiga, ¿qué tanto incide que usted trabaja cuatro horas o cinco horas a que a usted le rinda más por hora? Si usted no hace ningún cambio en la manera en que trabaja, puede trabajar cuatro, puede trabajar ocho, nos va a rendir lo mismo. Entonces, si yo no cambio nada de la manera en la que hago las cosas y trabajo menos horas, pues lo que tengo es menor producto y más pobreza.
El mundo cambió
ENS: ¿El informe de Competitividad trata sobre esas nuevas tendencias de desarrollo?
AM: El informe gira alrededor de esas tendencias del futuro y lo que hace es precisamente una invitación para que ojalá nos saliéramos de este afán por resolver cosas que ya pasaron, ya se fueron así. Esas cosas nos quedaron mal resueltas y ¿por qué por una vez no tratamos de adelantarnos y darle herramientas a las personas para que enfrenten lo que viene, no lo que ya pasó? Las jornadas laborales son una discusión de mi generación. Esta generación trabaja en varias plataformas al tiempo, a unas horas que no son las horas que yo trabajo. El mundo cambió y eso lo estamos viendo. Con el avance de la tecnología esto está transformando todo. Hoy vemos que, por ejemplo, Colombia, en la parte, por ejemplo, de los call centers, de la parte logística, pues trabajan es de acuerdo al horario global y no al del país. Y la gente joven se está acostumbrando a eso y eso es muy bueno.