Análisis EL NUEVO SIGLO
Esta semana, mientras anunciaba que fue aprobada la ley que le permite a El Salvador producir energía nuclear, Nayib Bukele rebajó las expectativas sobre el bitcoin en su país, anunciando un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de reducir su ambicioso plan de adoptar el bitcoin como moneda nacional.
Bukele, un connotado defensor de las criptomonedas, esta semana acordó unos préstamos por USD 1.400 millones con el FMI, para financiar las reformas económicas, con las que busca posicionar a El Salvador como destino en turismo e inversión gracias a sus bajos índices de seguridad y su nula carga impositiva.
Las negociaciones entre el FMI y el gobierno de Bukele se habían estancado luego de que el presidente salvadoreño anunciara que el bitcoin oficialmente se convertía en una moneda en curso legal. Esta medida contó con el apoyo de los entusiastas de las criptomonedas, pero generó un rechazo generalizado por parte de la banca, que advirtió sobre la volatilidad de este criptoactivo que podría traer problemas para una economía endeudada y con poca capacidad como la del Salvador.
Entre el enfriamiento de las relaciones y la progresiva mejora, tuvieron que pasar varios meses en los que Bukele y el FMI se desenmarcaron de sus posiciones maximalistas. El salvadoreño abrió la posibilidad de reducir el mercado y la operación del bitcoin en su país, mientras que el FMI, un organismo multilateral conocido por su ortodoxia, empezó a flexibilizar su posición −no mucho− frente al uso de la criptomoneda en El Salvador.
El miércoles, luego de meses de distancia, el FMI confirmó el préstamo solicitado por Bukele, quien acordó mitigar los riesgos relacionados con el bitcoin. Decidió, como primera medida, quitar la obligatoriedad que tenían todas las empresas del país de aceptar el bitcoin y de ahora en adelante el sector público tendrá restricciones para realizar actividades con la criptomoneda.
Aunque parece un triunfo del FMI sobre Bukele, algo esperable dada la dimensión de este organismo multilateral frente a un país pequeño de Centroamérica, el presidente ha logrado flexibilizar la visión ortodoxa sobre el bitcoin del banco, que le ha concedido la posibilidad de que la criptomoneda siga siendo usada bajo un marco más regulado.
Esta posición del FMI no solo responde a una visión más heterodoxa con respecto a un Gobierno que le ha apostado a la innovación por medio de las criptomonedas, sino que refleja una visión más tolerante del banco frente a nuevos modelos de cripto que, con la nueva Administración Trump, toman más fuerza y empieza a tener más vigor en economías dominantes como las de Estados Unidos.
“Se mejorará la transparencia, la regulación y la supervisión de los activos digitales para salvaguardar la estabilidad financiera, la protección de los consumidores y los inversores y la integridad financiera”, añadió el FMI.
Problemas del cripto
Bukele ha buscado posicionar esta cripto como moneda nacional, sin mayor éxito. Según las encuestas, pocos salvadoreños de los 6,5 millones usan bitcoin para sus transacciones nacionales, a pesar de que el Gobierno nacional gastara más de USD 200 millones en 2021 en el despliegue de cajeros automáticos de bitcoin y una billetera electrónica con 30 dólares en bitcoin gratis para cualquiera que se inscribiera. Además, lanzó la billetera electrónica “Chivo Wallet”, con la que buscó masificar las transacciones en cripto.
Bukele empezó a comprar bitcoin en momentos en que el mercado estaba a la baja. De acuerdo a reportes de Bloomberg, el gobierno de El Salvador compró la criptomoneda cuando cotizaba a unos USD 30.000, generando, en un principio, perdidas, y luego, importantes ganancias superando los USD 100.000. De acuerdo con una encuesta reciente de la Universidad Francisco Gavidia, solo un 8% de los salvadoreños utiliza la billetera Chivo de manera cotidiana.
Las autoridades salvadoreñas, luego de dos años de haberse lanzado la moneda virtual, han conocido que la mayoría de los usuarios utilizaron la criptomoneda para comprar bienes o cambiarla por dólares en el mercado de divisas.
“Los riesgos potenciales del proyecto bitcoin disminuirán significativamente en línea con las políticas del fondo”, dijo el FMI, en un comunicado publicado este miércoles.
Carlos Acevedo, el expresidente del Banco Central de Reserva, dijo que el salvadoreño común no usa el Bitcoin y agregó que solo un pequeño grupo de personas con mayores recursos económicos.
Otros países
El ímpetu de El Salvador por posicionar el bitcoin ha posicionado las criptomonedas no solo en esta economía centroamericana. En Europa varios políticos y empresarios, de la misma manera que Donald Trump y su equipo de gobierno, han defendido las ventajas de las criptomonedas, como moneda nacional, por sus regulaciones favorables y el desarrollo de reservas estratégicas.
La diputada de la Unión Europea, Sarah Knafo, criticó al bloque europeo por su rechazo a las monedas virtuales.
“Donald Trump creará una reserva estratégica de bitcoin para los Estados Unidos. Jerome Powell, el director de la Reserva Federal de Estados Unidos, está hablando ahora sobre oro digital. Bitcoin se está disparando. ¿Y qué está haciendo la Unión Europea? Está dilapidando nuestro dinero en un desperdicio increíble”, sentenció Knafo. Haciendo también un llamado directo a sus colegas europeos para apostar por la libertad financiera y la adopción de bitcoin.
Lejos de ser una moneda local, Bukele ha logrado que las criptomonedas sean vistas por la banca tradicional como un activo cada vez más posicionado en países como El Salvador, aunque todavía falte tiempo para que los ciudadanos la usen como moneda principal.
*Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.